Perspectivas para el 2020.
Mientras el Gobierno busca estimular a las empresas para que exporten sus productos, las pymes agrupadas en clústeres ven con apetito los mercados foráneos. Pero el crecimiento del sector exportador dependerá, en buena parte, del entorno externo.
El 2019 no ha sido un buen año para el comercio internacional. La disputa que han protagonizado las dos economías más grandes del mundo, Estados Unidos y China, ha afectado el resultado de las exportaciones de los países. El tema ha sido tan complejo, que la Organización Mundial del Comercio (OMC) decidió, en octubre pasado, reducir sus proyecciones de crecimiento para los intercambios globales de mercancías para este año, y las pasó de 2,6% –como las había proyectado en abril– a 1,2%. La demanda mundial, que lógicamente impacta las ventas externas de las naciones, se redujo al igual que loas cotizaciones internacionales de las materias primas y de los alimentos. En el primer semestre del año, por ejemplo, el índice general de precios de los commodities cayó 7,7% respecto a igual período del 2018, cuando crecía a una tasa de 16,2%.
Los precios de los alimentos también bajaron 6% y los de petróleo descendieron 4,4%.
Ello impacta el comportamiento de las exportaciones de bienes en mercados como el de China, en donde cayeron en el primer semestre 1%, las de la Unión Europea –que lo hicieron en
9%–, las de Estados Unidos y Japón –en 5%–, las de Corea –14%– y las de economías de América Latina como Perú, en donde se redujeron en 8,1%, y Chile, en 6,4%.
Colombia no es ajena a esta situación. Durante la mayor parte del año 2019, las ventas externas cayeron jalonadas principalmente por el sector de combustibles.
Sin embargo, el 2020 parece más alentador no solo para el mundo, sino también para el país. En el primer caso, si bien la variación del comercio no es la mejor, sí estará por encima del comportamiento de este año. Se estima un crecimiento del 2,7%.
Para el caso de Colombia, la meta de la que ha hablado el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo es aumentar las exportaciones no minero-energéticas, es decir, las de bienes agropecuarios, agroindustriales e industriales, así como de servicios, a US$27.000 millones en el 2022, lo que establece un alza promedio anual que sería de 2,4%.
“Estamos avanzando en la diplomacia sanitaria, en el fortalecimiento de las relaciones comerciales con mercados estratégicos y con los que tenemos acuerdos vigentes. Esto nos llevará a diversificar la oferta y los mercados, y aumentar esa clase de exportaciones”, apuntó recientemente el ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo Abondano.
Para lograr ese crecimiento, el Gobierno tiene una estrategia, ‘Colombia Exporta’, con la que busca lógicamente hacer crecer las ventas al exterior de bienes diferentes al petróleo, al carbón y a los minero-energéticos en general, lo cual pasa por hacer que más empresarios se animen a exportar.
¿Están listos?
En Colombia, se estima que las empresas que exportan son poco más de 10.000, pero una mínima parte concentra el 80 o 90% del total de las ventas externas. Y el empresariado nacional manda al extranjero excedentes, es decir, lo que sobra después de atender el mercado interno.
Se espera que esos ‘sobrantes’ sean muy pequeños para el nuevo año: no va a tener grandes cifras.
El presidente de la junta directiva de la Cámara Colombo China de Inversión y Comercio, Carlos Ronderos, advierte por su parte que hay miles de empresas que podrían contribuir al aumento de las ventas externas.
“Las estrategias que tiene el Gobierno son realmente más para un horizonte de mediano y largo plazo. Hay que hacerlas, es muy importante, y si se continúan y son permanentes en el tiempo, darán buenos resultados”, señala Ronderos.
Parte de la estrategia gubernamental le apunta a fomentar la cultura exportadora al apoyar a los empresarios. “El trabajo que adelantamos es para estimular a los que ya venden en el exterior, así como a las pymes y a los futuros exportadores, para que impriman el ADN de la internacionalización en sus compañías y en sus modelos de negocio”, dice la viceministra de Comercio Exterior, Laura Valdivieso Jiménez.
De manera articulada, las entidades del sector comercio, industria y turismo han puesto la oferta institucional al servicio de los comerciantes que quieran exportar. Desde la cartera se les ha explicado que son varios los instrumentos que se tienen para atender diferentes aspectos. Por ejemplo, se hace una valoración de la empresa, pero de su proceso de internacionalización. “Le ayudamos con estudios de mercado a la medida y
con la definición de un modelo de negocios que involucra mercados objetivo, clientes y canales de distribución”, explica la funcionaria.
Igualmente, se les ayuda con profesionales que las asesoran en procesos que se deben seguir para exportar o importar, y se les capacita en los trámites aduaneros y cambiarios que se deben hacer en la apropiación de figuras de facilitación de comercio, como los Operadores Económicos Autorizados o el Plan Vallejo, así como en el desarrollo de canales de venta como el e-commerce.
Y en el 2020 se lanzará el programa Fábricas de Internacionalización, con el que se pretende consolidar y escalar la oferta de servicios y aumentar las exportaciones no minero-energéticas para fortalecer el proceso, fomentar esta cultura y ampliar el tejido empresarial que sale al exterior.
La presidenta de Acopi, Rosmery Quintero, señala que, si bien sigue siendo bajo el número de micro, pequeñas y medianas empresas que despachan productos hacia fuera, en la última medición hecha el 26% de ellas aseguró haber exportado. “Están verdaderamente haciendo la tarea”, dice.
Las que más le apuntan a la internacionalización son las que trabajan en clústeres o en métodos asociativos. Justamente, están recibiendo la asesoría de Procolombia con su programa Consorcios de Exportación, a través del cual se establecen sinergias y alianzas voluntarias entre los empresarios para la promoción conjunta de bienes y servicios, mejorar las posibilidades de exportación y reducir los costos y riesgos que implica llegar a los mercados foráneos.
“Hay un gran porcentaje de compañías que no tienen expectativas de exportar –explica Quintero– y son pocas las que están considerando buscar mercados externos. Sin embargo, cuando hablamos con las que están vinculadas a un clúster, el tema es distinto, pues se unen las capacidades productivas y las plantas tecnológicas que tienen para llegar al exterior”.
La directiva destaca que las firmas están importando maquinaria, lo cual indica que “estamos teniendo una renovación de equipos y eso es un buen mensaje. Nuestras empresas se están preparando”.
Obstáculo exterior
Por su parte, Javier Díaz Molina, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores (Analdex), considera que no hay características homogéneas entre las compañías para establecer si hay o no capacidad exportadora y que esto se debe evaluar por sectores. Sin embargo, advierte que sí hay perspectivas de aumentar las ventas externas.
“Hay posibilidades de crecer –apunta–, y la limitación no está por el lado de la capacidad. Indudablemente, el mercado interno ha venido creciendo, pero yo creo que los obstáculos están por el lado de la demanda internacional”.
El directivo agrega que si bien se empieza a sentir un mejor comportamiento de los productos en los sectores agrícola, agroindustrial y manufacturero , y el cual permite ser optimistas, el resultado va a depender de lo que pase en el entorno global.
La meta del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo es aumentar las exportaciones no minero-energéticas a US$27.000 millones en el 2022.