La foto corregida
LA CIFRA todavía es preliminar, pero se acerca más a la del imaginario popular. En tal sentido, esta vez brillaron por su ausencia las reacciones negativas cuando el Dane señaló ayer que en el país habría 48,2 millones de personas. Ese total sale de 44,1 millones efectivamente censados en el ejercicio del 2018, a lo cual se agregarían 4,1 millones omitidos, que equivalen al 8,5 por ciento de quienes habitan en hogares particulares.
Adicionalmente se supo que las mujeres representan el 51,2 por ciento de la suma global y que los mayores de 65 años equivalen a uno de cada once colombianos. Adicionalmente, 77 por ciento de los ciudadanos reside en una cabecera municipal.
Hay otros datos interesantes: el total de hogares es de 14,2 millones, aunque hay 13,5 millones de viviendas. La cobertura de energía es del 96,3 por ciento, la de acueducto del 86,4 por ciento, la de alcantarillado cobija a tres de cada cuatro casas y la de internet fijo o móvil se ubica en 43,4 por ciento. Hay que tomar nota, además, de que el tamaño promedio de las familias es de 3,1 individuos, el punto más bajo desde que existen estadísticas.
Aunque es probable que existan revisiones adicionales, es factible que la fotografía presentada se parezca mucho a la definitiva. Esta muestra una nación que es cada vez menos joven y en la cual una proporción importante de la gente vive sola.
Por otra parte, son notorias las disparidades entre las capitales más grandes y las zonas rurales en donde viven algo más del 15 por ciento de los colombianos. Se confirma que somos un país heterogéneo y en un proceso de evolución que está lejos de terminar.
Al mismo tiempo, los indicadores mostrarán que nuestro ingreso per cápita es más elevado de lo que se creía, al igual que la cobertura en salud o educación. El descenso en las tasas de natalidad lleva a pensar que estamos cerca de llegar a un máximo, a partir del cual empezaríamos a ser menos. Falta ver si la inmigración alcanza a cambiar esa tendencia.