La tercera, no puede ser la vencida
En marzo del 2020, mucho de lo que conocíamos cambió: una pandemia golpeó la economía, la OMS es tan poderosa como la OTAN, Putin puede ser reelecto hasta el 2036 y el petróleo vuelve a ser barato. Son situaciones que redefinen el poder y el mercado, y que nos generan devaluación en Colombia y, seguramente, más inflación.
Esta combinación de dólar más caro y más inflación ya es la tercera vez que la tenemos en este siglo, y muchos de los hogares y personas que hoy estamos en Colombia ya hemos vivido las dos anteriores y esperamos que sean más hábiles para manejar la tercera.
En 2008-2009, una inflación por el fenómeno de El Niño y una devaluación por la caída del precio del petróleo por la crisis financiera, llevaron a que el gasto de los hogares se frenara, presionando a la economía en un esfuerzo importante para salir de ese freno y ponerse en marcha nuevamente; entre el 2015 y el 2016, la cosa fue diferente, porque lo primero fue una muy fuerte devaluación por el precio del crudo, que después se sumó al Niño más intenso en años, que causó una inflación que llegó casi al 9% a mediados del 2016, ayudada por un paro camionero. Esta vez, es un virus y no El Niño, el que nos pone en el reto de una nueva inflación, que seguramente no será grande, pero tiene componentes fundamentales que van a cambiar las cosas.
Del primer choque salimos con una fuerte revaluación que cambió el comportamiento de los colombianos, llevándonos a ser compradores 'premium'; el segundo, más fuerte, causó todo lo contrario, pasamos a ser compradores de promociones y creció el ecosistema de precios bajos. Este nuevo choque nos va a transformar, porque al estar en casa por tanto tiempo, muchos de nuestros comportamientos, hábitos y costumbres se vieron afectados y, si bien la devaluación se ajustará pronto y la inflación no será mayor del 5%, aprenderemos a comprar y consumir menos, causando nuevas reglas en el mercado. Por esto, la tercera devaluación del siglo será definitiva, porque la gente aprende y aprehende muy rápido.