GUATEMALA LLORA A SUS MUERTOS
A pesar de la condiciones adversas, rescatistas, policías y militares ingresaron a la llamada zona cero para reanudar las tareas de búsqueda de desaparecidos
Los socorristas retomaron las labores de rescate en la llamada zona cero, y fueron recuperados más cuerpos de víctimas de la erupción del volcán de Fuego, incluyendo la familia de Alex, quien perdió a seis de sus seres queridos en la tragedia.
Dramáticos momentos se vivieron ayer en la zona cero, en la aldea El Rodeo, Escuintla (al sur de Guatemala), tras ser localizados más cuerpos de víctimas de la erupción del volcán de Fuego.
Con el rostro cubierto para evitar inhalar la ceniza esparcida en el ambiente y los restos de material volcánico que cubren las calles, Axel Joel Toma López esperaba en las cercanías de su vivienda para recibir noticias sobre la ubicación de sus familiares, mientras los rescatistas trabajaban en el área.
En horas de la mañana la tristeza lo embargó, pues tres de sus parientes fueron encontrados sin vida. Esto ocurrió en la comunidad San Miguel Los Lotes, en la mencionada aldea. Eran dos adultos y un menor quienes se encontraban bajo el material volcánico, y los bomberos lograron extraer sus cuerpos.
Con el paso de las horas, la búsqueda dio más resultados. Con una mezcla entre tristeza y tranquilidad al conocer el paradero de otros de sus parientes, Axel recibió la terrible noticia: los cuerpos de seis menores de edad fueron encontrados dentro de la residencia familiar.
Cubiertos con sábanas e identificados con letreros en los que constaban sus nombres completos y sus edades, los pequeños fueron retirados en camillas por los organismos de socorro y trasladados a la morgue temporal que se habilitó en el área afectada por el desastre.
Eran 14 personas las que habitaban el inmueble, según explicó Alex, por lo cual las brigadas siguieron trabajando para encontrar a otras cinco que siguen desaparecidas.
Una segunda oportunidad
Entre lágrimas, Alex recordó que estar fuera de su hogar el domingo le permitió sobrevivir a este desastre.
“Para la casa venía cuando me vine a encontrar con esto, ya no pude pasar de la entrada del callejón para arriba”, relató sobre el difícil momento que vivió al ver su comunidad pintada de gris por la ceniza y envuelta en una humareda, pues para entonces ya había sido alcanzada por el material caliente que descendió del volcán.
Pese a haber perdido a
gran parte de su familia, él está dispuesto a luchar para salir adelante y aprovechar esa segunda oportunidad que, asegura, Dios le dio.
“Yo sé que de aquí todavía quedamos personas porque, gracias a Dios, nos dio una segunda oportunidad. No queda más que sacar fuerzas y seguir adelante, luchando con lo poco que nos haya quedado. Sé que Dios nos va a seguir ayudando, Dios sabe también por qué hizo esto”, expresó conmocionado.
Sin tregua
El coloso, que desató su furia el domingo pasado en una erupción que ha dejado al menos 99 muertos y 192 desaparecidos, sigue sin dar tregua. El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) advirtió que, debido a las lluvias en la zona del volcán, no se descarta el descenso de lahares.