Dolce & Gabbana, el fin del viejo mundo
Ya era anunciado. Aunque la firma siciliana seduce con su universo estético, los comentarios venenosos de Stefano Gabbana hacia muchas famosas y su abordaje ultra conservador hacia temas como la adopción LGBTI llegaron al punto máximo con el comercial ultra racista que hizo la marca de lujo en China, haciendo que una modelo tratara tontamente de comer con palillos comida italiana. La explosión e indignación en redes parecía ¬–como siempre– no afectar a Stefano Gabbana, hasta que se filtraron conversaciones donde el diseñador, en su tono desdeñoso, reafirmaba su racismo y se despachaba contra el país del mercado que quería conquistar. El desfile se canceló y se boicoteó la firma de forma real, con productos incluso siendo retirados de las tiendas. Esto marca un antes y un después en la historia de la moda, ya que antes, comportamientos como el de John Galliano (quien se despachó contra los judíos totalmente ebrio en 2011) fueron castigados por su misma casa empleadora. En esta ocasión se vio todo el poder del consumidor y las redes sociales.