LA RECETA del buen comer
El restaurante Los Galenos se ha convertido en una alternativa gastronómica en Bogotá, gracias a una cocina contemporánea que explora productos de diferentes partes del mundo, apoyándose en los sabores, ingredientes y la cultura tradicional de nuestro ent
Su nombre tiene una hermosa justificación, la cual adorna una de las paredes principales del restaurante: se trata de un sustantivo que reúne a los más célebres médicos que, a lo largo de la historia, permitieron los grandes logros de la medicina de hoy, y que van desde Esculapio, Hipócrates y Asclepios, hasta Alexander Fleming, el padre de la penicilina.
En Los Galenos, la receta del buen comer es también un homenaje a la cocina saludable. El local se encuentra ubicado en el norte de Bogotá, en un octavo piso, desde donde se aprecia la ciudad con una vista de 360 grados.
Preside Los Galenos el chef colombiano Boris Marcell, encargado de deleitar los más exigentes paladares con una cocina contemporánea que explora productos de diferentes partes del mundo, apoyándose en los sabores, ingredientes y la cultura tradicional de nuestro entorno. Su carta ofrece lo más destacado de las técnicas de cocina contemporánea actual, como la cocción al vacío del asado de tira por 72 horas, el cochinillo confitado por 12 o el salmón a baja temperatura, entre otros. Sin embargo, esas delicias compiten hoy con un menú alterno de sabores colombianos inéditos que el chef
del restaurante rescató y a los cuales les dio el toque gourmet para paladares exigentes. Es el caso de la posta negra en salsa de panela y tamarindo, el tamal de plátano relleno con un sofrito de piangua y pirarucú, cocido en agua de coco, o del exquisito postre que hace un homenaje al cacao colombiano con cinco variedades de chocolate de nuestra tierra.
Cómplices
El ambiente de Los Galenos, sin necesidad de etiquetarse, ha convertido este lugar en uno de los preferidos por las parejas que pretenden sellar su historia de amor, o por aquellas que quieren conmemorar una y otra vez ese lazo afectivo.
Cuando el comensal arriba al restaurante, lo primero que sus ojos ven es un hermoso decorado idílico. Impecables mesas vestidas con manteles blancos bordados y copas de cristal reluciente. El lugar está dividido en salas espaciosas y todas gozan de una vista mágica, gracias a sus inmensos ventanales.
Así, las mismas parejas impusieron una moda: la de eligir este restaurante como el sitio perfecto para sus citas. El auge de las ‘pedidas de mano’ ha sido tal que Los Galenos diseñó un verdadero plan romántico en el cual hasta los colaboradores del lugar se han convertido en cómplices de esos novios que eligen las mesas cerca de los grandes ventanales para disfrutar de esa vista privilegiada como escenario para declarar su amor. Todo un derroche de romanticismo a flor de piel.