Juguetes sostenibles: una nueva forma de divertirse
El desperdicio también se da en esta industria y agota el bolsillo de los padres. Ante eso, hay nuevas opciones
En cumpleaños, ocasiones especiales y Navidades, millones de niños reciben juguetes que a lo largo de los años serán desechados. Se ha hecho por mucho tiempo y es bastante preocupante: si bien el año pasado decreció la venta de juguetes en Estados Unidos por la caída de Toys R Us (cayeron un 9%, según NPD Group), de todos modos se siguen comprando millones de juguetes y a su vez se van desechando, causando polución plástica. De hecho, un juguete puede durar hasta 20 años luego de que se desecha. Y si se miran los números de la polución plástica, cada año, aproximadamente 18 billones de piezas plásticas llegan al océano, según un reporte de National Geographic de 2018.
Y para los padres es peor: es un gasto constante que no se traduce siempre en que sus hijos aprovechen los juguetes. Por esta razón, hay varias compañías que ya han evolucionado en la forma de divertirse: muchas han creado un sistema de juguetes por suscripción, como Toy Box Club. Lego ya tiene materiales sostenibles, así como Ocado o Conscious Craft, que tiene plastilina hecha de sustancias naturales. Hay para todos los presupuestos (en Google hay 64 millones de resultados en juguetes ecofriendly) y la idea es que los niños sí les saquen provecho.
“La idea es compartir y también evitar el desperdicio de juguetes”, explica a PUBLIMETRO Daniel Santiago Rubio, cofundador de la plataforma de juguetes de suscripción Toynovo. “También queremos que los padres vean la seriedad del juego”, afirma. “Lo que nos importa también es cultivar el tiempo de calidad con tus hijos y también, por esa razón, tenemos contenido digital para darles ideas a esos padres que llegan tan cansados del trabajo. Y no solo es un contenido dirigido a los juguetes que te enviamos, sino a tener imaginación para jugar”, agrega Santiago Rubio. PUBLIMETRO habló más con él al respecto.
¿Por qué se creó la plataforma?
Estaba con mi hijo de 16 meses, yo estaba en su corralito jugando con él y me puse a mirar los juguetes que él tenía y todo lo que le habían regalado; tenía que haber una mejor manera de comprar juguetes, pero sin sacrificar su calidad y su propósito, y con unos amigos pensé en comprar juguetes para rotarlos cada dos meses. Monté una plataforma que conectaba a estas personas. Fue por lo funcional, por pagar una relación de costo/beneficio que es menor a lo que gastas normalmente en juguetes. Y la innovación es compartir. Y cada mes tienes juguetes nuevos y te garantizamos la limpieza.
¿Qué pasa cuando un niño se encariña con un juguete?
Hicimos una prueba piloto porque temíamos eso. Descubrimos que hay niños que a la semana se aburren del juguete, otros que requieren tres meses. Entonces puedes decidir antes de devolverlo: comprarlo, que sale más caro, pedir una prórroga. Incluso puedes quedarte hasta tres meses con el mismo kit y puedes comprarlo si
quieres. Eso sí, hay kits con más cosas que otros.
¿Cómo idearon los kits?
Trabajamos con Fundación Génesis, que es una organización mundial. Son expertos en primera infancia, especializados en comunidades vulnerables. Trabajamos con ellos entendiendo los niveles de desarrollo, y cuáles son los juguetes necesarios y su propósito, más allá del gusto. Ahora, decirle a un niño que no trate un juguete mal es irreal, por eso dentro del costo hay un seguro para cubrirlo para no quitarle diversión al juguete. Y queremos enfatizar en compartir, pero también para evitar el desperdicio de juguetes.