Crecimiento con límites
Ratificamos nuestro pronóstico de expansión del PIB de 2019 en 3,2%, pero somos escépticos de crecer al 4% en los próximos años.
LUEGO del choque petrolero de 2015-2016, la economía colombiana ha sustentado su recuperación en la demanda interna, la cual ha compensado la creciente contribución negativa de la balanza comercial (exportaciones - importaciones) (Gráfico 1).
En particular, el consumo privado se consolida como el principal motor de crecimiento económico, pues representa dos terceras partes del PIB y, además, se ha visto favorecido por el ciclo monetario ligeramente expansivo del último año. En efecto, el consumo de los hogares creció 3.8% anual (a/a) en el periodo de 12 meses terminado en marzo de este año, superior al 2.8% a/a que registró la economía en igual periodo.
Por su parte, la formación bruta de capital fijo (inversión fija) viene repuntando con algunos altibajos asociados a la incertidumbre electoral del primer semestre de 2018 y a la persistencia del exceso de inventarios en el subsector de edificaciones. Con relación a estos últimos, tenemos la expectativa de que se irán ajustando gradualmente en el segundo semestre de este año, de manera que su impacto negativo sobre el crecimiento será cada vez menor.
Ahora bien, la inversión en maquinaria y equipo -aproximadamente el 85% del gasto en capital fijo diferente a construcción- empezó este año con un repunte notable: pasó de contraerse 1,3% a/a en el cuarto trimestre de 2018 (4T18) a aumentar 17,4% a/a en 1T19. Lo anterior parece ser en buena parte consecuencia de los incentivos del Gobierno a la compra de activos fijos productivos, específicamente a la posibilidad de descontar del impuesto de renta el 100% del IVA pagado en la adquisición de este tipo de bienes.
Colombia es un país importador neto de bienes intermedios y de capital, de manera que la mayor inversión en activos fijos productivos proviene del exterior y, por lo tanto, aumenta el déficit comercial. No sorprende que la dinámica de las importaciones de estos bienes tenga una relación estrecha con la inversión fija en maquinaria y equipo.
En particular, en el periodo de doce meses terminado en abril de 2019, las importaciones en pesos tanto de bienes de capital como de bienes intermedios crecieron a tasas de dos dígitos: 23% y 22%, respectivamente. La consecuente ampliación del desbalance comercial viene presionando un aumento del déficit en Cuenta Corriente, el cual pasó de 3,4% del PIB en 2017 a 3,9% en 2018 y, según proyecciones del Banco de la República, cerrará este año en 4,3%, el más alto entre países de la región.
Bajo este contexto, esperamos que la inversión fija mantenga su tendencia positiva reciente y siga respaldando un repunte de la demanda interna en los próximos trimestres, a costa de un deterioro adicional de las cuentas externas.
¿SON PRODUCTIVAS LAS IMPORTACIONES?
El incremento de las importaciones de bienes de capital eleva la inversión fija como porcentaje del PIB, que actualmente está en los niveles más bajos de los últimos cinco años (Gráfico 3).
En la medida en que este ratio aumente consistentemente, también lo hará el crecimiento potencial o de largo plazo de la economía local, con lo cual será posible registrar nuevamente tasas superiores a 4%, como en el periodo 2010-2014 y como las que proyecta el Gobierno en sus cuentas fiscales para los próximos 10 años.
Sin embargo, consideramos que los incentivos a la inversión en activos productivos tendrán efectos positivos sobre el crecimiento sólo si se logra diversificar la canasta exportadora del país y ampliar los mercados de destino. Vale la pena señalar que, desde el inicio de la crisis económica en Venezuela a finales de la década pasada, Colombia no ha podido reemplazar ese mercado para sus exportaciones no tradicionales (aquellas diferentes al sector extractivo y algunos productos tradicionales del sector primario).
De esta forma, actualmente la economía colombiana es una de las más cerradas de la región en términos de comercio exterior: la suma de exportaciones e importaciones representa menos del 37% del PIB, por debajo de México (77%), Chile (56%) y Perú (46%), y sólo por encima de Brasil (24%).
Bajo este contexto, ratificamos nuestro pronóstico de crecimiento del PIB de 2019 en 3,2%, al tiempo que somos escépticos de que el país logre crecer al 4% en los próximos años como lo indican las cuentas fiscales del Gobierno.
La economía colombiana es una de las más cerradas de la región en términos de comercio exterior: la suma de exportaciones e importaciones es menos del 37% del PIB”.