SANTIAGO GAMBOA NOS PRESENTÓ SU NUEVA NOVELA
Hablamos con Santiago Gamboa sobre su 11.ª novela, en la que cualquier parecido con la realidad podría no ser simple coincidencia
El nombre de Santiago Gamboa vuelve a aparecer entre los lanzamientos literarios con Será larga la noche, su undécima novela. El periodista y escritor bogotano regresa con este thriller, donde un niño es testigo de un asesinato en una carretera del Cauca. Muy pronto, una llamada anónima a la oficina del fiscal del caso demostrará que todo es mucho más complicado de lo que parecía en un comienzo. En conversación con Gamboa, el escritor habla de este libro desde su necesidad de retratar aquellas carencias que tiene el país en el momento sociopolítico que se vive actualmente, en tiempos del acuerdo de paz. “Yo formé parte de esa multitud entusiasta que creyó en una especie de segunda Independencia para el país”, comenta. “Luego nos dimos el batacazo del plebiscito en 2016, pero seguimos adelante y la victoria de Duque, el sub-presidente uribista, fue un segundo golpe, casi mortal. Todo eso y sus consecuencias se ve en el país rural, en la violencia que poco a poco regresa, en la falta de Estado y de institucionalidad, en los centenares de líderes sociales asesinados, en la corrupción cada día más atornillada en la vida pública, en el creciente y peligrosísimo avance político de las iglesias evangélicas, iglesias con datáfono para sus diezmos obligatorios, que están poniendo en jaque a la democracia y amenazan con devolvernos a la Edad Media. Todo eso que veo aparece en mi última novela, que es la novela del encuentro triste con la realidad de hoy”.
Como parte de esta crítica, Gamboa pone de personaje central a un niño, desde cuya mirada se desprende el relato central de Será larga la noche. Pero no es casualidad que sea él el eje del conflicto inicial, pues para este escritor “el niño es el símbolo de la orfandad colombiana… después de 50 años de guerra, Colombia es un país de huérfanos que anhelan la protección y el afecto de un padre; un país de gente desamparada que no sabe hacia dónde mirar, sola en medio de la noche, donde cualquier voz es un alivio. Así sea una voz autoritaria”, dice, y agrega a modo de comentario: “Por eso aquí ha habido tantos caudillos y guerreros. Es a partir de esta comprensión que debemos buscar reconciliarnos y, poco a poco, crear una sociedad en la que todos se sientan protegidos”.
Además del comentario crítico entre líneas, el libro ha sido alabado por la crítica por su sentido del humor, que se junta con la crudeza de algunos momentos del relato sin que se pierda la intriga de la historia. Gamboa explica este devenir a partir de una cita de Julio Cortázar: “Divertido no es lo contrario de serio. Es lo contrario de aburrido”, y agrega: “El humor exige una profunda seriedad, lo mismo que el relato de nuestras desdichas y crueldades. La intriga se mueve a través de la imaginación del lector y todo lo que sirva a ese imaginario, sea humorístico y duro, le sirve al argumento”.
Por último, este escritor nos cuenta cómo la literatura es un refugio desde el cual puede atreverse más que con el periodismo. “Entrar a estos temas directamente con la realidad es peligroso en un país como el nuestro, en el que tantos periodistas son amenazados, cuando no directamente asesinados. Pero los malos de este país no leen novelas, y eso protege a los escritores”.
“Los malos de este país no leen novelas, y eso protege a los escritores”
Santiago Gamboa