¿QUÉ HA
pasado con las compañías más grandes del país en los últimos 10 años?
Como sucede en cualquier país, las grandes organizaciones juegan un papel fundamental en la economía, porque participan sustancialmente en la generación de valor, en las exportaciones y en el empleo, aunque no tanto en este último, pues usualmente crean mucho valor y ventas externas, pero el grueso de los puestos de trabajo en una economía es originado por las medianas y pequeñas empresas.
Por lo tanto, es interesante preguntarse qué ha pasado con las compañías más grandes de de Colombia en los últimos 10 años. La publicación de la lista de las 1.001 compañías en Colombia, que cada año realiza Portafolio, sigue ese desarrollo que han experimentado estas empresas; aunque no implica ver todo el universo empresarial, sí constituye una buena radiografía de lo que está ocurriendo en la economía.
Una primera mirada es, qué tan importantes son las 1.001 compañías en relación con la economía nacional. Una forma de medirlo es calcular sus ingresos operacionales como proporción del PIB. En el 2017, esta cifra llegó a 78 por ciento, en tanto en el 2007 la misma era de 66 por ciento. Por tanto, se podría decir que su preponderancia ha sido creciente.
Entre el 2007 y el 2017, los ingresos operacionales de estas firmas pasaron de 283 billones a 708 billones de pesos. Ello signi-
fica un incremento anual promedio de 9,6 por ciento, que puede considerarse satisfactorio dado que, en ese periodo, la economía real creció, aproximadamente, 3,9 por ciento anual. Sin embargo, el incremento de los ingresos operacionales no fue estable. En el 2008 estos aumentaron 18 por ciento; en el 2009, 2 por ciento; en el 2016, 10 por ciento, y en el 2017 lo hicieron en 12 por ciento. Es claro que las firmas tuvieron que superar una alta volatilidad de sus ingresos.
Si bien el nivel de importancia de estas grandes compañías en la economía se ha mantenido constante, se ha dado una mayor concentración de los ingresos dentro de ellas. El coeficiente Gini de concentración de los ingresos entre las firmas grandes pasó de 0,57 en el 2009 a 0,66 en el 2017. No solo hubo un aumento considerable, sino que es un nivel superior al de, por ejemplo, la desigualdad entre individuos en Colombia, que es de las más altas del mundo (en el 2016 el coeficiente Gini para personas fue del 0,52).
Ahora bien, cuáles son los cambios más notables que se han presentado en el listado de las 1.001 compañías. Este aspecto se puede evaluar por organizaciones o por sectores.
El cuadro 1 muestra las empresas
que en el 2009 y en el 2017 ocuparon los 20 primeros lugares.
Se puede ver que hay cambios importantes. Ecopetrol perdió el primer lugar ante el Grupo Éxito, que estaba de segundo. Terpel, que estaba en el tercero, bajó al cuarto. EPM, que estaba en el sexto, subió al quinto. Ocho nuevas compañías entraron a este top 20: Grupo de Inversiones Sura, en tercer lugar; Argos, en sexto, así como Nutresa, ISA, Alkosto, Grupo Coomeva, Drummond y Nueva EPS. Otras empresas como Reficar, Carrefour, GM Colmotores y Emgesa pasaron a hacer parte de grandes grupos consolidados.
En términos generales, se observa que las petroleras y petroquímicas tienen una caída, y que las grandes cadenas y las firmas de servicios públicos se reposicionan. Las de cementos, viajes aéreos y alimentos empiezan a ocupar posiciones destacadas.
La importancia de las compañías multilatinas dentro del grupo de grandes organizaciones ha venido aumentando. Las primeras representaron el 15 por ciento de los ingresos operacionales de las segundas en el 2007. Esa cifra pasó al 23 por ciento en el 2016, con un pico de 24 por ciento en el 2015.
La evolución de la economía por sectores no es cercanamente seguida por el desarrollo de las grandes empresas. Cuando se estudia la composición del PIB por renglones de la economía en los últimos 10 años, los cambios son más bien modestos, aunque hay algunos que vale la pena destacar.
Entre los que ganan participación en el PIB están los de establecimientos financieros, seguros, actividades inmobiliarias y servicios a las compa-
Se observa que las empresas petroleras y petroquímicas tienen una caída, y que las grandes cadenas y las firmas de servicios públicos se reposicionan. Las de cementos, viajes aéreos y alimentos empiezan a ocupar posiciones destacadas.
ñías, que es el más grande, y que pasa del 19 por ciento en el 2007 al 21 por ciento en el 2017; los servicios sociales, comunales y personales (el segundo más grande), pasó del 15 por ciento al 16 por ciento, y la construcción, que va del 6 por ciento al 7 por ciento.
En cambio, entre quienes pierden participación en las mismas fechas están las industrias manufactureras, que bajan del 14 por ciento al 11 por ciento, perdiendo el tercer lugar de la economía con el comercio; la agricultura, que disminuye del 7 por ciento al 6 por ciento, y el suministro de electricidad, gas y agua, que desciende del 4 por ciento al 3 por ciento.
Los sectores de comercio –con 12 por ciento–, transporte –7 por ciento– y minas –6 por ciento– mantienen su participación durante el 2017, aunque intraperiodo el de minas subió un poco y luego volvió a bajar.
En todo caso, en estos 10 años se alcanza a ver el efecto negativo que han tenido que sufrir la industria y la agricultura.
