“Lo que pasó en Guayaquil se ha utilizado políticamente”
El secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de Ecuador habló con PUBLIMETRO sobre la dramática situación que la COVID-19 dejó en Guayaquil
“Vimos imágenes terribles en cuanto a muertos en la calle y cuestiones de esas. Muchas de esas imágenes, debo decirlo, no eran reales”
ALBÁN MALDONADO, Secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de Ecuador
Ecuador, uno de los países más golpeados por la pandemia de COVID-19 en Latinoamérica, comienza a ver el fin de la etapa más crítica, explicó a PUBLIMETRO Agustín Albán Maldonado, secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación del país.
En las últimas semanas se conocieron imágenes de la tragedia que la COVID-19 dejó en Guayaquil, capital de la provincia de Guayas, la zona más golpeada por la pandemia. La gran cantidad de muertos provocó el colapso de los servicios funerarios en la zona, una tragedia que también ha sido utilizada con fines políticos, dice Maldonado, quien también está encargado del Comité de Operaciones de Emergencias en la Provincia de Pichincha.
¿Cuál es la situación actual en Ecuador ante la epidemia de COVID-19? Creo que tenemos que separar un poco la pandemia entre lo que ha ocurrido en Guayaquil, que ha sido una tragedia –ahí la enfermedad se salió un poco más de control– y lo que ha pasado en otras partes del país donde de alguna manera se ha tenido un mayor control y se ha podido lograr el aplanamiento de la curva. Esa es la realidad de cómo se ha comportado la enfermedad en Ecuador en general.
¿Cuál es la situación actual en Guayaquil? Evidentemente hemos tenido una mortalidad un poco más alta y un mayor número de pacientes contagiados, con mucha rapidez. El sistema sanitario se ha visto rebasado, como lo hemos visto en muchos países. Vimos imágenes terribles en cuanto a muertos en la calle y cuestiones de esas. Muchas de esas imágenes, debo decirlo, no eran reales. Pero sí lo que pasó es que el sistema de manejo de exequias colapsó por una razón muy sencilla: anteriormente, la mayoría de cadáveres eran retirados por el sistema privado. En el momento en que llega el COVID-19, estos servicios dejan de funcionar como deberían hacerlo y le pasan al Estado la carga de recoger estas exequias. Entonces la capacidad se vio rebasada y vimos algunas imágenes terribles.
Lo que pasó en Guayaquil es una realidad, no lo podemos tapar. Se ha utilizado políticamente y ha mucha repercusión. Si bien la realidad es cruda, es bastante menos cruda de lo que se nos ha hecho saber en medios internacionales. ¿Qué medidas se han tomado no solamente en Guayaquil, sino en Ecuador, para hacer frente a esta pandemia? De lo que ocurrió en Guayaquil tenemos grandes lecciones como país. Tristemente tuvimos mucho que aprender sobre estar preparados.
¿Entonces qué se hizo en los demás hospitales del país? Se incrementó la capacidad instalada en términos de número de camas y unidades de cuidados intensivos para poder atender a pacientes graves. También hemos creado centros de aislamiento temporales, a los que van pacientes que no manifiestan síntomas graves. Por ejemplo, en la provincia de Pichincha, se habilitó la casa de la selección nacional del fútbol. Eso nos ha permitido estar mejor preparados para atender más pacientes a nivel nacional.
¿Ecuador cuenta con los suficientes insumos médicos para enfrentar la COVID-19?
Tuvimos algunos problemas hace un par de semanas. Sobre todo por una situación particular, ya que se informaba que se tenía cierto inventario en algún hospital público, pero aparecía en otro hospital. Esa falta de comunicación nos afectó. Insisto, hemos aprendido la lección.
Debo de reconocer que ha habido un gran apoyo de la industria privada en Ecuador, empresarios que se unen en este proceso de salvar vidas. Con lo cual, y lo revisaba recientemente con el ministro de Salud, tenemos nuestros hospitales surtidos, preparados sobre todo con equipamiento médico para proteger a nuestros doctores y enfermeras, que son la primera línea de combate contra esta pandemia.
¿Qué alianzas internacionales ha tenido Ecuador para hacer frente a la COVID-19?
Ecuador es un país abierto. Hemos compartido nuestras experiencias a través de la Organización Mundial de la Salud con todos los países. También hemos estrechado la cooperación con China y con Estados Unidos. Hemos mantenido una política de absoluta comunicación e integración que nos permite recibir productos, insumos, donaciones, ideas y sugerencias para atender la problemática de Ecuador. Este martes, por ejemplo, revisamos cifras y veíamos que la curva de mortalidad en Guayaquil ha descendido. Hemos visto que la curva de contagios también, con lo cual, sin echar las campanas a volar, nos da un motivo de optimismo de que quizá lo peor ya quedó atrás. Ahora tendremos que precautelar y cuidar el resto de ciudades de Ecuador.
¿Cómo ve Ecuador la situación en Latinoamérica? Especialmente porque el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, indicó que la región será el próximo centro de la pandemia. Creo que los comentarios del presidente Bukele son desafortunados porque estaba en otro momento de la enfermedad. Simplemente deseo que cuando le llegue fuerte la pandemia haga una reflexión y en vez de utilizar a un país hermano como un mal ejemplo, lo use como una lección de lo que se debe hacer para prevenir las cosas.
Creo que cada país tiene su dinámica y su historia. Muy respetuoso de las opiniones de cada presidente, pero creo que hay que ser conscientes del momento del desarrollo de la enfermedad y el impacto que pueda tener en el sistema sanitario. Entonces, algudado nos países empiezan antes, otros después. Unos tienen políticas diferentes a otras. Creo que ya veremos. El tiempo, dirá. Dios dirá.
¿Qué lecciones aprendió Ecuador que le pueda contar al mundo?
La primera: las medidas de distanciamiento social funcionan. A pesar del grandísimo costo económico que tienen, funcionan difiriendo el contagio.
Segundo: hay que estar preparado. Aunque podamos diferir la curva y el crecimiento de la enfermedad, tenemos que preparar nuestro sistema sanitario.
Tercero: las medidas a veces tienen que ampliarse por un periodo mayor a lo inicialmente permitido.
Cuarto: tenemos que mantener nuestro aparato productivo estratégico funcionando y eso es hecho en Ecuador. Hemos mantenido mercados y supermercados abastecidos. Hemos hecho que nuestros sectores estratégicos (alimentación y exportaciones) se mantengan funcionando. A pesar del problema que tuvimos en Guayaquil, en el resto del país estamos viendo resultados tremendamente positivos. Ojalá en unos días podamos dar cifras más claras y contundentes en el desarrollo del país y cómo ha evolucionado también Guayaquil, porque también es importante recordar que Guayaquil es otra historia.
Si vamos a hablar de Ecuador, vamos a tener claro que es uno de los primeros países que tomó ese virus, uno de los primeros países en que se tomaron medidas de aislamiento y de movilidad. Guayaquil, evidentemente, fue problema por una serie de factores también que son complejos de entender culturales y nacionales. Pero creo que el aprendizaje y la lección para el mundo están muy presentes.