¿Se puede confiar en un referendo?
¿Si funciona? Esta poderosa herramienta de toma de decisiones, utilizada en varios países, se considera una expresión de la democracia. PUBLIMETRO investiga cuán efectivos son estos votos directos y universales
Dejar los asuntos complejos y sofisticados en manos de la gente se está volviendo cada vez más popular. Según Alan Renwick, subdirector de la Unidad de Constitución del University College de Londres, el número de referendos que se celebran en el mundo ha aumentado notablemente desde la década del ochenta.
“Eso se debe en parte a que la difusión de la democracia en todo el mundo, en particular en el decenio del noventa, ha creado la necesidad de elaborar nuevas constituciones, que a menudo se ratifican por referendo. Pero también es en parte porque la gente tiene expectativas diferentes de la democracia ahora que en el pasado. Esperan que los políticos sigan más de cerca a la opinión pública, y los referendos son una forma de hacerlo”, dijo a PUBLIMETRO.
Uno de los ejemplos más recientes es el referendo para la aprobación del brexit, que tuvo lugar el 23 de junio de 2016. En él se preguntó al electorado si el país debía seguir siendo miembro o abandonar la Unión Europea. Los resultados mostraron que el 51,9% de los votos fueron a favor de abandonar el bloque.
“El referendo del brexit fue particularmente malo”, explicó Renwick. “No se pensó antes de que se convocara sobre lo que implicaría realmente un voto para abandonar la Unión Europea o sobre si lograría lo que la gente quería. Durante la campaña, hubo una terrible desinformación en ambos lados y apenas se habló de algunos temas importantes. La lección es que es esencial que haya mucho más debate público y mucha mejor información”.
Para asegurarse de que la expresión de la democracia no se vea comprometida, Renwick nombró dos importantes pasos a seguir. Las opciones en la papeleta electoral deben dar a la gente una opción real y no dejar fuera una alternativa que la mayoría de la gente preferiría. Además, la gente debe tener la oportunidad de averiguar cuáles son los temas y hacer un juicio considerado sobre los méritos de las opciones.
La primera requiere “que la gente participe en la exploración de las opciones tanto como sea posible antes de que se convoque el referéndum”, añadió.
¿Hay algún ejemplo de un referendo bien celebrado?
“Irlanda muestra una manera de hacerlo: la celebración de una asamblea de ciudadanos para explorar los temas en profundidad condujo a un debate mucho más meditado durante su referendo de 2018 sobre el aborto”, concluyó Renwick.
“Los referendos son buenos cuando se usan para controlar a los gobiernos. Pero no son buenos cuando los líderes autoritarios abusan del sistema para ganar apoyo para decisiones apresuradas”
MATT QVORTRUP
Profesor de ciencias políticas en la Universidad de Coventry y autor de Democracy On Demand