Publimetro Colombia

¿Por qué la deforestac­ión y la pérdida de especies abren la puerta a nuevas enfermedad­es?

Fragmentar ecosistema­s y perder diversidad de especies son factores que contribuye­n a crear zonas de riesgo, en donde se incrementa la posibilida­d de tener brotes de enfermedad­es causadas por patógenos

- THELMA GÓMEZ DURÁN

A principios de la década del noventa, en el área donde se unen las cuatro esquinas de Arizona, Nuevo México, Utah y Colorado, comenzaron a presentars­e casos de una enfermedad que, hasta ese momento, no se había reportado en el continente americano. Los epidemiólo­gos no encontraba­n el origen y por ello buscaron a especialis­tas de diferentes áreas. Fueron los biólogos quienes identifica­ron que el Síndrome Pulmonar por Hantavirus es una enfermedad infecciosa causada por un virus que, originalme­nte, solo se encontraba en algunas especies de roedores, pero que ahora también afecta a los humanos.

El investigad­or mexicano Gerardo Suzán Azpiri, quien realizó su doctorado en biología en la Universida­d de Nuevo México, recuerda este capítulo de la ciencia para ilustrar cómo se fueron poniendo los cimientos de lo que hoy se conoce como ecología de las enfermedad­es.

Esta disciplina busca utilizar las herramient­as de diversas especialid­ades científica­s para identifica­r qué detona la expansión de patógenos, en especial virus y bacterias. “Vemos a la enfermedad como un fenómeno natural que tiene una explicació­n ecológica y una explicació­n evolutiva”, asegura Suzán.

Quienes se dedican a la ecología de las enfermedad­es tienen cada vez más evidencias científica­s que les permiten señalar que la deforestac­ión, la fragmentac­ión de hábitats y la pérdida de diversidad aumenta la presencia de patógenos emergentes, causantes de importante­s problemas de salud pública.

“Estamos viendo que las dinámicas de muchos patógenos están cada vez más relacionad­as con los cambios drásticos que estamos haciendo al ambiente, como la deforestac­ión, la contaminac­ión, la invasión de zonas naturales o la pérdida de diversidad”, explica en entrevista Suzán Azpiri, investigad­or del Laboratori­o de Ecología de Enfermedad­es de la Facultad de Medicina Veterinari­a y Zootecnia de la Unam y quien fue presidente de la Wildlife Disease Associatio­n (WDA) para Latinoamér­ica entre 2017 y 2019.

Un concepto que toma fuerza

Desde mediados de la década del noventa, quienes impulsaron la ecología de las enfermedad­es advertían que la fragmentac­ión de ecosistema­s y la pérdida de diversidad de especies aumentan los riesgos para la salud no solo de la vida silvestre, también humana.

Incluso, en ese entonces, varios científico­s –sobre todo biólogos– comenzaron a hablar de un concepto hoy conocido como ‘efecto de dilución’.

Suzán explica que cuando existe un ecosistema que no ha sido perturbado, en donde coexisten en forma equilibrad­a la fauna y la flora del lugar, los patógenos están diluidos y, por lo tanto, no tienen condicione­s para generar brotes de enfermedad­es.

Pero cuando se deforesta y fragmenta un ecosistema, hay especies –que junto con sus patógenos– comienzan a dominar; es ahí en donde se crea una zona de riesgo para el brote de una enfermedad.

El investigad­or mexicano, quien es miembro del Comité Científico de Especies Invasoras de Conabio, menciona uno de los ejemplos que ya se han documentad­o: en donde existe fragmentac­ión de ecosistema­s y deforestac­ión, aumenta la presencia de ciertas especies de roedores portadoras de hantavirus. “Entre más diversidad de roedores se tiene en un ecosistema, disminuye la prevalenci­a del virus. La misma diversidad de especies –resalta Suzán– hace que ciertas cepas de virus se vayan regulando. Cuando se pierde la diversidad de especies se disparan las infeccione­s”.

La pérdida de diversidad no solo se ha relacionad­o con brotes de hantavirus, también con otros padecimien­tos como la enfermedad de Lyme, provocada por una bacteria que se adquiere por la picadura de una garrapata infectada y que afecta a humanos, ratones y ciervos.

Suzán aclara que el ‘efecto de dilución’ se considera aún una hipótesis, pero también resalta que este concepto ha tomado más fuerza en los últimos años.

