Acuerdo de paz: ¿cómo va la implementación?
A 18 meses de la implementación del acuerdo, la Fundación Paz y Reconciliación presentó el informe ‘Cómo va la paz’, en el que hizo un balance de lo que se ha hecho, destacando la disminución de la violencia, y cuáles son los principales retos que tendrá
Falta una semana y media para conocer definitivamente quién será el sucesor de Juan Manuel Santos, el presidente que logró terminar un conflicto de cinco décadas con la guerrilla más antigua de Latinoamérica. Y en Colombia, queda la duda sobre lo que pasará con ese pacto cuando empiece el próximo gobierno.
Esta inquietud se hace más grande a medida que se acerca la fecha definitiva, en la que se hará la transición, porque pese a que hay resultados tangibles, aún faltan muchas cosas por hacer.
Así quedó plasmado en el cuarto informe ‘Cómo va la paz’, hecho por la Fundación Paz y Reconciliación, en el que analizan los primeros
18 meses de implementación del acuerdo.
En este estudio, reconocen que la violencia ha disminuido en Colombia desde la firma del acuerdo, en noviembre de 2016, hecho considerado como el mayor triunfo, debido a que entre 2012 y 2017 la tasa de homicidios por cada
100.000 habitantes se redujo de 34 a 24 casos.
También presenta que los desplazamientos afectaron a 75.000 personas en 2017, mientras que en 2012, la cifra llegó a los 272.000.
Además, los secuestros están “en su nivel más bajo de las últimas tres décadas”, ya que el año pasado hubo 180 casos, frente a los 3000 del final de la década del noventa.
Finalmente, las minas antipersona afectaron a 56 colombianos en 2017, una cifra que en 2006 había superado los 1200.
Pero no es el único triunfo. La fundación también destaca que 2018 será recordado “como el año en el que se implementaron los mecanismos para garantizar y satisfacer las necesidades y los derechos de las más de ocho millones de víctimas que dejó el conflicto armado (…), como el año en el que la Farc inició su participación política bajo las reglas de la democracia e hizo por primera vez campaña electoral, postuló candidatos al Congreso de la República y salió a la plaza pública”.
¿Qué falta?
Sin embargo, el estudio destaca que ya ha pasado un año y seis meses desde la firma del acuerdo y “la paz carece de cimientos estables en el territorio”. Por ejemplo, resaltan el aumento de la inseguridad en 78 municipios que antes eran controlados por las Farc. De esas poblaciones, 55 presentan un crecimiento en la tasa de homicidios.
Estos municipios se ubican en regiones como el Pacífico nariñense y caucano, el Bajo Cauca antioqueño y
noreste de Antioquia, en el sur de Meta y Guaviare, y en el Catatumbo.
La inseguridad que se registra ahí se debe a que, pese al desalojo de las Farc, persiste la presencia de bandas criminales como el Clan del Golfo, el Eln o grupos criminales que han organizado disidentes de las Farc. Pero también nombran la “anarquía criminal” desatada en algunos municipios tras el desarme de la guerrilla que antes ejercía justicia por la ausencia del Estado y que ahora no cuentan con ningún tipo de regulación.
Y no solo eso falta. Se deben resolver los problemas de reincorporación de los desmovilizados, el Estado debe empezar a ejecutar los recursos que tiene para el posconflicto y se debe garantizar la seguridad a los líderes sociales y exguerrilleros.
Por eso, la Fundación pide al próximo presidente que siga implementando los acuerdos de paz y mantenga los diálogos con el Eln.