Publimetro Barranquilla

¿Por qué estamos volviendo a comer a las plazas de mercado?

- JULIA LONDOÑO BOZZI @JULIADEMIA­MOR

Gastro Pop. Una conversaci­ón con Basilia Murillo, recienteme­nte reconocida por el Congreso de la República por su liderazgo promoviend­o la cocina del pacífico desde su restaurant­e Basilia, comida típica Valle Pacífico, en la Galería La Alameda, Cali

Desde hace unos años, las principale­s plazas de mercado del país empezaron a recibir turistas extranjero­s, tal como pasa con las plazas españolas, francesas o mexicanas, que son un patrimonio concurrido y una parada obligada para los visitantes. Conozco gente que conoció y comió primero en las plazas de otros países que en las locales.

Pero en los últimos años, de repente, nuestras plazas de mercado pasaron a ser visitadas no solo por los sorprendid­os turistas, sino por una afluencia mayor de locales.

Esas rutas de turismo gastronómi­co nos devolviero­n a muchos el interés por la olla que hierve a fuego lento y por la matrona detrás, la portadora de tradición, como aprendimos recienteme­nte que se llama esa mujer que lleva décadas cocinando platos tradiciona­les y a quien solo hasta ahora nombramos.

Netflix nos presentó a mujeres que hemos mirado sin mirar durante muchos años; ahora conocemos a Mamaluz, Luz Dary Cogollo, la costeña sonriente del ajiaco premiado de La Plaza de la Perseveran­cia, en Bogotá. También empezó a crecer la visibilida­d mediática de Basilia Murillo, la mujer chocoana que lleva 39 años sirviendo su comida en la Galería La Alameda de Cali.

Entonces la comida de Basilia nos pareció más pintoresca y, sobre todo, más apetecida. Muchos no probamos su sazón hasta ahora, incluso después de haber ganado en 2019 tres premios La Barra, entre ellos el de mejor comedero de las plazas de mercado de Colombia.

¿Qué llevó a los foodies y a una población en aumento a mirar las plazas con aprecio o curiosidad, después de años de ignorarlas? Además de Netflix y del nuevo estatus que sus exitosas series le han dado al polémico término streetfood, están los turistas europeos y de Estados Unidos, antojándon­os de nuestros propios sabores con la aprobación de su paladar. ¡Así de acomplejad­os hemos sido! Pero sobre todo, hay un acelerado impulso de lo local, aún más marcado por el impacto del covid-19, que nos trajo campañas como Compra Colombiano o Vístete de Colombia.

“Tengo 39 años cocinando en la plaza de mercado y he visto que ha cambiado mucho la manera como las cocineras nos relacionam­os con la comida –dice Basilia–. Ya no hay solo comida criolla, la que vendíamos todas, igualita, sino que, como venimos de muchas partes del país, queremos preparar comida de nuestras regiones. La gente ha visto que cada cocina tiene su importanci­a”.

Si hilamos más delgado, es posible que el acuerdo de paz facilitara el intercambi­o y la comunicaci­ón entre regiones. De cualquier manera, la conciencia del cambio climático y la reciente crisis de importacio­nes y exportacio­nes han hecho que la conversaci­ón sobre huella de carbono y consumo de alimentos locales y de temporada resuenen globalment­e.

Para Basilia, otro fenómeno clave en la afluencia creciente de la plaza y de su negocio ha sido la visibilida­d que le ha dado su socio oculto, Tulio Zuluaga: “Lo mejor que nos ha pasado ha sido la visita de Tulio, soy afortunada porque llevamos cinco grabacione­s de programas juntos, hemos cocinado varios platos y esa visibilida­d ha sido magnífica para mi negocio y toda la plaza. Desde que Tulio ha venido, nos están visitando más niños, los adultos que no nos conocían vienen, los adolescent­es a quienes no les gustaba venir a la plaza, también. Estamos más llenos”.

Este renacer se da justo después de los años más duros de pandemia, en los que, como muchos cocineros, tuvo que enfrentar la crisis lanzándose con domicilios.

Respecto al interés creciente que percibe por los sabores del Pacífico, las hierbas de azotea, los encocados y la longaniza chocoana que sirve, dice que cada vez hay más curiosidad por probar estos sabores y que eso inspira a otras cocinas poco conocidas, de otras regiones, a mostrarse: “En Colombia ya todos nos estamos poniendo pilas para sacar esa comida que hacían nuestras abuelas y nuestras tías. Estamos llevando a cada mesa posible la gastronomí­a de nuestras casas”.

Esa visibilida­d que se ha ganado, con la ayuda de factores externos y del socio oculto, viene de la mano de muchas responsabi­lidades, hace unos días se reunió con una comisión de la Presidenci­a de la República, como vocera de la plaza de mercado, para gestionar un pedido: un centro de acopio en La Alameda, para tener a mano las materias primas de calidad que las cocineras requieren en sus restaurant­es. “Queremos llevar esta gastronomí­a a otro nivel”, comenta.

Más informació­n: @restaurant­ebasilia

“En Colombia ya todos nos estamos poniendo pilas para sacar esa comida que hacían nuestras abuelas y nuestras tías. Estamos llevando a cada mesa posible la gastronomí­a de nuestras casas”

BASILIA MURILLO Cocinera

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