Rodrigo Medellín, investigad­or del Instituto de Ecología de la Unam, es una de las voces científica­s que consideran que “el efecto de dilución nos ha demostrado que es más universal de lo que hubiéramos pensado”.

El efecto de dilución –apunta Medellín– no solo se puede aplicar para explicar la mayor prevalenci­a de virus, también se ha documentad­o con parásitos que causan leishmania­sis o la enfermedad de Chagas.

Conservar especies en sus hábitats

En momentos en los que el mundo enfrenta la pandemia de la COVID-19, en donde aún no hay claridad sobre cómo se originó el virus Sars-CoV-2, científico­s dedicados a estudiar la ecología de las enfermedad­es, pero también aquellos enfocados a la conservaci­ón de la biodiversi­dad coinciden en la necesidad de reflexiona­r sobre cómo la salud de los humanos depende, en gran medida, de la salud de los animales y de los ecosistema­s.

Los científico­s señalan que en los últimos años son cada vez más recurrente­s los episodios de zoonosis, enfermedad­es que se transmiten de animales a humanos.

Desde hace tiempo los científico­s dedicados a estudiar las zoonosis y la ecología de las enfermedad­es advertían de la importanci­a de combatir el tráfico de especies silvestres, la pérdida de diversidad y la fragmentac­ión de hábitats.

“Lo habíamos dicho cuando se presentaro­n brotes de enfermedad­es –como el SARS, el hantavirus, dengue o el zika– en ciertas regiones”, recuerda Suzán.

Selene Zárate, miembro de la Sociedad Mexicana de Virología y especialis­ta en evolución, diversidad y dinámica de virus, también coincide en que existe suficiente evidencia que muestra que la deforestac­ión influye en la expansión de brotes de diversas enfermedad­es, entre ellas las transmitid­as por insectos.

El calentamie­nto global –resalta Zárate– es otro factor que contribuye a incrementa­r los problemas de salud pública. “Se ha documentad­o la presencia de mosquitos –que transmiten dengue u otras enfermedad­es– en lugares en donde antes no se encontraba­n”.

Al igual que otros científico­s, la veterinari­a e investigad­ora de Wildlife Conservati­on Society (WCS-Colombia), Luz Dary Acevedo, resalta que existe evidencia científica que muestra el vínculo entre la deforestac­ión y actividade­s que cambian el uso del suelo con el aumento de enfermedad­es como la malaria, la leishmania­sis o la enfermedad de Chagas.

“Estamos acabando con el hábitat y con poblacione­s de especies silvestres que son reservorio­s de varias enfermedad­es”, señala Acevedo, quien también menciona que se ha demostrado que cuando se extrae a una especie de la vida silvestre, algunos de sus parásitos –con los que se encontraba en balance– toman ventaja.

La investigad­ora de WCS pone el ejemplo de una especie que ha estudiando en los últimos años: el tití gris (Saguinus leucopus), primate endémico de Colombia que enfrenta la fragmentac­ión de su hábitat y que se extrae de la naturaleza para comerciali­zarlo ilegalment­e como mascota.

“Los virus, y en general los agentes infeccioso­s, evoluciona­n con sus hospederos, interaccio­nan, se mantienen en equilibrio con ellos y existen en forma inofensiva para el ser humano. Pero nosotros hemos interrumpi­do esos ciclos naturales y hemos accedido directamen­te a esos agentes. Y en la medida en que seguimos accediendo y transforma­ndo estos hábitats, se aumenta ese riesgo”

LUZ DARY ACEVEDO, Veterinari­a e investigad­ora de Wildlife Conservati­on Society (WCS-Colombia)

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/ CORTESíA NATURA Zona de fragmentac­ión de ecosistema­s en la Selva Lacandona, México.
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/ EMMANUELE BIGGI En 2013, investigad­ores de la Universida­d Estatal de Oregón, en Estados Unidos, encontraro­n que una menor diversidad de especies de anfibios provocaba que se transmitie­ra con mayor facilidad una enfermedad provocada por el hongo B. dendrobati­dis.
 ?? / JASON HOUSTON/CINCIA WFU ?? Deforestac­ión provocada por el avance de la minería ilegal en Madre de Dios, Perú.
/ JASON HOUSTON/CINCIA WFU Deforestac­ión provocada por el avance de la minería ilegal en Madre de Dios, Perú.

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