El Ficci puso a pensar sobre el negocio del cine
Se discutió la falta de control en la distribución y exhibición, así como de si se debería mantener en el festival la competencia entre películas
El conversatorio con la cineasta argentina, Lucrecia Martel, abrió el debate sobre distintas problemáticas que afectan al cine de la región. “Habría que hacer festivales donde las películas no peleen”, aseguró la directora de Zama, para defender la idea de que las buenas conversaciones en los festivales se dan cuando no hay un ambiente competitivo, sino simplemente cuando se celebran las películas. “Es difícil tener un jurado suficientemente inteligente para que no caiga en esa seducción que es la del billete, lo digo como un consejo”, complementó al referirse a la dificultad de poner en una misma balanza a una película de gran presupuesto, frente a otra que aunque tenga una buena narrativa, pero no la misma calidad técnica.
Sobre el tema opinaron luego dos de los directores colombianos que están en la Competencia Oficial de Cine Colombiano. El director de Sal, William Vega, que además es jurado de Nuevos Creadores, coincide con Martel y asegura que es “muy difícil poner a competir dos películas que son tan distintas. Tal vez uno podría poner a competir en un ejercicio medio académico que hagan esta película los dos a ver a cuál le queda mejor. Incluso en esas condiciones es muy difícil. Si eso es un ejemplo académico, en estos espacios como los festivales sí tiene menos sentido poner a competir dos cosas, es muy raro. Es parte de una tradición que está superinstalada”. Además, Vega insistió en la necesidad de crear más espacios de diálogo entre directores, guionistas y actores que hacen parte del festival para que se den escenarios como paneles para discutir y retroalimentarse en
vez de promover una competencia como de “islas que buscan un trofeo”.
Por su parte, Santiago Caicedo, director de Virus tropical, una película animada financiada en parte por crowdfunding, tiene una postura contraria. “Mi experiencia ha sido todo lo contrario. Lo que más me gusta es ir a ver las películas colombianas, ver qué están haciendo los demás acá en Colombia. Ayer vimos Matar a Jesús, que es un placer verla, independientemente de que esté en competencia. Siempre hemos tenido una relación muy constructiva con los grupos de las otras películas y creo que al público y al jurado es al que ponen en esa dinámica de escoger qué es mejor. Nosotros estamos en el ruedo tratando de hacer lo mejor que podamos”, dijo.
Otro de los temas que salió a flote en el festival es la distribución y de lo difícil que es para las películas nacionales competir contra el oligopolio de Hollywood. Según Martel, está tan controlado el circuito de distribución que solo se puede romper con este dominio haciendo películas al estilo de Estados Unidos. Ella considera que es necesario educar a los públicos para que se acostumbren a ver otras cosas, pero que es muy difícil salir con una película a salas de cine con apenas 30 copias, cuando una película de las majors tiene cientos más y viene precedida por meses de publicidad.
Hoy llega a su fin la edición 58 del Ficci.