HOMENAJE, EN MÉXICO, A HUELLA DE LOS arquitectos del exilio
Tres generaciones de españoles exponen su legado constructivo.
LOS EXILIADOS españoles que huyeron de la Guerra Civil y del franquismo, son homenajeados con una exposición inaugurada en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“El exilio expulsó de mi país a mucha gente, también a muchos arquitectos”, recordó el embajador español en México, Juan López-doriga, durante la inauguración de la exhibición ‘80 años... Presencia del exilio español en la arquitectura mexicana’ el 26 de febrero pasado.
Acompañado de académicos e hijos de exiliados, el embajador recordó que este año se cumplen ocho décadas de la llegada del primer barco de exiliados republicanos que encontraron en México un segundo hogar. De hecho, acogió un buen número de reconocidos arquitectos españoles exiliados.
Fueron más de una veintena, divididos en tres generaciones: los que tenían una carrera consolidada en España, los que comenzaban a despuntar y los que recién se graduaron durante la guerra (1936-1939). Muchos, de hecho, terminaron sus carreras en México y jamás regresaron a España.
Lo interesante de la muestra es que gira en torno a las obras que desarrollaron en México y que marcaron la forma de construir en un país que estaba viviendo una auténtica modernización.
Por ejemplo, uno de los mayores símbolos de la arquitectura del exilio es el Palacio de los Deportes de Ciudad de México, inaugurado en 1968, con una inconfundible cúpula armada con cascarones de concreto, que fue diseñado por Félix Candela.
En la presentación estuvo Maya Segarra, académica e hija del arquitecto Enrique Segarra, quien se graduó de arquitectura en 1934, ganó el Premio Nacional de Arquitectura en 1935 y se exilió en México en 1938.
“Los refugiados llegaron y se integraron en este país en el que aprendieron mucho (...) atravesaba una gran modernización y cambios políticos, sociales, arquitectónicos y urbanísticos”, dijo Segarra.
MUESTRA VARIADA
La exposición también tiene un apartado dedicado a los hijos de exiliados que desarrollaron una fructífera carrera arquitectónica en el país latinoamericano. Entre ellos, Aída Pérez, quien desembarcó en México con sus padres en 1942, cuando solo tenía tres años de edad, y llegó a trabajar como arquitecta para la Presidencia de la República.
Ernesto Casanova, presidente del Ateneo Español de México, sostuvo que huir del país natal “es doloroso y traumático para quien lo vive”. Por eso, “hay que transmitir a las nuevas generaciones el mensaje de que todos esos sucesos no se deben volver a repetir”. Precisamente, el aniversario de los 80 años del exilio español marcó la agenda del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en la visita oficial a México que realizó a finales de enero.
Tras reunirse con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, Sánchez visitó El Colegio de México, fundado en 1938 por el entonces mandatario Lázaro Cárdenas para acoger a intelectuales y artistas republicanos que huyeron de la Guerra Civil.
La exposición también acoge a los hijos de exiliados con una carrera arquitectónica en México”.