Manos a las obras
La del 2020 se espera que sea la década de oro en infraestructura nacional. Gobierno, gremios, empresarios y expertos hablan de su desarrollo para el año que viene, pero también de sus enormes retos.
El sector de infraestructura es un pilar importante de la economía, el empleo y desarrollo del país. Las grandes inversiones proyectadas, las tecnologías de vanguardia, la necesidad de integración del sistema intermodal, las nuevas reglamentaciones, el cambio climático, el fortalecimiento empresarial, la vigilancia y control de la concepción, diseño y ejecución de las obras y hasta el replanteamiento de la formación de los futuros profesionales de esta industria, hacen parte de los desafíos que se tendrá en el 2020.
El próximo año, el Gobierno dará inicio a la que se ha llamado la década de oro en infraestructura, cuya apuesta son proyectos de alto impacto que incluyen resolver la conectividad vial de Bogotá y las costas, la gestión integral del corredor vial Bogotá-buenaventura, accesos en tres ciudades, tren de cercanías y metro de la capital, aumento de la capacidad de El Dorado, un modelo de desarrollo de la altillanura con incentivos simultáneos al desarrollo de la conectividad, el Canal del Dique y la navegabilidad del río Magdalena.
“La infraestructura es uno de los pilares de la economía debido al impacto en la generación de empleo, el fomento de negocios de todo tipo y en la competitividad del país. Por eso, para el 2020 se esperan más cierres financieros de las autopistas 4G y la estructuración de la siguiente ola de concesiones, que dinamizará aún más el sector”, asegura José Luis Hurtado, project engineer de Geobrugg-warco S.A.S.
Por eso, las inversiones son el primer paso de la apuesta gubernamental. La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) tiene estructurados 29 proyectos con una inversión total de $99,6 billones, incluyendo Capex y Opex que estarían representados en 17 obras de carreteras por $42.3 billones; nueve aeroportuarias de $47,9 billones; una construcción férrea de $3,7 billones; un
proyecto fluvial por $2,3 billones, y uno más a nivel logístico por $0,3 billones.
El Instituto Nacional de Vías (Invías), por su parte, según informe de la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI), propone ejecutar 50 proyectos dentro del Plan Vial del Bicentenario Colombia 2030, así como terminar corredores estratégicos, viales y regionales al intervenir más de 1.700 km por un monto de $13,4 billones, que se ejecutarían del 2020 al 2030. El presupuesto específico destinado para las obras del año que viene es de $1,5 billones.
A nivel aeroportuario, la Unidad Administrativa Especial de Aeronáutica Civil (Aerocivil), tiene contemplado intervenir 14 aeropuertos con rehabilitación de pistas, además de la construcción de torres de control, entre otros proyectos. Eso significa un presupuesto en el 2020 por $413.983 millones.
De otro lado está el proyecto de Cormagdalena, denominado APP del Río Magdalena, el cual pretende recuperar la navegabilidad de ese afluente entre Puerto Salgar (Cundinamarca) y La Dorada (Caldas), hasta Barranquilla, con una inversión de $1,26 billones, los cuales se ejecutarán en 15 años.
El gasto presupuestal en las autopistas de Cuarta Generación es vital para el país, pero también lo es el de vías secundarias y terciarias, así como garantizar una continuidad logística que permita que las cargas lleguen a los puertos, el transporte intermodal, la eficiencia en los peajes –donde, en promedio, se pierden entre 7 y 11 minutos, según la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi)–, el encadenamiento productivo, la sostenibilidad, la lucha contra la corrupción y la revisión juiciosa de la formación de los futuros profesionales, lo mismo que el seguimiento al buen ejercicio para evitar casos tan lamentables como el colapso del edificio Space o el puente de Chirajara.
Desde la academia se vienen promocionando, entre los estudiantes de ingeniería, las buenas prácticas en la formación a través de nuevas metodologías de enseñanza y aprendizaje, así como el fortalecimiento de la relación universidad-empresa, la internacionalización como oportunidad de doble vía y la ética profesional, clave para el ejercicio responsable en estas construcciones, según afirma Luis Alberto González Araújo, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería (Acofi).
Y es que el buen ejercicio de los profesionales vinculados con la infraestructura es un tema de primer orden. El Consejo Profesional Nacional de Ingeniería (Copnia) viene atendiendo denuncias que en los últimos años han producido sanciones como cinco cancelaciones de la tarjeta profesional en el 2017, por el caso Space, y tres más por el de los Nule, por ejemplo.
“Hay situaciones en las que prima el lucro económico desmedido por encima del quehacer técnico. Acabamos de firmar un convenio con el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio para revisar en segunda instancia proyectos y evaluar y generar las sanciones a que haya lugar”, asegura Rubén Darío Ochoa Arbeláez, director del Copnia.
De otro lado, existen enormes retos frente al sistema de infraestructura de tipo origen-destino que facilite la llegada de la carga a los puertos. Solo en los corredores centro-buenaventura y centro-costa Caribe se mueve el 95% de los cargamentos del país y se requiere continuidad.
“Para el sector privado, es importante que el corredor de infraestructura esté completo, además de que se terminen las vías de acceso a zonas industriales en Bogotá, Manizales o Medellín. Igualmente, es trascendental terminar el túnel de La Línea, la segunda calzada Calarcá-cajamarca y la vía Buga-buenaventura, así como que se tome decisión sobre el dragado del canal de acceso de Buenaventura para que ingresen buques de más de 10.000 TEUS (Twenty-foot Equivalent
Unit), que atienden el mercado internacional”, sugiere Édgar Higuera Gómez, gerente de Infraestructura, Logística y Transporte de la Andi.
Además, existe la necesidad imperiosa de impulsar, como lo sugiere el Plan Nacional de Desarrollo, una política clara de transporte intermodal que tendría la ventaja de ahorrar entre un 20% y 40% de los costos. “En Colombia, el 93% de la carga se maneja por camión –advierte Higuera–. Si se puede pasar parte de ella a los corredores intermodales, el transportador se ahorraría hasta un 40% de sus gastos”.
En la agenda también está pendiente que el Comité AIS-200, de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sísmica (AIS), presente su propuesta de actualizar la Norma Colombiana de Diseño de Puentes, además de trabajar en el documento ‘Metodología para realizar las pruebas de carga en puentes vehiculares nuevos y existentes’, que debe ofrecer recomendaciones mínimas para implementar, ejecutar y validar las pruebas de carga vehiculares, según explica Julián Carrillo, miembro de la junta directiva de la AIS y de la Asociación Colombiana de Ingeniería Estructural (Acies).
El proyecto para recuperar la navegabilidad del río Magdalena entre Puerto Salgar y Barranquilla se ejecutará en 15 años, con una inversión de $1,26 billones.