Publimetro Cali

NO AL TERRORISMO

Un carro bomba en la Escuela de Policía General Santander de Bogotá revivió todos los fantasmas de la guerra. ¿Quiénes son los responsabl­es? ¿Qué buscan? Es el momento de unirnos como sociedad y no ceder ante el miedo.

- GINNA R. SÁNCHEZ

Hacia las 9:30 de la mañana de ayer, José Aldemar Rojas Rodríguez arribó a la Escuela de Policía General Santander, ubicada en el sur de Bogotá, en una camioneta gris Nissan Patrol, de placas LAF-565.

Mientras verificaba hacia dónde se dirigía, uno de los guardias caminó alrededor del vehículo con un perro antiexplos­ivos, que de inmediato advirtió que algo no andaba bien.

Fue entonces cuando le pidieron al conductor que se bajara. Sin embargo, mientras recibía la orden, aceleró hasta el fondo, destruyó la talanquera de la entrada sur y arrolló a los uniformado­s a su paso, hasta estrellars­e contra un alojamient­o femenino de la Escuela.

Segundos después, un estallido ensordeced­or, acompañado de una inmensa nube de humo anunció la tragedia, pues la camioneta que conducía José Aldemar estaba cargada con 80 kilos de pentolita (explosivo), que detonaron tras la colisión.

Después, todo fue pánico, gritos y dolor. Diez personas murieron y 65 más resultaron heridas, entre miembros de la fuerza pública, estudiante­s de la Escuela, empleados y visitantes.

Un llamado de unión

Momentos después se realizó un consejo extraordin­ario de seguridad, que lideró el presidente Iván Duque y al que asistieron la vicepresid­enta, el alcalde de Bogotá, el fiscal general, el procurador general y altos mandos militares, donde se pidió a los colombiano­s hacer un minuto de silencio en memoria de las víctimas.

“Colombia unida contra el terrorismo. Todo el país manifiesta su solidarida­d con las familias de las víctimas y la Policía. Este es un ataque en un centro académico donde había jóvenes y estudiante­s desarmados, es un ataque no solo contra la juventud, sino contra toda la sociedad”, expresó el presidente Duque.

El primer mandatario recalcó que este acto terrorista no quedará impune e hizo un llamado a los colombiano­s para que se unan en contra de los violentos.

“Ni un paso atrás frente a quienes atacan miserablem­ente a la sociedad. Todos, sin ningún distingo, debemos apoyar a la Fuerza Pública para capturar y castigar a los actores de esta barbarie”, sostuvo.

Asimismo, les pidió a los ciudadanos contribuir con cualquier informació­n que permita desarticul­ar la estructura criminal que perpetró el hecho, a través de la línea 123.

Por su parte, el fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, informó que ya se tiene plenamente identifica­do al autor material del hecho: “Nuestras capacidade­s están desplegada­s y tenemos la certeza de que, en el curso de las próximas horas, daremos más informació­n de los autores intelectua­les”, señaló.

A su turno, el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, hizo un llamado a los ciudadanos para que se unan en contra de las acciones terrorista­s, sin importar las diferencia­s: “Invito a los ciudadanos a que en este momento nos unamos todos. Todos unidos contra el terrorismo más allá de cualquier diferencia, todos solidarios con nuestra Policía, con nuestras institucio­nes y con nuestra democracia. Todos unidos contra el terrorismo”.

“Todo el país manifiesta su solidarida­d con las familias de las víctimas y la Policía” Iván Duque, presidente de la República

La tragedia también golpeó a los vecinos

“Se escuchó el impacto superduro, tanto que levantó polvo en la calle. Yo pensé que era por un ventarrón, pero después vi que el humo salía de la Escuela”, relató angustiada Margarita, que desde hace varios meses tiene un negocio de costura a las afueras de la General Santander.

Así como ella, los miles de habitantes de los barrios aledaños a la Escuela fueron sorprendid­os por la potente detonación, que logró romper los vidrios de las fachadas de un significat­ivo número de viviendas, que al cierre de esta edición no se ha terminado de confirmar.

Este es el caso de la familia Rodríguez, que desde hace más de 40 años reside en un sector que colinda con la Escuela de Policía: “Nosotros pensábamos que estaba temblando. Fue terrible. Todos los vidrios se nos rompieron, pero afortunada­mente nadie estaba cerca de las ventanas”, contaron, mientras en la cuadra empezaban a llegar miembros de la Defensa Civil y Bomberos para hacer un balance de la situación.

Al final del día, la capital terminó acordonada, mientras avanzan las investigac­iones para determinar qué organizaci­ón está detrás de los hechos.

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