“NO VAMOS A COMETER LOS MISMOS ERRORES QUE LAS FARC”
El resultado de la implementación de los puntos pactados con las Farc en La Habana son el espejo en el que ahora se mira esta guerrilla que también negocia una salida pacífica con el Gobierno
En la segunda parte de nuestro especial desde uno de los campamentos del Eln en el Chocó, un comandante y uno de sus miembros más antiguos nos contaron qué piensa esta guerrilla sobre el proceso de paz con el Gobierno y cómo se vive desde adentro
“No se trata de quitar pedazos del acuerdo con las Farc y ponérselos al del Eln. Nosotros dijimos que este no sería un proceso exprés y que nos tomaríamos el tiempo para discutir punto por punto”, fueron las palabras del comandante ‘Uriel’, líder del Bloque Occidental del Eln, durante una larga conversación que tuvimos sentados en la tierra húmeda mientras se acercaba una tormenta en medio de la noche.
Su cara no era tan visible, pero sus facciones se revelaban con cada rayo que caía sobre la selva chocoana donde nos encontrábamos.
Por ratos participaba de la conversación un guerrillero al que ya se le notaban los años. Caminaba pausado y siempre que intervenía lanzaba una teoría sobre el comunismo, sobre la guerra o sobre los ideales del Eln. Ambos coincidían en algo: no cometerían los mismos errores en los que las Farc cayeron o tal vez cedieron porque sus miembros se sentían agotados por el conflicto o arrinconados por el Estado.
Por esta razón, están usando el cese al fuego declarado desde el 1 de octubre para discutir en todos sus frentes lo que se está negociando en la mesa de conversaciones que se instaló en Quito, Ecuador, desde febrero de este año.
Horas antes de esta conversación, cuando apenas iniciaba el día, los habitantes de la pequeña población en la que nos encontrábamos se distraían viendo a los guerrilleros ejercitarse mientras preparaban el desayuno o llevaban a los niños al colegio.
Eran las 6:30 de la mañana y en la cancha de ese pueblo del Chocó ya había un grupo de guerrilleros trotando. Son afros e indígenas, mujeres y hombres, que llevaban puesta una sudadera con estampado de camuflado y camisetas de colores. En un arbusto que está a pocos metros dejaron colgado su armamento, municiones y equipos. Parecía que no tenían sueño, ni se veían bajos de ánimo. Por el contrario, bañados en sudor seguían las indicaciones del entrenador. ¿Por qué tanta actividad y preparación en medio de un cese al fuego? Es la duda que me empezó a surgir desde ese momento.
No es lo primero que han hecho en el día. Antes de empezar los ejercicios matutinos ya habían desayunado y habían hecho la formación en la que el comandante del frente pasa revista para verificar que todos sus miembros están presentes.
“¡Ni un paso atrás. Libertad o muerte!”, gritaban en coro a las 5:15 de la mañana formando varias filas en la misma cancha de fútbol.
Se trata de guerrilleros del frente Che Guevara del Eln, que durante varios días permanecieron en esa población a orillas del río San Juan. Eso no lo harían si no existiera un cese al fuego de por medio. Pero gracias al acuerdo, ‘los elenos’, como históricamente se les ha dicho a los miembros de esta guerrilla, pueden usar su uniforme, salir de la selva y pernoctar en un mismo sitio por varios días.
Esto, tal vez, ha ocurrido pocas veces en los 53 años que llevan como grupo armado, pero ahora pueden trasladarse de un lugar a otro durante el día, usando el río como su principal vía, y llevando consigo bultos de comida, estufas, pipetas de gas, sillas plásticas, un parlante y hasta una lavadora.
Al Bloque Occidental, del cual hace parte el frente Che Guevara, se les acusa de oponerse a su propio proceso de paz, ese que desde hace meses desarrollan en tierras ecuatorianas y que les permitió firmar el cese al fuego, siendo este el primer acuerdo con el Gobierno en más de cinco décadas de conflicto. De hecho, hay quienes aseguran que este bloque será disidente si se logra firmar la paz.
Pero ellos, desde el mando más alto hasta el guerrillero raso, me dijeron que confían en lo que acordarán los representantes en la mesa, en cabeza de ‘Pablo Beltrán’,
que tienen la certeza de que el acuerdo final no será igual que el de las Farc y que tampoco caerán en sus errores.
Además, afirman sin titubear que lo que están negociando es el poder, una salida legal que les permita cambiar el rumbo del país en lo que ellos consideran que está mal, como el derecho que “el establecimiento les otorga a las multinacionales para que hagan uso de los recursos naturales a su antojo”. Pero hay otro punto que no se ha tocado con tanto detalle. “Del acuerdo para dejar las armas no se ha hablado”, me aclaró ‘Uriel’ y destacó que la participación ciudadana en este proceso de paz será uno de los puntos más importantes y más complicados porque el Gobierno tendrá que demostrarle a la comunidad que sí le podrá cumplir. De lo contrario, la guerrilla no dejará sus armas.
