¡Saldo en rojo! Junior comenzó la fase de grupos con una dolorosa derrota en casa
Naufragio. En el Caribe colombiano, Junior de Barranquilla hizo agua en su presentación en el grupo 8 de la Libertadores. Cierto, el rival era de jerarquía, candidato a alzar el trofeo, pero en el Metropolitano solo hubo un equipo en cancha: Palmeiras.
El Verdão le tuvo respeto al calor de la Arenosa y a un equipo que meses atrás tuvo una destacada actuación en la Copa Sudamericana. Sin embargo, de aquel equipo de Julio Comesaña queda poco y nada.
La frescura se fue perdiendo bajo el mando de Alexis Mendoza y con él, la potencia ofensiva. Hoy a Junior le cuesta generar ocasiones de gol y cuando Palmeiras lo entendió, comenzó a ejercer su dominio.
Para mayor facilidad paulista, Germán Gutiérrez tardó nueve minutos en ver la tarjeta roja, por una patada artera, similar a la de Nigel de Jong a Xabi Alonso, en la final del Mundial de Sudáfrica. Con un hombre más, Palmeiras se adelantó en el campo.
Junior tuvo rebeldía por unos minutos, pero al verse inferior, fue bajando los brazos paulatinamente. A los 20 minu de juego, Bruno Henrique aprovechó las facilidades defensivas y anotó dentro del área. Allí murió el Tiburón.
En la segunda parte, los barranquilleros caminaron la cancha. Sin empuje, sin fuelle, sin amor propio, los brasileños le movieron el balón a su antojo e incluso cazaban los rebotes, como le tocó a Miguel Borja, que de volea puso el balón en la red y clavó el segundo.
Luego, el cambio de la polémica. Sabiéndose perdedor, Alexis Mendoza quiso dar un mensaje fuerte y reemplazó a Teófilo Gutiérrez. El delantero tuvo un partido flojo y una actitud displicente.
El cambio no modificó nada, Palmeiras continuó con su dominio a usanza. Otra vez, Bruno Henrique se hizo presente en el marcador, con una jugada colectiva.
El final fue solo un testigo presencial de la superioridad paulista.