Maria Ivanova
Profesora de Gobernanza Mundial y directora del Centro de Gobernanza y Sostenibilidad de la Universidad de Massachusetts Boston
La COP 26 ha sido reprogramada varias veces...
Nos enfrentamos a dos crisis mundiales que exigen una respuesta urgente: COVID-19 y el cambio climático. El retraso de la COP climática hasta 2021 nos permite hacer frente a la pandemia de salud inmediata, mientras se crea una nueva economía sostenible. Además, en 2021, Estados Unidos probablemente estará presente en las negociaciones como un participante constructivo y, esperamos, como un líder inspirador.
Si bien el aplazamiento de las negociaciones puede frenar el impulso, también podría presentar una oportunidad de ganar velocidad y tracción al comprometerse digitalmente con un grupo mucho más amplio de participantes.
¿Está maldita la cumbre?
No hay ninguna maldición en las negociaciones sobre el clima. El panorama mundial de las negociaciones es dinámico.
Las reuniones mundiales anuales de cientos de miles de personas requieren mucha capacidad, estabilidad política y coordinación. Es impresionante que los países se ofrezcan a ser anfitriones de estos eventos y a proporcionar todo el apoyo logístico y de seguridad. No podremos celebrar grandes reuniones en persona sobre ningún tema por un tiempo y tendremos que adaptarnos.
Es hora de aprender a través de los temas: ¿cómo se celebrarán las grandes convenciones tecnológicas o los eventos deportivos o conciertos?
¿A qué se enfrentan ahora las principales cumbres de la COP?
La emergencia climática es el desafío de nuestra civilización y exige un cambio drástico en el sistema económico. Tal desafío global exige una actitud y un enfoque de todos en todas partes. El principal desafío para la convención climática es que los principales actores son los estados-nación.
Necesitamos metas, objetivos, estrategias y planes de acción prácticos y a la vez ambiciosos que abarquen todo el espectro, desde los ciudadanos hasta las empresas, pasando por los campus y los países.
¿Cómo podría la COVID-19 afectar la lucha contra el cambio climático?
Nuestra salud personal depende totalmente de la salud del planeta. la COVID-19 ha expuesto nuestras vulnerabilidades como sociedad global y ha revelado la profunda interconexión entre la salud y la política medioambiental.
Los enormes paquetes de recuperación de miles de millones de dólares que los países están llevando a cabo tienen el potencial de abordar el clima, la sostenibilidad y la salud de manera fundamental.
La COVID-19 también creó una nueva línea de base para lo que se puede hacer digitalmente. Se trata de una oportunidad para replantearse las grandes reuniones mundiales de los países y hacer participar a muchas más personas de muchos más sectores a través de medios digitales.