EN MEDELLÍN, LAS BANDAS CRIMINALES USAN A MENORES
La instrumentalización de los menores de edad para cometer homicidios, guardar armas, ser jíbaros o para sembrar terror, encienden las alarmas
La utilización de menores de edad por parte de las bandas criminales que operan en Medellín es cada vez más frecuente. Los hechos del último año han evidenciado cómo niños de 13 y 14 años han sido entrenados para matar, traficar estupefacientes y portar armas de fuego.
Además, los adolescentes se han convertido en presa de los delincuentes para sembrar el terror en la comunidad al ser asesinados sin ninguna razón o ser víctimas de desplazamiento forzado y hasta desaparición.
Según las cifras de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, durante el 2019 fueron aprendidos 313 menores de edad por múltiples delitos, mientras que en lo corrido del 2020 ya van 260, un 83% del total del año anterior.
La Comuna 13
James Zuluaga, director del comité de Derechos Humanos en la Comuna 13, reconoce que esta es la zona del Valle de Aburrá en el que más menores de edad están siendo instrumentalizados o que han sido reclutados y pertenecen a las bandas criminales.
“Creo que somos la zona que más menores tiene insertos en los grupos armados y esto es debido a que la Comuna 13 ha sido una de las comunas con menos inversión social de la ciudad. Eso genera que muchos de los niños y jóvenes de desescolaricen y muchos de los padres no tengan empleo, lo que permite que estos niños empiecen a ser mandaderos de estos actores armados y al final sean vinculados a estos grupos”, explicó Zuluaga.
La problemática, dijo el defensor, inicia cuando los niños tienen muy corta edad y son utilizados para hacer ‘mandados’. “Al principio los utilizan para que transporten armas o drogas y al final los terminan es preparando para que sean sicarios”, afirma.
Otro de los factores que facilita este fenómeno es que la Comuna 13 se ha convertido en un territorio de desplazados del Urabá y Chocó, lo que convierte a los niños en presa fácil de las estructuras criminales.
“Siempre hemos sido la zona del país que más desplazados recibe y actualmente el tema de inmigrantes es muy alto y preocupante. Eso genera que personas que no tienen como alimentarse diariamente sean blanco fácil para que los actores armados a través de un mercado o de un recurso mínimo los enfilen”, reveló.
La edad de captación
Según Zuluaga, en el análisis de caracterización de los miembros de las bandas criminales de la Comuna 13 que desarrolló la mesa de Derechos Humanos en el 2019, determinó cifras alarmantes. “El análisis nos arroja que en esta comuna hay al menos 1000 personas que estarían al servicio de estas estructuras armadas, de las que 600 serían menores de edad”.
Asimismo, reveló que la edad de los niños en la que empiezan a ser captados por los integrantes de las diferentes estructuras criminales que convergen en el territorio es desde los 10 años de edad.
“Tenemos niños en procesos de vinculación desde los 10 años, porque aquí falta más inversión social, pero la real. Es que creen que porque nos hacen una obra de infraestructura, ya nos están solucionando el problema de inversión social y eso es totalmente errado. No tenemos escenarios ni ofertas culturales suficientes. Las poquitas que hay están permeadas por las mismas estructuras criminales”, comentó el defensor.
Zuluaga es enfático al decir que “aquí hay que mirar bien a fondo lo que está sucediendo. Apostarle a la Comuna 13 en temas de inversión social, cultura y deporte; porque la Comuna 13 es la que está protagonizando hechos violentos, no solo ahí, sino en el resto de la ciudad. Lastimosamente, desde aquí salen menores de edad a cometer delitos a otras zonas”.
Además, alertó a la administración para que entienda que debe existir una apropiación de los espacios con entrenadores deportivos y artísticos, porque sin ellos los niños se vuelven presa fácil de la delincuencia y estos lugares sus centros de operación.
Es importante destacar que muchos de los menores son hijos de mujeres cabeza de hogar, razón por la que se ven obligadas a trabajar largas jornadas, lo que genera que sus hijos pasen muchas horas sin supervisión y sean utilizados desde temprana edad para delinquir.
Los enfrentamientos
Recientemente, la Comuna 13 vivió una ola de homicidios. En menos de una semana seis personas fueron asesinadas, entre ellos un menor de 17 años que pertenecía a colectivos que trabajan por la comunidad y que no tenía relación con ninguna banda. Al respecto, Zuluaga indicó que “cuando empieza el conflicto, muchas veces, asesinan personas para sembrar terror, otras porque se parecen a alguien o porque es conocido de alguien, todo para que se genere duelo en los otros actores armados”.
El llamado del defensor es a que se hagan “acciones concretas e inmediatas. No podemos seguir presentando a cualquier capturado como el responsable de los hechos, cuando no lo es. Nos pasó en la administración pasada, que capturaban a cualquiera y eso lo que hizo fue fortalecer las grandes estructuras acá. Lógicamente sí dieron golpes efectivos, pero la mayoría eran para que la gente quedara contenta. Hoy tenemos un problema real, las estructuras están más fuertes que hace cuatro años y Daniel Quintero no puede entrar en el mismo juego que Federico Gutiérrez”.
Por su parte, el secretario de Seguridad de Medellín, José Gerardo Acevedo, dijo que esos homicidios son producto de enfrentamientos entre las bandas criminales de La Agonía, El Coco y Peñitas; y que para contrarrestar la violencia al sector periférico de la comuna llegarían 60 carabineros y se establecerían puestos de control.
Las desapariciones
Uno de los temas que más preocupa actualmente es la cantidad de desaparecidos que se registran año a año. Luis Guillermo Pardo, presidente del Centro de Consultoría del Conflicto, C3, dijo que las cifras son alarmantes.
“Las cifras del libro Cartografía de la desaparición forzada en Colombia, dice que de 68.431 desaparecidos en Colombia solo en Antioquia hay 6580 y que Medellín es el municipio con más desaparecidos del país con
2977”, señaló Pardo.
El experto considera que en Medellín se debe entender que el conflicto urbano es mucho más que homicidios, porque cuando las bandas criminales hacen pactos cambian los homicidios por las desapariciones forzadas y es un tema que se debe tratar con mayor celeridad.