Empresarios en subida, ¿será el empleo?
Esta semana Invamer reportó otro aumento en como la opinión pública califica el rol de los empresarios en Colombia. Llega al 62%, el punto más alto compartido únicamente con solo pocos momentos en la última década; igualmente la reputación de la Andi sobrepasó a casi todas las instituciones.
Pero salir un empresario a resaltar los logros de su mismo sector pudiere solo mostrar su pertenencia a la sociedad del mutuo elogio. Por el contrario es la crítica, como en la ciencia, lo que permite mayores cuestionamientos y por ello avances que nos lleven a nuevos paradigmas. Examinemos las palancas que tiene esa subida.
Primero, la reactivación. En el mundo en que vivimos, el empleo es un factor crítico. Tanto, que el empleo formal empieza a formar parte del imaginario ideal de nuestra sociedad y su primera obligación. Es un ingreso y un quehacer constante donde se brindan oportunidades profesionales y se crece social y personalmente, independientemente del nivel. Al otro lado del espectro está la temible y terrible informalidad, el ingreso día a día, una causa fundamental de la pobreza.
Segundo, está la frentera decisión de los empresarios más grandes y las personas más pudientes para que cayera sobre ellos el gran peso de la reforma tributaria; esta es necesaria para un ‘mínimo' de la estabilidad macro económica, de las principales fortalezas de la economía colombiana.
Luego estuvo el impulso a la vacunación privada con un esfuerzo de casi 3.000 empresas de todo tamaño y $285.000 millones de sus propias arcas para sobrepasar ya el millón de dosis aplicadas. La iniciativa tuvo importantes repercusiones dentro de las compañías y las familias de sus colaboradores que pudieron apreciar el sentimiento que se tiene por ellos.
Finalmente, la posición frente al paro de mayo, las enormes pérdidas económicas, el cierre de empresas en el sur occidente y la caída del empleo resaltaron para la opinión la importancia de un sector privado incluyente. Fue una lección intensa y dura de realidad económica para la población en que se entendieron el rol que juegan desde restaurantes, pequeñas fincas hasta medianas y grandes organizaciones.
Las empresas sin propósito y resalto, sin propósito social, empiezan a ser vistas hoy ‘fuera de juego'. Por ello estas acciones gremiales y gerenciales acercan a la comunidad empresarial a lo que en Colombia y en muchos países se empieza a idealizar como la empresa que discierne, la compañía que entiende su entorno más allá de sus paredes en la comunidad donde está localizada; donde sus proveedores, clientes, colaboradores, el medio ambiente son de su resorte, efecto y afecto.
Sólo mayores y más determinantes acciones en estos sentidos variados y estas 4 acciones concretas de los últimos meses podrán impulsar a los empresarios desde las mypimes hacia otras de mayor tamaño a seguir en la senda de consideración favorable de la población colombiana; con las consecuencias positivas y la mayor responsabilidad que esto conlleva.
Una lección de realidad económica para la población en que se entendieron el rol que juegan desde restaurantes, pequeñas fincas hasta medianas y grandes organizaciones”.