Llegó la hora de cosechar
Apalancado sobre la apuesta del Ministerio de Agricultura, el sector del agro puede crecer en el 2020, pero necesita enfrentar retos como el de un menor presupuesto anual y el de mejorar las vías de comunicación.
EEl ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Andrés Valencia Pinzón, ya ‘sembró’ sus apuestas para el desarrollo del sector en el 2020 y en los años que siguen. Lo hizo en el reciente acto de rendición de cuentas de su cartera, en el que se comprometió a sacar a 600.000 campesinos de la pobreza multidimensional en lo que queda de la adminisración, mejorar las condiciones de acceso a la tierra con 13.797 títulos formalizados, reducir la volatilidad de los precios y aumentar el rendimiento de la producción.
Igualmente, gracias a la estrategia ‘Coseche y Venda a la Fija’, vinculará al modelo de agricultura por contrato a 100.000 productores el próximo año, lo mismo que beneficiará a 120.000 de estos con el servicio de extensión agropecuaria. Igualmente, con la estrategia ‘360 Grados’, la cobertura total de riesgos para 193.676 hectáreas gracias al Seguro Agropecuario. También vinculará a otros 29.087 productores en estrategias de inclusión productiva, al tiempo que superará la cifra de 5,6 millones de toneladas en exportación de productos.esas fueron sus promesas.
A su turno, Mauricio Rodríguez Acosta, profesor principal de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, destacó dos programas que serán claves en el 2020: el Pacto por la Equidad de la Mujer Rural, suscrito entre el Gobierno, organizaciones sindicales y de mujeres rurales, gremios y empresas del sector productivo del sector agro, y el de Colombia Rural, del Instituto Nacional de Vías (Invías) porque, dice, ambos van en línea hacia un agro
sostenible, donde sirven de guía los denominados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
El primero de ellos hace énfasis en el tema rural y señala que se deben generar ingresos sostenibles para grupos, en particular para los más vulnerables, entre los que están las mujeres del campo, por lo que el Pacto por la Equidad de la Mujer Rural le parece vital.
“Así como se puede considerar vulnerable, este género también tiene una capacidad de producir ingresos más altos para que el sector rural tenga mejores posibilidades de acceso, entre otras cosas, al crédito”, anota Rodríguez.
Esta iniciativa, que lidera la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, en asocio con el ministro de Agricultura y la consejera presidencial para la Equidad de la Mujer, Gheidy Gallo, es un acuerdo de articulación público-privada que busca “mejorar la calidad de vida de las mujeres rurales, priorizando las de bajos recursos, y consagrar medidas específicas encaminadas a acelerar la igualdad de género”, como lo establece la Ley 731 del 2002. “Es la primera vez que un gobierno establece un pacto por el empleo, la formalidad y el desarrollo de las campesinas, con programas concretos y tiempos cortos, para saldar la deuda histórica del país con la mujer del campo colombiano”, expresó sobre este programa la Vicepresidenta de la República.
Mejoramiento de vías
Rodríguez, además, afirma que ese objetivo también se refiere a mejorar el acceso a los mercados, y es allí donde Colombia Rural tiene cabida, porque también implica renovar carreteras terciarias para garantizar la llegada de productos a los territorios, así como la salida hacia otros compradores. El profesor explica que el programa del Invías puede resultar muy favorable, puesto que uno de los grandes problemas que enfrenta el agro es la conexión entre productores y mercados, elemento clave para que los agricultores puedan tener una fuente de generación de ingresos razonable. “Por eso este es un tema que se debe mejorar en forma rápida en términos de infraestructura”, advierte.
Colombia Rural es un programa estatal que busca mantener y mejorar la transitabilidad de la red vial terciaria. “Con una movilidad más segura y eficiente impulsamos la reactivación de las economías locales, al facilitar la comercialización de productos agrícolas y ganaderos, la promoción de destinos turísticos y el acceso a bienes y servicios”, asegura el experto, al tiempo que dijo que la productividad y la conexión son dos ejes pirncipales de la medida.
Cree, de otra parte, que todavía existe mucha incertidumbre en los mercados internacionales, especialmente con lo que pueda pasar ahora con los precios de las divisas que, con el desarrollo de los paros, se han incrementado, y esto termina impactando a los medianos agricultores, sobre todo por el costo de los insumos.
Menor presupuesto
A ello se suma una preocupación mayor generada por el reciente anuncio relacionado con una disminución en la asignación presupuestal para el 2020 ($1,79 billones), frente a la establecida para este año ($2,4 billones) –más de un 20%–, según lo reconoció el propio ministro Andrés Valencia.
Por otro lado, según Román Leonardo Villarreal Ramos, docente de Economía del Politécnico Grancolombiano, las proyecciones del 2020 para Colombia no son muy alentadoras debido a que “las políticas de desarrollo sostenible del gobierno de Duque con relación al agro se sustentan en incrementar las exportaciones del sector, fortaleciendo la innovación pero sin mencionar aspectos de sostenibilidad”.
De otra parte, enfatiza que el discurso del Ministerio sobre el plan en contra de la deforestación resulta “poco coherente”, quedando consignado que se permitirá “deforestar cerca de 900.000 hectáreas en los próximos cuatro años, por lo que es importante clarificar las políticas que estimulen el crecimiento del sector de manera sostenible, sin generar sobrecostos futuros de tipo ambiental y social”.
En cuanto a lo que le hace falta al país en materia agropecuaria, Villarreal piensa que se debe mejorar la productividad del sector y que ello se consigue con la formalización de la propiedad rural, puesto que hoy el 54% de los productores del país carecen de títulos de propiedad.
Renovar carreteras terciarias que garanticen la llegada de productos a los compradores es vital para asegurar ingresos razonables a los campesinos.