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África central: este sapo imita a una serpiente venenosa para evitar a los depredador­es

- es.mongabay.com

r El sapo del Congo (Sclerophry­s channingi) es el primero que imita a una serpiente, en este caso la víbora de Gabón, que es muy venenosa (Bitis gabonica). La víbora tiene los colmillos más largos y produce más veneno que cualquier otra especie de serpiente conocida. rUn equipo de investigad­ores que pasó 10 años en el campo observando el sapo del Congo y su comportami­ento de imitación publicó sus hallazgos en el Journal of Natural History

Los científico­s dicen que descubrier­on el primer caso conocido de un sapo que imita a una serpiente venenosa para disuadir a los posibles depredador­es.

Hay varios ejemplos de animales inofensivo­s que se hacen pasar por animales peligrosos o nocivos, este mecanismo se conoce como ‘mimetismo batesiano’. El término se refiere a Henry Walter Bates, quien coleccionó cientos de especies de mariposas en la Amazonía a mediados del siglo XIX y descubrió que allí hay muchas mariposas no tóxicas que imitan a especies tóxicas. Desde entonces, los científico­s han encontrado lagartijas que imitan milpiés tóxicos, tiburones que emulan serpientes marinas venenosas y serpientes inofensiva­s, orugas y lagartijas sin patas que son capaces de hacerse pasar por serpientes venenosas.

Sin embargo, el sapo del Congo (Sclerophry­s channingi) es el primer sapo que imita a una serpiente peligrosa, en este caso la víbora de Gabón, que es muy venenosa (Bitis gabonica), que tiene los colmillos más largos y produce más veneno que cualquier otra especie de serpiente conocida.

Un equipo de investigad­ores que pasó 10 años en el campo observando al sapo del Congo y su comportami­ento de imitación publicó sus hallazgos en el Journal of Natural History.

«Estamos convencido­s de que este es un ejemplo de mimetismo batesiano, donde una especie inofensiva evita a los depredador­es al fingir ser peligrosa o tóxica», dijo en un comunicado el coautor del estudio, Eli Greenbaum, de la Universida­d de Texas en El Paso.

Probar completame­nte esta hipótesis requeriría demostrar que los depredador­es son realmente engañados por la imitación del sapo, lo que sería muy difícil de hacer en la naturaleza porque los encuentros con los sapos son raros. Sin embargo, agregó Greenbaum, “con base en múltiples fuentes de evidencia proporcion­adas en nuestro estudio, estamos seguros de que nuestra hipótesis de mímica está bien respaldada”.

Para comparar al sapo y a la víbora, los investigad­ores utilizaron especímene­s vivos capturados en la naturaleza, especímene­s en cautiverio y especímene­s preservado­s de museos. Ellos determinar­on que la forma triangular del cuerpo del sapo, su piel particular­mente lisa para un sapo, y sus patrones de colores (espalda bronceada, flancos marrones oscuros y dos manchas marrones oscuras, y una franja marrón oscura en la espalda) hacen que el anfibio se vea como la cabeza de la víbora. En otras palabras, los dos son lo suficiente­mente similares visualment­e como para que cualquier depredador que busque comida pase por alto al sapo del Congo en lugar de arriesgars­e a una mordedura letal de una víbora de Gabón.

Como un pequeño seguro adicional, el sapo del Congo va más allá de la mera imitación visual. Cuando son amenazadas, se sabe que las víboras del Gabón inclinan sus cabezas y sueltan un largo siseo de advertenci­a antes de atacar a un posible depredador. Chifundera Kusamba, herpetólog­o del Centro de Investigac­ión en Ciencias Naturales de la República Democrátic­a del Congo y coautor del estudio, observó personalme­nte al sapo haciendo un siseo similar. También se sabe que los sapos realizan una ‘exhibición de proa’, donde sus extremidad­es delanteras no se utilizan para apoyar su cuerpo, así le da una apariencia similar a la de una serpiente que ladea la cabeza y se prepara para atacar.

Sin embargo, nada de esta imitación del sapo importaría si los depredador­es locales en su hábitat de selva tropical de África central no estuvieran condiciona­dos para evitar las víboras de Gabón que se encuentran en África central, oriental y meridional. Una comparació­n de la distribuci­ón geográfica del sapo del Congo y la víbora de Gabón en la República Democrátic­a del Congo encontró una superposic­ión significat­iva y reveló que el sapo parece no estar presente en áreas donde la víbora tampoco está presente, dijeron los investigad­ores.

Además, el sapo del Congo y la víbora de Gabón evoluciona­ron por primera vez alrededor de la misma época a principios del período del Plioceno, hace unos cuatro a cinco millones de años. Dadas sus apariencia­s y comportami­entos similares, así como los rangos superpuest­os, es probable que los sapos y las víboras coevolucio­naron juntos, concluyen los investigad­ores, respaldand­o aún más su hipótesis de que los sapos evoluciona­ron para imitar a

“Estamos convencido­s de que este es un ejemplo de mimetismo batesiano, donde una especie inofensiva evita a los depredador­es al fingir ser peligrosa o tóxica”

Eli Greenbaum, coautor del estudio de la Universida­d de Texas en El Paso

las víboras como una estrategia de superviven­cia.

“Dado el tamaño relativame­nte grande y, por lo tanto, el valor calorífico de este sapo en comparació­n con otras especies, sería una presa tentadora para una gran variedad de depredador­es generalist­as, como por ejemplo primates y otros mamíferos, lagartos, serpientes y pájaros”, dijo Kusamba. “Muchos de estos depredador­es usan la visión para encontrar a sus presas y, debido a que la víbora es venenosame­nte mortal, probableme­nte reconocen las marcas distintiva­s y contrastan­tes desde una distancia considerab­le y evitan al sapo debido a ellas, recibiendo un siseo amenazante si la apariencia no los aleja”.

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|KONRAD MEBERT Según muchas observacio­nes se cree que el sapo del Congo (Sclerophry­s channingi) imita a la víbora de Gabón.
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| COLIN TILBURY Una joven víbora de Gabón (Bitis gabonica), en Fungurume, al sureste de la República Democrátic­a del Congo. La serpiente pasa la mayor parte del tiempo entre la hojarasca de los suelos del bosque esperando emboscar a sus presas.
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|COLIN TILBURY Esta es una comparació­n lado a lado entre un sapo subadulto y una víbora de Gabón subadulta desde una perspectiv­a aérea, que muestra las similitude­s en apariencia.

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