Por eso ‘Uriel’ contó que durante el cese al fuego “se han presentado agresiones de la Fuerza Pública que no se presentaban antes”, como la erradicación de cultivos de coca que “dejan sin sustento a los campesinos”. “Nosotros apoyaríamos la sustitución de cultivos ilegales si existiera una sustitución real con beneficios verdaderos para los productores. Pero nos oponemos a que a la gente la dejen en la calle”, afirmó.
Esta es la razón por la que la participación ciudadana es el primero de los cinco puntos de la agenda de negociaciones del Eln y el motivo por el que el último punto, llamado ‘fin del conflicto’, dice que “buscará propiciar un escenario adecuado para el tránsito del Eln a la política legal” y que sobre la marcha, “se construirá un acuerdo sobre las armas del Eln para poner fin al conflicto armado”.
‘Simón’, un guerrillero que durante 20 años ha hecho parte del Eln, después de haber militado –como él mismo lo cuenta–, junto a Gustavo Petro en la guerrilla del M-19, me contó cómo vivió esa desmovilización y qué ocurrió después, mientras tomaba café de un termo que diariamente llena con casi un litro.
“Por eso soy tan radical con la solución política al conflicto, porque viví en carne propia el fracaso de una desmovilización”, dijo mirando a lo lejos, observando con detalle a los guerrilleros que terminaban su entrenamiento y que iban por más comida. “Oiga, deme un poquito de eso que lleva ahí. Ya sabe que yo soy un antojado”, le dijo a uno de los tantos jóvenes que se ven en las filas guerrilleras del Eln.
“¿Por qué entrenan?”, le pregunté. “Porque estamos en un cese al fuego que hay que aprovechar para prepararnos. Uno nunca sabe lo que pueda pasar y es mejor estar listos para cualquier cosa”, me contestó.
‘Simón’ es el mismo que intervino varias veces en la conversación con ‘Uriel’ y para ese momento de la mañana ya me había contado por qué no confiaba en los procesos de paz que hace el Gobierno con los grupos insurgentes.
“Por ejemplo, uno de los bloques del M-19 que se desmovilizó en el Tolima estaba conformado por 100 guerrilleros, aproximadamente. De esos solo siete habían terminado el bachillerato. Entonces, ¿qué podía hacer la gente para reintegrarse a la vida civil? Lo mismo pasa acá, en el Eln, donde la mayoría son campesinos. Igual pasaba en las Farc”, decía ‘Simón’ mientras a nuestro alrededor caminaban varios guerrilleros que aparentaban menos de 25 años, uno que otro con rasgos indígenas y que hablaban poco español.
‘Simón’ seguía su relato, explicando que los altos mandos de una guerrilla son los que pueden disfrutar de una verdadera desmovilización. “¿Quién se aseguró (con el proceso de paz con las Farc)? La comandancia. Ellos tienen la formación y la experiencia suficiente para ser representantes. ¿Y el resto?, ¿quién va a emplear a esa gente?”, agregó.
Para él, los beneficios y el reconocimiento que están recibiendo los líderes de la que hasta hace poco fue la guerrilla más grande del país, sumados a los incumplimientos del Gobierno en la implementación del acuerdo de paz, hacen que crezca la desconfianza de los guerrilleros del Eln hacia el Estado.
“Uno ve que en las zonas veredales (de las Farc) no tenían ni un plástico para que la gente pernoctara. Tenían mejores condiciones cuando eran
“No se trata de quitar pedazos del acuerdo con las Farc y ponérselos al del Eln”
Comandante ‘Uriel’, líder del Bloque Occidental de Eln
“Estamos en un cese al fuego que hay que aprovechar para prepararnos. Uno no sabe lo que pueda pasar”
Alias Simón, miembro del Bloque Occidental del Eln
guerrilleros”, afirmó.
Para el Eln, el acuerdo de paz que se firmó con las Farc en noviembre del año pasado es un claro ejemplo de lo que no se debe hacer.
“Las Farc se desmovilizaron y sus mandos los dejaron tirados... y el Gobierno también”, manifestó ‘Simón’.
Por lo pronto, ellos continuarán esperando las jornadas pedagógicas que realizarán los representantes en Quito a lo largo de las negociaciones, mientras en el país y dentro de la misma guerrilla ronda un aire de desconfianza en medio de un cese al fuego que se terminará el próximo 9 de enero sin certeza sobre una posible extensión del plazo.