A BOGOTÁ SE LE ENTRÓ EL DIABLO Y SE LLEVÓ EL TORNEO ESPN
América le ganó 2-1 a Millonarios, en un partido que por tradición nunca defrauda. El primer torneo del año reafirma el buen momento por el que está pasando América y lo que promete para 2020. Le contamos.
Su odio adentro de la cancha durará para toda la vida. Millonarios y América no conocen de amistosos. Son rivales acérrimos que le ponen alma y corazón para derrotar al otro cada vez que se ven. Si se trata de una final, mucho más. Esta vez, en la definición del Torneo Espn, ante El Campín abarrotado, no iba a ser la excepción.
Sin embargo, hubo dos protagonistas de la final que no iban a cambiar sus planes solo porque hubiera un título en juego. Se trataba de los técnicos Alberto Gamero y Alexandre Guimarães. Para ellos, por más rivalidad y pasión que exista entre albiazules y rojos, solo era una oportunidad más para afianzar el plantel de cara a lo que será 2020.
Aún con ausencias en ambos equipos, dentro de la cancha se vivió un clima de auténtico clásico. Cada pelota era disputada, la fiereza fue el factor común de la primera mitad. Pocas ventajas se sacaban en cada metro del campo, pero era Millonarios, empujado por su afición, el equipo que más peligro llevaba de cara al arco rival.
La más clara promediando el primer tiempo la tuvo Eliser Quiñónes, quien de derecha rompió el travesaño escarlata. Puede pasar, pero no era su pierna hábil. Por su parte, América no le hallaba la vuelta a un nuevo esquema que probó Guimarães, buscando favorecer a Adrián Ramos. En perjuicio, el funcionamiento aceitado al que acostumbraron los Diablos Rojos no se veía en El Campín.
Pero Adriancho es un tocado por la varita. Sin hacer su mejor presentación, sin pesar en el partido ni conectar con sus compañeros, el primer tiempo le tendría un souvenir. Luego de una rebelde jugada de Juan Carlos Pérez, silbado de principio a fin por la hinchada embajadora, el remate del ex Millonarios le quedó a Ramos, quien frente a Wuilker Faríñez exhibió la categoría que consiguió en tantos años en Europa. Ventaja escarlata en un partido por el que poco hacía. Masticando ira, los azules se fueron al descanso a enfriar la cabeza.
Por toda la gente que asistió a El Campín, Millonarios salió con pundonor a empatarlo. Gamero hizo tres cambios de un plumazo, todos ellos ofensivos. Aunque el conjunto embajador se expuso al contragolpe, la misión era presionar arriba para muy rápido conseguir el gol.
El Diablo, con cuchillo, tenedor y servilleta. La mesa estaba servida para definir el partido con una contra. Juan David Pérez creció en el juego y pese al murmullo, se fue transformando en el hombre más desequilibrante. No obstante, la puntería escarlata fallaba una y otra vez.
John Arias fue el que inició una transición de defensa a ataque, luego de un intento malogrado por Millonarios. Ramos acompañó y con un toque de calidad combinó con Arias, quien no le tuvo piedad a Faríñez y aumentó la cuenta. El título estaba al alcance de las manos americanas.
Con todo resuelto, hubo espacio para algo más de drama. Adrián Ramos cometió una infracción que le generó tarjeta amarilla, pero en medio de su protesta, el árbitro le echó carne a los leones y lo expulsó. Con 10, América se replegó.
El esfuerzo azul fue premiado. Un desborde de Hansel Zapata encontró a Macalister Silva, quien empujó el balón en el minuto 90. Aún quedaba la adición y El Campín fue un hervidero. Con angustia, América logró resistir y empieza 2020 como terminó el año anterior: con una sonrisa.