3 PREGUNTAS A... Ivan Katchanovski, profesor de estudios políticos en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Ottawa, Canadá
1 ¿Qué es la economía de guerra?
—La economía de guerra es la economía en tiempos de guerra. Los gobiernos asumen poderes de emergencia en la economía e imponen restricciones al movimiento de personas, negocios y comercio. El gasto militar y la producción de bienes militares y otros relacionados con la guerra aumentan enormemente. Los gobiernos de diferentes países del mundo asumen poderes de emergencia, imponen restricciones a los movimientos de personas y empresas, aumentan los gastos relacionados con las epidemias para combatir la propagación del Coronavirus. Aunque tales medidas tienen ciertas similitudes, pero la pandemia de COVID-19 no es una guerra.
2 ¿Se intensificaron las rivalidades mundiales a causa de la crisis del coronavirus?
—Las tensiones entre los EE.UU. y China aumentaron debido a la pandemia de COVID-19. Estas tensiones pueden tener consecuencias globales porque los EE.UU. y China son las dos economías más grandes del mundo. Pero tal tensión no llevaría a una guerra entre ellos. Ambas son potencias nucleares, y las armas nucleares sirven como un poderoso disuasivo para la guerra. La pandemia también socavó las instituciones internacionales, como la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la UE (Unión Europea), la globalización y el aumento del nacionalismo, el aislacionismo y los poderes gubernamentales. Una encuesta reciente en Italia mostró que, debido a la aparente inacción de la UE, casi la mitad de los italianos expresaron su apoyo a la salida de la UE.
3 ¿Podría COVID-19 provocar guerras para restaurar la economía mundial?
—Básicamente hay una posibilidad cero de que esta pandemia lleve a una nueva guerra mundial, como la Primera o la Segunda Guerra Mundial. La guerra mundial, por su naturaleza, no puede revivir la economía mundial, porque tendría que traer la destrucción de las economías de muchos países. Ningún político en su sano juicio iniciaría deliberadamente una nueva guerra mundial ni siquiera para revivir la economía de su propio país, porque esa guerra puede convertirse fácilmente en una guerra nuclear, y puede tener un impacto catastrófico en toda la humanidad. El impacto económico negativo de la pandemia del coronavirus y las políticas gubernamentales para combatir su propagación palidecerían ante el impacto potencial de tal guerra. Pero la pandemia puede desencadenar un conflicto entre los EE.UU. y China porque la administración de los EE.UU. culpa a China por el inicio y la propagación del brote. El impacto desproporcionado de la pandemia en potencias tan importantes como los EE.UU., el Reino Unido y Francia probablemente también disminuiría su “poder blando”, o el atractivo y la imagen positiva en otros países porque se les percibe como los mejor preparados para manejar la pandemia en base a sus gobiernos, economías avanzadas y sistemas de atención médica.