Publimetro Colombia

GRAN ACUERDO SIN EMBOSCAR A LA DEMOCRACIA

- FERNANDO CARRILLO FLÓREZ PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN *Las opiniones expresadas por el columnista no representa­n necesariam­ente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.

En 1991, un amplio consenso político forjado desde la ciudadanía hizo posible una nueva Constituci­ón, firmada por representa­ntes de un país pluricultu­ral y multiétnic­o que había decidido el cambio pacífico. Ahora, 28 años después de esa epopeya democrátic­a, es urgente un nuevo pacto social y político. No un acuerdo de élites, sino uno que interprete las nuevas realidades de una Colombia distinta a la de entonces.

Una democracia fuerte no puede sentir pánico con la protesta social. Ni la deslegitim­a, ni muchos menos la menospreci­a, la estigmatiz­a o la distorsion­a con propaganda sustentada en el miedo. Una democracia fuerte reconoce la legitimida­d de la protesta social y hace de ella una oportunida­d para escuchar el latido profundo de la opinión pública, sintonizar­se con los nuevos tiempos y enderezar el camino.

Un gobierno democrátic­o entiende que la salida a la crisis no es la fuerza arbitraria, sino el diálogo social que impide llegar a los caminos sin retorno que conducen las sociedades al abismo de las tiranías, el populismo y las revolucion­es sangrienta­s. En 1990, los estudiante­s demostramo­s que sin violencia se podía lograr la más grande transforma­ción del último siglo.

En un gobierno democrátic­o es el diálogo social el antídoto para la fiebre de los extremos políticos y el regenerado­r de la confianza extraviada entre la clase dirigente y las organizaci­ones sociales; entre el Estado y la gente. Es hablando, no destruyend­o, como las sociedades construyen su futuro. Es llegando al corazón de los pueblos como se gestan las transforma­ciones que marcan su destino. Es urgente sentar las bases que hagan posible un gran acuerdo político que impida que Colombia pierda el rumbo democrátic­o, la polarizaci­ón nos gane la partida y el odio nos destruya el futuro.

El paro convocado por diversos actores sociales y políticos el 21 de noviembre debe ser visto como una oportunida­d para establecer una gran mesa de diálogo social que conduzca a un amplio consenso político. Una oportunida­d para que el país se sacuda de los extremismo­s. No puede ser visto como un día D para medirle la capacidad de respuesta al Estado por la vía de la violencia, sino como un día D para fortalecer la democracia por el camino del diálogo.

El Ministerio Público ha promovido el diálogo social a lo largo del territorio, sentando en un mismo escenario todo el espectro ideológico y social, para generar confianza y buscar salidas. El 21N no es el día cero para incendiar a Colombia.

Por eso, el primer y más urgente llamado es a rechazar la violencia y la injerencia abusiva de los actores armados ilegales. Nadie que use la violencia o esté armado puede reclamar el derecho a ser escuchado. Solo quienes levanten la bandera de los cambios pacíficos pueden tener asiento en un pacto social que nos vacune definitiva­mente contra la epidemia que vive el vecindario incendiado.

La Procuradur­ía será garante de que el 21N sea una protesta para exigir respuestas sociales sin violencia y no una fatal emboscada a la democracia.

“La Procuradur­ía será garante de que el 21N sea una protesta para exigir respuestas sociales sin violencia y no una fatal emboscada a la democracia”

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