Fútbol es pasión
De una u otra forma, el fútbol imita la vida. En ambas la combinación de disciplina, trabajo e inspiración son causales del éxito, siempre complementadas por la buena suerte. Cómo es de cierto en Colombia lo que decía el filósofo y escritor Albert Camus, premio Nobel de literatura: “La bandera de la patria es la camiseta de la Selección Nacional de fútbol”. Cuando la selección Colombia juega, es una de las pocas ocasiones en las que se olvida la polarización y todos se
unen en torno a una única cosa. Un ejemplo reciente que nos indica el potencial que tiene un evento singular, es la Champions League 2019, que ganó el Liverpool. Muhammad Salah, el deportista musulmán más visible del mundo, logró un impacto que ningún deportista, al menos recientemente, haya logrado. El laboratorio de Políticas de Inmigración de la Universidad Standford en California, que hace investigación sobre el abuso racial, lo midió y encontraron que la disminución de los tuits con mensajes anti-islámicos, como resultado del nivel de admiración por el desempeño de Salah, registró una disminución entre los aficionados del Liverpool FC en un 53,2%. Dentro y fuera del estadio esto tuvo un impacto sobre el civismo en el condado, disminuyendo la práctica racista en contra de la Comunidad Musulmana. Lo anterior prueba lo que ocurre cuando se proyecta una imagen positiva de quienes profesan la religión islámica y lo que se podría construir para derribar otras barreras similares. A pesar de que son pocos los colombianos que no se sienten identificados con los logros y tropiezos de su Selección, esta es una actividad que crea y destruye ídolos. Ya han surgido dos campos que han sido bautizados los Pekeristas y los Queirosistas.
Si se analiza lo que ocurrió en la Copa América este año, objetivamente se tiene que concluir que se dieron al menos dos hechos positivos que no se perciben por ciertos aficionados.
El primer hecho es que ha existido continuidad en el esfuerzo y que Queiroz ha capitalizado lo construido por su antecesor. Esto no lo apreciaron muchos de los analistas, lo que es inexplicable, pues lo que hay son avances significativos, consecuencia del hecho de que el tránsito entre directores técnicos ha sido ágil. Ha habido una evolución, no una revolución (como parece quisieran algunos). No es posible negar que en el poco tiempo que ha sido D.T. el portugués ha tenido un impacto significativo, y que esto no demerita la labor de su antecesor.
Lo segundo es que se logró que a pesar de que Colombia fue eliminado en cuartos de final, el arco no recibió ningún gol. Esto demuestra que la evolución desde los últimos torneos ha sido positiva para el desempeño del onceno.
Si los medios en Colombia se percatan del efecto saludable y el impacto que se logra cuando se resaltan las noticias positivas y se reduce el énfasis en las negativas, posiblemente los logros que tenga esta Selección en un futuro traigan un apaciguamiento del sentimiento de confrontación y agresividad. Esta pasión maligna, hace 25 años motivó el asesinato de Andrés Escobar y ahora genera amenazas a la integridad física de Tesillo. El país claramente se merece algo mejor que eso.
Si los medios en Colombia se percatan del efecto saludable y el impacto alcanzado cuando se resaltan las noticias positivas, posiblemente los logros que tenga esta Selección traigan un apaciguamiento de la agresividad”.