AVANCES EN
medio de retos que persisten.
El sistema de seguridad social en salud mantiene su vigilia. La situación financiera no termina de mejorar. A pesar de los esfuerzos, persiste un déficit que muchos estiman en 3 billones de pesos anuales. Los balances de las EPS muestran rentabilidades malas o negativas. Para las IPS (clínicas y hospitales) la situación es mejor y muchas de ellas presentan utilidades, pero sus cuentas por cobrar, debido a las glosas a sus facturas, las mantienen en permanente zozobra y dificultad. El sector farmacéutico permanece con una buena rentabilidad y su caja no se ve tan afectada. En el 2017, una parte muy importante de la atención sobre el sector, y dentro de este, estuvo signada por la venta de Cafesalud EPS como un vehículo para cumplir con la liquidación de Saludcoop. Se desprendieron dudas sobre la atención a la población afiliada en esta aseguradora, el pago de las deudas a numerosas clínicas y hospitales , y el futuro del sistema en aspectos del modelo que hoy existe. Algunos alertaron por modificaciones en los futuros procesos de consolidación en el sector.
Hacia el final del año, la operación de Medimás se estabilizaba para la atención a los usuarios, pero las preocupaciones de muchos no terminaban, debido a la gobernabilidad de la naciente entidad y a las cuentas que mantenían pendientes con la liquidación de Saludcoop y Cafesalud.
Otro foco de atención estuvo en la puesta en marcha del Mipres, el mecanismo establecido por el Ministerio de Salud para que los médicos prescriban, en línea, las tecnologías en salud no incluidas dentro de las garantías colectivas del plan de beneficios. Aunque hubo algunas dificultades al inicio del proceso, el mecanismo se consolidó y hoy opera sin contratiempos.
Paralelo a lo anterior, el Ministerio de Salud mantuvo acciones para mejorar el flujo de los recursos financieros
a lo largo de la cadena del modelo de seguridad social. Estas medidas ajustadas han permitido darle más transparencia y otorgaron mayor irrigación de recursos al sistema.
El punto central de esta labor en el 2017 se dio con la puesta en marcha de la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) y la desaparición del Fosyga. La Adres se constituye en la tesorería general del sistema de salud y la expectativa sobre ella se centra en que exista mayor transparencia en el recaudo, se subyugue la evasión y la elusión, se realice una administración más eficiente de los recursos, y el giro de estos irrigue con mayor agilidad. Veremos.
El sector de la salud mantendrá las mismas tensiones. Recursos financieros limitados que confrontan exigencias derivadas de: envejecimiento de la población, migraciones, urbanismo, enfermedades reemergentes, incorporación de nuevas tecnologías, autonomía médica e injerencia del poder judicial. Nada distinto a lo que ocurre en la mayoría de países del mundo.
Este marco general obliga a definir prioridades. En el horizonte inmediato, se tendrán que manejar con más eficiencia los recursos con los que se cuenta, lo que debe incluir mejor acceso y mayor calidad. Se deberán obtener fuentes adicionales de financiamiento, tanto de origen fiscal como privado en el mediano plazo. El modelo integral de atención (Mias) se debe priorizar en su implementación y pasar de los proyectos piloto a su extensión a lo largo y ancho del país. La regulación de la oferta es una necesidad imperiosa y dentro de ella la de los recursos humanos es prioridad. Revisar las competencias de la descentralización es esencial. Mayor transparencia y control de la corrupción en el sector son vitales para que todo lo anterior se satisfaga.