La clasificación sectorial de las 1.001 empresas no coincide con la misma del PIB. Los cuatro renglones más importantes por ingresos operacionales en el 2017, son cadenas y supermercados (12 por ciento), hidrocarburos (11 por ciento), servicios públicos (7 por ciento) y servicios de salud (6 por ciento). El resto representa 5 por ciento o menos (inversión y servicios, alimentos y bebidas, minería, combustibles y petroquímicas, entre otros).
Sin embargo, la película que se observa no es de grandes cambios, excepto para un par de ramas. Entre el 2009 y el 2017, las firmas de hidrocarburos y servicios petroleros, en términos de ingresos, pasaron de representar el 20 por ciento al 11 por ciento, lo que significa un colapso importante. En cambio, las cadenas y los supermercados fueron desde el 5 por ciento hasta el 12 por ciento.
Los demás renglones en los que se clasifican las organizaciones no presentan variaciones superiores al 1 por ciento. Entre los sectores que suben están alimentos y minería, y dentro de los que caen están servicios públicos y telecomunicaciones.
Es interesante ver la evolución de las mayores empresas en las principales ramas de la economía: cadenas y supermercados (cuyas cinco primeras compañías representan el 10 por ciento del total de los ingresos), hidrocarburos y servicios petroleros (10 por ciento), servicios públicos (5 por ciento), inversión y servicios (5 por ciento), alimentos y bebidas (3 por ciento), y servicios (2 por ciento).
En el primero, tres compañías se mantienen entre las cinco más grandes del sector: Éxito, Olímpica y Cencosud (antes Carrefour); dos bajaron:
Corbeta y Cacharrería La 14, y otras dos entraron: Alkosto y Falabella.
En el segundo renglón, hidrocarburos y servicios petroleros, dos firmas se encuentran entre las cinco más grandes: Ecopetrol y Exxonmobil; tres han descendido de este top: Reficar, Chevron Texaco y Hocol, mientras que tres ingresaron: Frontera Energy, Parex Resources y Oxy Andina.
En el tercero, servicios públicos, tres compañías continúan en las cinco más grandes: EPM, Codensa y Emgesa; dos se fueron: Electricaribe y Emcali, y dos se incluyeron: ISA y Promigas.
En cuanto a la inversión y los servicios, dos organizaciones aún están dentro de las cinco más grandes del sector: Sura y Aval, mientras que tres salieron: Colinversiones, Argos y Amov, y otras tres entraron: Coomeva, Valorem y Carvajal.
Sobre el renglón de alimentos y bebidas, todas las empresas se mantienen, en diferente orden. Bavaria pasó de ocupar el primer puesto de su sector en el 2009 al segundo en el 2017; Nestlé dejó el tercer puesto y bajó al quinto, y Galletas Noel subió del quinto al primero, haciendo parte del grupo Nutresa.
Por último, en el sector de servicios de salud, dos firmas conservan sus lugares entre las cinco más grandes: Salud Total y Famisanar; tres se fueron: Saludcoop, Coomeva EPS y Sura EPS, en tanto tres entraron: Nueva EPS, Sanitas y Emssanar.
En los 10 años pasados, Colombia tuvo fuertes ciclos económicos, pero no una recesión. En el 2007, el país registró la más alta tasa de crecimiento de las últimas décadas: 6,9 por ciento. Para el 2009, esta cayó al 1,7 por ciento. Luego, la economía se recuperó rápidamente y llegó a impulsarse hasta
En estos 10 años se alcanza a ver el efecto negativo que han tenido que sufrir la industria y la agricultura.
6,6 por ciento en el 2011. Desde entonces, ha venido decayendo gradualmente, hasta llegar al 1,8 por ciento en el año 2017.
Las firmas también exhiben un fuerte ciclo económico, pero, de manera curiosa, no exactamente igual al de la economía. En el 2008, las utilidades de las empresas fueron de 35 billones de pesos. En el 2015, esa cifra se contrajo a 7 billones de pesos. En el 2016 hubo una fuerte recuperación, que llegó a casi 43 billones de pesos, y en el 2017 la utilidad bajó a 38 billones de pesos. Es claro que las utilidades son muy cíclicas, pero no coinciden con el ciclo de la economía.
Estas responden más a la evolución de la rentabilidad, ya sea medida por activos (ROA) o por patrimonio (ROE). En el 2008, el ROA era de 8 por ciento y el ROE de 13 por ciento. En el 2015 esos datos se contrajeron a 1 por ciento y 2 por ciento, respectivamente. En el 2017 se verificó una recuperación de los indicadores de rentabilidad, pero no a los niveles del 2008. El ROA llegó a 3 por ciento y el ROE a 7 por ciento.
En términos de balances, los activos pasaron de 498 billones en el 2009 a 1.107 billones de pesos en el 2017. Esto significa un aumento anual promedio de 9,5 por ciento, que es un crecimiento bastante saludable. Por su parte, el patrimonio de las grandes empresas subió de 278 billones en el 2008 a 517 billones en el 2017. Lo anterior implica un aumento anual promedio de 7,4 por ciento, que es menor que el crecimiento observado del activo.
Como resultado, el nivel de endeudamiento de las empresas tendió a subir. En el 2008, era del 39 por ciento y en el 2017 llegó al 53 por ciento, con un pico de 54 por ciento en el 2015. Estos son niveles de endeudamiento altos, pero no exagerados.