La Armada de Colombia.
El Almirante Evelio Enrique Ramírez Gáfaro, experto en las labores del mar con casi cuatro décadas de experiencia, es el Comandante de la Armada de Colombia. Él lidera esta gran ‘empresa’ del sector Defensa, y junto a más de 31.000 hombres y mujeres son los encargados de proteger los océanos, costas y ríos de la Nación.
Cada nuevo día, el Almirante Ramírez Gáfaro llega temprano a la oficina para ejercer sus labores como Comandante y a pensar cómo gerenciar esta empresa de la Nación. Nacido en Pamplona, Norte de Santander, le ha dedicado toda su vida a esta Institución. Hijo de un oficial del Ejército, ingresó a la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla” en 1981, graduándose como Teniente de Corbeta en diciembre de 1984.
Con cerca de 40 años de experiencia en la Institución, es un líder natural para guiar a la empresa en la misión diaria de “contribuir a la defensa del país a través del empleo efectivo de un poder naval flexible en los espacios marítimo, fluvial y terrestre”, como él mismo lo asegura.
Pero ahora no habla como un comandante, sino como el gerente de esa compañía nacional que es la Armada de Colombia. Tras un año que lleva al frente de ese cargo, la dirige para continuar proyectándola como una próspera empresa para los colombianos.
¿Cómo es gerenciar una empresa cuyo capital son dos océanos y muchísimos ríos?
La jurisdicción de la Armada de Colombia abarca cerca del 45% del territorio nacional, es decir, 598.000 km2 en el Mar Caribe y 369.000 km2 en el Océano Pacífico. En tierra hacemos presencia en 48 municipios de Bolívar, Córdoba y Sucre, mientras que en lo fluvial tenemos a cargo unos 16.000 km de longitud en ríos. Nuestra ‘gerencia’ se efectúa mediante un concepto de mando centralizado, pero con una ejecución descentralizada. Para ello contamos con cuatro Fuerzas Navales –dos marítimas y dos fluviales–, a través de las cuales se cumple la misión de salvaguardar la vida, honra y bienes de los colombianos, y defender la soberanía nacional. Cerca de 27.000 hombres y mujeres hacen parte de esas cuatro Fuerzas y para el cumplimiento de los objetivos cuentan con activos importantes que hacen parte del concepto de nuestro poder naval materializado en buques, submarinos, aeronaves, Estaciones de Guardacostas y Unidades de Infantería de Marina, entre otros. Así, esta gran empresa afronta unos retos importantes, pero también grandes oportunidades.
¿En qué se parece un gerente y un almirante?
Así como en las empresas el gerente tiene una junta directiva, en la Armada Nacional contamos con un Estado Mayor Naval, que es una instancia de asesoría y decisión en términos de planeación, proyección y ejecución de los objetivos y proyectos institucionales. Para cumplir la misión, nuestra estructura se asemeja a la de una compañía, en dos ámbitos: uno operacional y otro administrativo. En el primero, la labor se cumple a través de las cuatro Fuerzas Navales, con sus buques, aviones, batallones y talento humano. El segundo se rige con procesos y personal altamente calificado. Un almirante, al igual que un gerente, es
responsable de liderar, proyectar y ejecutar planes de esta empresa. Pero, a diferencia de un gerente, un comandante debe tener la disponibilidad permanente, es decir, estar en capacidad de atender cualquier requerimiento o situación operacional 24/7, los 12 meses del año.
¿Hoy qué desafíos tiene al frente la Armada de Colombia?
En el marco de la misión constitucional, hemos implementado el eslogan ‘Protegemos el azul de la bandera’: es decir, ese azul que representa mares y ríos en donde hacemos presencia. Es un área que abarca casi la mitad del territorio nacional, en donde nuestros hombres y mujeres trabajan para generar las condiciones de seguridad y tranquilidad para los colombianos, así como para el desarrollo de esas regiones.
¿Qué otra función incluye ‘proteger el azul de la bandera’?
