Chile tiene las aguas más frías de Suramérica
Los especialistas afirman que la temperatura del océano Pacífico, en época normal, varía entre los 15 ºC y 17 ºC en la zona central del país austral, muy por debajo de los 28 ºC y hasta 30 ºC que se registran en el Caribe. No obstante, gracias a su baja temperatura, es uno de los mares más productivos
Las aguas del mar chileno son las más heladas de Suramérica. Tanto así que en la zona central, el termómetro se mueve entre los 15 ºC y 17 ºC, según especialistas, muy lejos de los 28 ºC y hasta 30 ºC que alcanzan playas como Cartagena y otras del Caribe.
El dato adquiere relevancia sobre todo en verano, época en que, a diferencia de lo que se pudiera creer, la temperatura no aumenta gracias al sol. ¿Por qué?: “No hay mucha variación en invierno y en verano, por la corriente de Humboldt”, explica a PUBLIMETRO Lucía Villar, oceanógrafa de la Universidad Andrés Bello y miembro del instituto alemán de investigación del océano, Geomar. Según ella, lo que ocurre es que “viene una corriente circumpolar y al chocar frente a la isla coinciden con los del sitio www.seatemperature.info, especializado en temperaturas de los mares. Según lo consultado el 16 de enero, en Viña del Mar hubo 16 ºC, lo mismo que en Pichilemu, en la región de O’Higgins. En Constitución, región del Maule, bajó a 15 ºC y la misma temperatura se dio en Dichato, en Biobío, todas urbes costeras de Chile.
¿Pero cómo hacer para disfrutar de la playa en Chile?
La clave está en ir al norte. De hecho, en lugares como Tongoy, el mismo día se alcanzaron 17 ºC, en Hornitos se llegó a 19 ºC y Cavancha hasta los 21 ºC.
¿Por qué?
Según Juan Manuel Estrada, director del Centro de Investigaciones Marinas de Quintay (Cimarq), y profesor de la Universidad Andrés Bello, mientras más se aleja del sur, disminuye el efecto corriente de Humboldt. Pero no basta solo con eso: hay que considerar la geografía.
“Las bahías cerradas como Tongoy y Hornitos generan un aumento de la temperatura de superficie del mar. Además, en estos lugares, con esta geografía, se da el efecto de aguas de residencia mucho mayor. ¿Qué significa?: el agua entra y se queda algunos días y después sale”, precisa.
Aún así, eso no alcanza para mucho. Un ejemplo: en La Serena, el 16 de enero se llegó a 17 ºC, pero en la misma altura del mapa, en Porto Alegre, en Brasil, hubo 26 ºC.
¿Qué beneficios hay de un mar tan frío?
“Que son ricas en nutrientes: contribuyen a que tengamos uno de los mares más productivos del mundo. Esas benditas masas de agua fría derivan en que no da lo mismo comerse un pescado de Chile que uno del Caribe”, explica Estrada.
Por último, ni el calentamiento global podría ayudar. Es más, en los últimos años Estrada ha detectado “un ligero descenso”, lo que ha impactado incluso en los frutos de mar.
“Hay invertebrados que necesitan, para poder madurar, dos cosas: alimento y temperatura. Un colega, Pablo Oyarzún, publicó un trabajo sobre choritos (un pequeño molusco), en el que demuestra que el descenso de esta temperatura hace que se haya desplazado la época de reproducción. Dirijo un proyecto para la reproducción de erizos. Nos dimos cuenta de que si antes los erizos en Quintay estaban maduros en septiembre, ahora están en esa condición en noviembre o diciembre”, sentencia Estrada.