Emprendimiento.
La venta de pantuflas especiales para sacar a pasear a las mascotas, elaboradas con materiales reciclados y sostenibles, ayuda a impulsar los programas de esterilización de perros callejeros.
Berta tenía una vida de perros. “Estaba en unas condiciones bastante tristes. No tenía dientes, tenía la colita cortada y problemas de piel. Yo siempre fui amante de los animales, pero la situación en que me la entregaron me marcó”, dice la empresaria de 28 años Juliana Roa, que hace dos años adoptó a la perrita en Bogotá.
Esa huella también trazó el futuro de ambas al concretar una idea que rondaba por la cabeza de la joven desde hace tiempo: ayudar a las mascotas desprotegidas.
La posibilidad de montar una fundación la descartó, porque sabía que la iba a comprometer emocionalmente. Por eso, el mejor camino que encontró fue seguir adelante con la ayuda de su vena empresarial, heredada de una familia que le ha transmitido la importancia de abrirse campo en el mundo de los negocios, crecer y generar empleo. Ese es el origen de las pantuflas para calle marca Bert – en homenaje a su hija adoptiva– que empezó a moverse en el mercado desde hace apenas un par de meses.
“El objetivo de la venta de estas pantuflas es disminuir la población de perros callejeros en Colombia y la manera de hacerlo es a través de la esterilización. La idea es que por la compra de dos pares del producto, nosotros aportamos para un procedimiento. En jornadas masivas, esta operación vale $60.000, pero para un particular la suma puede llegar hasta los $150.000, dependiendo del peso”, asegura.
La primera jornada de esterilización se llevará a cabo a finales de este mes de marzo, en alianza de tres fundaciones, con el fin de que los clientes adquieran credibilidad sobre la intención del programa sostenible. “Es que también se dan casos de empresas que se aprovechan de este tipo de temas para lucrarse”, explica.
El primer punto escogido está en el municipio de La Vega, Cundinamarca. “Se busca que estas actividades se realicen fuera de Bogotá –agrega Juliana Roa-, porque en la capital el tema de protección animal está muy consolidado, mientras que en los municipios pequeños hace falta mucho trabajo”. Sueños sostenibles
Desarrollar negocios no es difícil para Juliana Roa. Su primer sueño empresarial fue fundar Nui, una compañía de productos especiales para dormir mejor creada hace tres años. “Nui funciona súper bien. Vendemos una línea para descansar muy enfocada a la parte corporativa. Ofrecemos charlas de sueño, diagnósticos sobre cómo los empleados están durmiendo y recomendaciones acerca de las formas para aumentar su productividad. Esto tiene que ver mucho con la aromaterapia, las esencias, las velas, las cobijas y las fundas en seda, entre otros artículos. A partir de ahí, empecé a mirar cómo crear un producto asociado al descanso y la comodidad, pero relacionado con la protección de los animales”, señala. La emprendedora identificó las cosas en común de quienes tienen mascotas, especialmente en la mañana y en la noche, y una de ellas es que carecen de zapatos cómodos para llevarlas a pasear. Generalmente, deben ponerse tenis o las tradicionales pantuflas que usan cuando se levantan de la cama, pero que no son apropiadas para el recorrido que deben hacer con el animal, lo mismo que para recibir al domiciliario o para salir a la tienda cercana a hacer una compra rápida.
La emprendedora identificó cosas en común de quienes tienen mascotas, y es que en la mañana y en la noche, al salir a pasear, carecen de zapatos cómodos.