Podríamos mencionar el cuidado y protección de las ‘líneas de comunicación marítima’: los puertos que tiene Colombia tanto en el Caribe como en el Pacífico y por donde se mueve el 97% del comercio exterior del país, requieren mantenerse libres de cualquier afectación desde el punto de vista de seguridad, que pueda incidir en el tránsito normal de las líneas de buques mercantes de bandera nacional o extranjera que naveguen en aguas colombianas. Ese es otro desafío que igualmente es 24/7. Lo mismo sucede en los ríos de Colombia, que son las vías de comunicación por donde entran y salen productos vitales para las regiones, y es nuestro deber brindar la seguridad que requiere su libre tránsito.
¿Y en cuanto al medio ambiente?
Este es otro reto importante: preservar las áreas protegidas del país como el Seaflower, en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, o la isla de Malpelo, cuya flora y fauna son susceptibles de ser afectadas por actividades de pesca ilegal y depredadora. Así mismo, es preciso combatir la actividad criminal relacionada con la minería ilegal en nuestros ríos, considerando el impacto que tiene no solo en la contaminación de estos afluentes donde yacen estos recursos minerales, sino también, por supuesto, que termina siendo un generador de inseguridad, porque detrás de esta explotación están las organizaciones criminales. Es importante el esfuerzo que realizamos en relación con la protección de la vida humana en el mar: este año, hemos rescatado a más de 600 personas, es decir, casi dos al día, en un promedio de más de 130 operaciones tanto en el Caribe y en el Pacífico, como en los ríos.
La Armada de Colombia, como empresa, ¿cómo adelanta sus programas de Responsabilidad Social Empresarial?
Uno de nuestros principales programas es el que denominamos ‘Operaciones de Acción Integral’, que buscan generar un impacto en poblaciones alejadas y cuyas únicas vías de comunicación son el mar y los ríos. En este sentido, hemos venido implementado las llamadas ‘Jornadas de Apoyo al Desarrollo’, en alianza con empresas privadas, otros ministerios e instituciones no gubernamentales, a través de las cuales llevamos servicios de salud, construcción y educación. En lo que va del 2019 se han prestado más de 100.000 servicios de salud y bienestar, y han sido entregadas más de 80 toneladas de ayuda humanitaria para beneficiar a más de 34.000 colombianos.
Mencionó usted ayudas en el campo de la construcción…
Sí señor, hemos apoyado varios proyectos de infraestructura, sector en el que, para el año 2019, articulamos recursos por más de $4.000 millones para construir embarcaderos fluviales en diferentes departamentos. También apalancamos 47 proyectos productivos en agricultura, piscicultura y horticultura por valor de casi $7.000 millones, que benefician a más de 15.000 personas en 30 municipios del país. En relación con este programa de responsabilidad social, hemos implementado el #Corazónazulado, el cual representa no sólo la relación con el azul de la bandera, sino con el estar al lado de los colombianos.
¿Cómo es la labor en el terreno de la sustitución de cultivos ilícitos?
Coordinamos una serie de programas de sustitución de cultivos ilícitos, con los cuales asesoramos a los campesinos para que se dediquen al desarrollo de productos agrícolas que sean más favorables y de beneficio para el desarrollo del campo. Igualmente realizamos un esfuerzo importante en la lucha contra el narcotráfico y, en ese sentido, desde el año pasado implementamos una Operación Naval denominada Campaña ‘Orión’, que busca establecer una alianza con las naciones afectadas por el narcotráfico para que comprendan que el problema no es solo de los países productores, sino también de los de tránsito y los de destino final. La campaña ha sido tan eficaz que cuando realizamos la primera versión logramos comprometer a ocho países de la región y hoy ya hacen parte de ella un total de 22, incluidos países de Europa. Gracias a estas alianzas, hemos logrado incautar a la fecha 143 toneladas de clorhidrato de cocaína y más de 37 toneladas de marihuana, en un tiempo récord de 150 días de operación.