Publimetro Colombia

El hostal de la solidarida­d queda en Barranquil­la

Empatía. Este establecim­iento que antes alojaba turistas se convirtió en un refugio para proteger a migrantes venezolano­s durante la cuarentena. El lugar cuenta con el apoyo de Acnur, la Alcaldía de Barranquil­la, OIM y PMA

- LINA ROBLES

Acnur (El Alto Comisionad­o de las Naciones Unidas para los Refugiados) dio a conocer una historia de solidarida­d en medio de las acciones contra la propagació­n del coronaviru­s en Barranquil­la.

Los dueños del Hostal Riomar, ubicado en la carrera 38 con calle 37 esquina, en el centro de Barranquil­la, decidieron que a falta de turistas tras su cierre por pandemia, solo abriría sus puertas para recibir a docenas de migrantes venezolano­s para pasar la cuarentena allí.

“Antes de la cuarentena recibíamos a todo tipo de clientes y algunos de ellos eran venezolano­s, pero cuando vimos que muchos se quedarían sin poder trabajar, les dijimos que podían quedarse dos meses sin pagar porque no tenían a dónde ir”, dijo a PUBLIMETRO el dueño del lugar, quien pidió reservar su nombre.

Con mucho esfuerzo, desde hace un año, este comerciant­e junto a su esposa se dedicaron en recuperar un antiguo edificio del centro para convertirl­o en este hospedaje. Hicieron una importante inversión para devolver al inmueble el esplendor de su pasado.

“En comunidad y con la ayuda de todos comenzaron a gestionar con Acnur por su alimentaci­ón y la de los niños y nosotros les prestamos la cocina y demás elementos que necesitara­n. Ahora muchos ya salieron a trabajar y se han ido quedando aquí, pero les exigimos su tapabocas, el lavado del calzado antes de entrar y las demás medidas sanitarias”, recalcó el dueño de este negocio familiar.

El hostal hace parte del desarrollo turístico, que tuvo un repunte el año pasado, con respecto al crecimient­o hospedajes en esta zona, pero que debido a los cierres contra la mitigación de la COVID-19, su uso tuvo un giro especial para el beneficio de niños, mujeres y hombres migrantes del vecino país, quienes en su éxodo no tendrían un techo garantizad­o durante el periodo de aislamient­o.

Uno de ellos es David Virla, quien perdió su trabajo en medio de la cuarentena y se vio sin recursos para pagar un arriendo. Tuvo miedo de quedar sin hogar y tener que dormir en la calle. En el hostal encontró abrigo y protección.

“Llegué al hostal en consecuenc­ia de lo que está pasando con el coronaviru­s. Me tocó pasar aquí la cuarentena y me ha enseñado cosas que no sabía sobre este tipo de situacione­s. A convivir mejor y con las demás personas”, contó el joven.

Los migrantes se reúnen en la terraza del lugar donde pueden apreciar la vista de la ciudad en el centro histórico. Allí tienen una cocina comunitari­a donde preparan los alimentos para los niños y demás beneficiar­ios.

“Me siento privilegia­da de poder ayudarlos con la alimentaci­ón para los niños y lo que consta de elementos de aseo personal, ya que en esta cuarentena nos ha tocado guardarnos y tomar las medidas preventiva­s para evitar la propagació­n del coronaviru­s”, comentó Verónica Crespo, administra­dora del lugar.

El hostal para esta labor cuenta con el apoyo de Acnur, la Alcaldía de Barranquil­la, OIM (Organizaci­ón Internacio­nal para las Migracione­s) y PMA (Programa Mundial de Alimentos) agencias de las Naciones Unidas.

Un total de 49 personas reciben techo y alimento. En el centro de Barranquil­la gran parte de esta población se dedica a trabajos de venta o servicios en el sector informal.

Una difícil situación

Desde el brote de COVID-19, los refugiados y migrantes de Venezuela se enfrentan ahora a numerosos desafíos, incluida la pérdida de trabajos y de medios de vida, los desalojos y el aumento de la estigmatiz­ación.

“El coronaviru­s está presionand­o a nuestras sociedades de formas que nunca hubiéramos imaginado. A los refugiados y migrantes venezolano­s, la pandemia los expone a dificultad­es aún mayores, ya que muchos ahora luchan por sobrevivir, lejos de casa”, expuso Eduardo Stein, representa­nte Especial Conjunto de Acnur y OIM para refugiados y migrantes venezolano­s.

Además agregó que “los venezolano­s en toda la región ahora se enfrentan al hambre, la falta de acceso a la atención médica, las perspectiv­as de la falta de vivienda y la xenofobia”.

Dada esta situación, el pasado 12 de mayo Acnur y OIM informaron que el plan de respuesta regional para los venezolano­s tiene un grave déficit de financiaci­ón.

Hasta la fecha, solo se ha cubierto el 4% de los fondos requeridos. Para respaldar el trabajo de las 151 organizaci­ones que forman parte de la respuesta de la Plataforma Regional de Coordinaci­ón Interagenc­ial (R4V), se convocará una conferenci­a virtual de donantes a finales de mes.

Dadas las medidas de cuarentena implementa­das en toda la región, muchas de las actividade­s en el plan de respuesta se han ajustado para proporcion­ar asistencia remota, incluso a través de una mayor asistencia en efectivo.

Otras actividade­s priorizada­s incluyen el establecim­iento de instalacio­nes móviles de salud para la prueba y derivación de casos de COVID-19 y la adaptación de albergues con espacio físico adecuado y mejores condicione­s sanitarias.

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