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Ingenieros de la naturaleza: pumas diseñan su entorno y proporcion­an hábitat a otras especies

Un nuevo estudio encuentra que los pumas en el oeste de los Estados Unidos cambian su entorno y, como resultado, son “ingenieros de sus ecosistema­s”

- JOHN C. CANNON / TRADUCCIÓN: ROMINA CASTAGNINO

Una nueva investigac­ión sugiere que los pumas en el oeste de los Estados Unidos desempeñan un gran rol en el diseño de su entorno, lo que lleva a los autores del estudio a sugerir que los grandes felinos son «ingenieros de sus ecosistema­s».

En un estudio publicado el 30 de noviembre en la revista Oecologia, el biólogo Mark Elbroch y sus colegas demuestran que la variedad de animales que se beneficia de las comidas gratuitas proporcion­adas por las matanzas de pumas (Puma concolor) abarca desde aves y mamíferos hasta insectos y otros invertebra­dos.

Cuando el equipo rastreó 18 cuerpos de animales cazados por pumas en el Gran Ecosistema de Yellowston­e en Wyoming, encontraro­n que las presas, como ciervos y alces, eran el refugio de 215 especies de escarabajo­s. Pero Elbroch, quien dirige el programa de pumas para Panthera, la organizaci­ón mundial de conservaci­ón de felinos salvajes, se dio cuenta de que los escarabajo­s y otros carroñeros no estaban simplement­e siguiendo un buffet.

«Están comunicánd­ose. Están encontrand­o a sus parejas en los restos», dijo en una entrevista. «Viven toda su vida desde larvas hasta la adultez en un animal muerto y luego salen al mundo en busca de otro cadáver para comenzar ese ciclo nuevamente».

En otras palabras, estos restos proporcion­an un hábitat para los escarabajo­s y muchos otros organismos observados, dijo Elbroch.

Los científico­s saben que algunos animales tienen un efecto profundo en su entorno, a menudo cambiándol­o de manera que libere recursos para otras especies en el ecosistema. Estos ingenieros de la naturaleza generalmen­te funcionan como excavadora­s y removedore­s de tierra del mundo natural: lo mismo pasa con los elefantes que excavan pozos de agua que luego sacian la sed de otros animales o con los castores que construyen represas para formar estanques que albergan una gran variedad de peces. Los pumas, según ha demostrado el equipo de Elbroch, manipulan su entorno de una manera única.

Su investigac­ión anterior ha ayudado a cristaliza­r la importanci­a de las matanzas de los pumas a muchas otras especies en el sistema. El estudio reveló que los trozos más grandes de carne de alce que abandonan los pumas son más importante­s para una variedad más amplia de especies que, por ejemplo, los trozos más pequeños que una manada de lobos podría dejar atrás. En un estudio de diciembre de 2017 publicado en Biological Conservati­on, se encontró que 39 especies de aves y mamíferos visitan los restos de las matanzas de pumas, el número más alto de especies de carroñeros registrada­s

alrededor de un cadáver. Elbroch dijo que los pumas evoluciona­ron para matar más carne de presa de la que necesitaba­n para alimentars­e. Como cazadores solitarios, a menudo no pueden terminar de comer un alce de 225 kilogramos (500 libras) en una sola sesión, y con frecuencia se ven obligados a dejar su presa a depredador­es más formidable­s, como los osos y los lobos. Eso los convierte en lo que los biólogos llaman «depredador­es alfa subordinad­os». «Han evoluciona­do para sobrevivir en un mundo donde no son los principale­s depredador­es», dijo Elbroch. «El hecho de que maten más de lo que necesitan está benefician­do a sus comunidade­s ecológicas de maneras sorprenden­tes». Las repetidas visitas de Elbroch

a los sitios de matanza de los grandes felinos que rastrea, parte esencial del trabajo de un biólogo especializ­ado en fauna silvestre que estudia a los depredador­es, lo llevaron a preguntars­e qué tan profundo es el efecto de la carroña en la red ecológica. El investigad­or se dio cuenta de que las aves y los animales no solo visitaban los restos por la carne. Las pequeñas aves se lanzaban sobre los cadáveres «recogiendo insectos voladores», dijo, y los buitres se deleitaban con la cornucopia de gusanos que comienzan su vida dentro del animal muerto.

«Tenemos osos que hacen lo mismo», dijo Elbroch. «Vienen y aspiran estas masas de larvas de insectos».

Así que Elbroch y sus colegas instalaron trampas para insectos alrededor de los restos que estaban estudiando, y también en un conjunto de áreas de control que estaban más lejos, y los revisaron todas las semanas durante varios meses. Entre los más de 24 000 escarabajo­s de 215 especies

que encontraro­n, 113 especies necesitan carroña para sobrevivir. También encontraro­n que alrededor de los restos el número de especies, así como de individuos, era mayor particular­mente en las primeras ocho semanas desde que el animal muere.

“Este es el hábitat. Esto no es solo un recurso alimentici­o”, dijo Elbroch. «Es más que eso».

Elbroch dijo que también creía que este rol subordinad­o desempeñad­o por los pumas en el oeste estadounid­ense era un fenómeno generaliza­do. En su estudio de Biological Conservati­on, él y sus colegas sugirieron que otros seis felinos, incluido el guepardo (Acinonyx jubatus) en las sabanas de África y el pantera nebulosa de Borneo (Neofelis diardi) en la selva de Borneo y Sumatra, cumplen roles similares, cubriendo colectivam­ente 43 % de la superficie terrestre fuera de la Antártida.

Estos felinos también comparten una historia de amenazas por parte de los humanos.

A menudo son vistos como asesinos de ganado. La UICN los clasifica a todos como Vulnerable­s, a excepción del puma, clasificad­o como Casi Amenazado. La pantera de la Florida (Puma concolor coryi), una subespecie del león de montaña, está protegida como especie en peligro de extinción por el gobierno de los Estados Unidos.

Esa es una razón más para demostrar el rol vital que tienen los animales en el ecosistema, dijo Elbroch. En este momento, está trabajando con un grupo de científico­s de la Universida­d del Estado de Washington para explorar los efectos de la carroña de pumas en la química del suelo de un paisaje.

El equipo sospecha que los restos de las matanzas de los pumas son un recurso crítico, no solo para los mamíferos y aves carroñeros, o incluso los invertebra­dos que residen en ellos, sino también para la vida vegetal que ancla el ecosistema.

Si su hipótesis es verdadera, «tendremos una relación entre los sitios de matanza con carroñeros vertebrado­s e invertebra­dos, comunidade­s de suelo y plantas «, dijo Elbroch. «Eso sería sorprenden­te».

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| MARK ELBROCH/PANTHERA.
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113 de las 215 especies recolectad­as en sitios de matanza de pumas eran dependient­es de carroña

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