Siguen los problemas mundiales
Las disputas comerciales ya han asestado un duro golpe a la economía global y, por lo tanto, han afectado fuertemente a Latinoamérica. Esto ha frenado el dinamismo en todas las latitudes.
El recrudecimiento de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y el resto de tensiones que se han desarrollado en el mundo durante el 2019, han hecho que el crecimiento económico sea el más bajo en años.
En concreto, el avance en el PIB mundial para el 2019, según el FMI, será de alrededor del 3%, lo que supone una debilidad inédita desde la crisis financiera del 2008. Pero, para Latinoamérica, esta situación es incluso peor. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el crecimiento de este año sería de 0,1% para el conjunto de la región, y de -0,2% para Suramérica, lo que representa una desaceleración significativa respecto al alza de 1% del 2018.
Colombia no es inmune a esta situación. Como indica la Cepal, el país crecería este año al 3,2%, que si bien supone uno de los datos más altos de toda Latinoamérica, está por debajo del potencial que, según los expertos, tiene el país.
Entre los aspectos que han esgrimido las autoridades para explicar este fenómeno se encuentra precisamente la guerra económica internacional, pues está golpeando directamente al comercio y a las inversiones, dos de los principales motores que tiene Colombia para seguir impulsando su producción.
Sin embargo, las previsiones para el próximo año muestran una mejora frente a lo visto durante el 2019, aunque con un ‘pero’: si en el 2020 no se logran dejar atrás los conflictos comerciales y el resto de disputas, estos podrían ir empeorando.
Por lo pronto, la Cepal estima que el crecimiento del 2020 en Latinoamérica será de 1,4%, debido, principalmente, a la mejora que presentarían algunas de las principales economías, especialmente de Brasil, México o Argentina que, aunque seguirían en recesión, lograrían reducir la caída.
Las consecuencias de este menor dinamismo económico en el mundo y en la región tiene implicaciones claras para Colombia. Además del menor crecimiento, se registran incrementos en rubros como el del número de personas en la pobreza, en el de la brecha de desigualdad, o el del estancamiento de la mejora en las condiciones de vida.
Hoy, ninguna economía es un ‘oasis’ que pueda sobrevivir por sí misma. Por eso, si al mundo le va mal, y si especialmente el vecindario no logra mejorar sus cifras y dejar atrás las tensiones, Colombia terminará sufriendo el golpe.
Como indica la Cepal, el país crecería este año 3,2%, que si bien supone uno de los datos más altos de toda Latinoamérica, está por debajo del potencial que tiene Colombia.