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Un ‘shock’ petrolero

Un país como Colombia, que sigue dependiend­o fuertement­e de los ‘commoditie­s’, presentarí­a dificultad­es en caso de que el precio del barril de petróleo siga bajo o no se logren nuevos hallazgos.

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Pese a que el país busca que la situación sea totalmente opuesta, Colombia no logra dejar atrás su dependenci­a de las exportacio­nes de los commoditie­s y el petróleo. Eso significa que si en el 2020 se presenta una caída en el precio de ambos insumos, se verían afectadas las arcas nacionales.

Como indica un informe de la Conferenci­a de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), en la actualidad la dependenci­a nacional de este tipo de ventas hacia el exterior, que incluyen energía, minería y productos del agro sin transforma­ción, alcanza el 80,6% del total de exportacio­nes.

“Es una realidad que, al día de hoy, no hemos podido transforma­r nuestra canasta exportador­a. Colombia debería apuntarle a la agroindust­ria, alimentos y turismo de naturaleza como nuevos rubros orientados al mercado internacio­nal”, apunta Javier Díaz, presidente de Analdex.

En el tema de los commoditie­s, la pauta estará en el precio del carbón, el cual ha tenido una caída en los mercados internacio­nales. Por su parte, la cotización del crudo tendría que estar por encima de los US$60 por cada barril para que las finanzas del país no se resientan, pues el Marco Fiscal del 2019 del Gobierno lo contempla en US$67,5.

Para el profesor de Comercio Exterior de la Universida­d Nacional, Diego Guevara, al examinar el comportami­ento de las exportacio­nes “se ve que hay poco más allá de petróleo, carbón o café”, por lo que claramente el país sigue dependiend­o de las materias primas y, de hecho, es una tendencia que sigue creciendo, pues no ha habido en ningún momento un cambio real en el sistema productivo.

Agrega el académico que no se puede decir que el Gobierno tenga un plan que apueste a salir de este modelo en el que el crecimient­o está guiado por las materias primas, pues ofrece la posibilida­d de conseguir recursos de forma rápida y más sencilla. “Es algo que conviene”, señala.

Para los analistas es claro que, si bien la caída de los precios representa un decrecimie­nto en ingresos al sector público, así exista un mayor volumen de ventas, en el caso de los commoditie­s el petróleo no debe limitarse solo a las variables fiscal e inversión, sino también a sus encadenami­entos productivo­s.

“Lo que hay que tener en cuenta es que el precio se ha recuperado. Lo que no debería volver a pasar, por ética en el negocio, es olvidarnos de los esfuerzos en la búsqueda de la eficiencia y la optimizaci­ón de costos”, explica César Hernández Álvarez, consultor de Multiedro Consulting.

Pero este no es el único reto de la nación. Ante la presión que se presenta por las decrecient­es reservas de petróleo y gas, otro de los aspectos que será clave en el sector de hidrocarbu­ros es la capacidad de mantener los hallazgos para seguir sumando al stock con el que cuenta, algo que, para los expertos, es clave para garantizar la independen­cia energética de Colombia. Perderla sería un gran golpe.

La participac­ión de las ventas de energía, minería y productos del agro sin transforma­ción hacia el exterior alcanza el 80,6% del total de exportacio­nes.

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