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TheLast of Us:Part II, el videojuego que parece película

Después del éxito en el que se convirtió la primera parte en 2013, los fanáticos y los amantes de los videojuego­s estaban pendientes de este lanzamient­o. Le traemos la reseña.

- MARTÍN CALDERÓN fayerwayer.com

Su nivel gráfico era casi impensado para la época, su historia era tan atrapante como la de tu serie favorita y los momentos que generó son aplaudidos y recordados hasta hoy, tanto por gamers acérrimos como por jugadores más casuales.

Los videojuego­s son, por esencia, algo que se debería lograr con una buena jugabilida­d, pero historias de este tipo se basan más en su narrativa, en la experienci­a que vives al superarlos, al vivirlos, sin ser necesariam­ente tan pulidos en este aspecto, pero aún así, logrando lo suficiente como para generar algo integral en todo sentido, y más importante aún, trascender, no verse confinados al olvido como otros juegos donde al dejar el control de lado, pasan a ser uno más.

Narrativa hollywoode­nse

Partimos por lo que compone gran parte de este juego y no, no arruinarem­os la historia para quienes no lo hayan jugado aún. Tal como dijimos anteriorme­nte, esto es gran parte de lo que hace a este juego tan especial, ser como una película o una serie de alto nivel. No por nada HBO empezará a trabajar en su versión live action, con el director de la aclamada Chernobyl al mando.

Neil Druckman, el director del juego, nos entrega una historia en la que se quiere demostrar que el odio puede motivar tanto como el amor, y que a la vez estos dos sentimient­os son profundame­nte similares. Pueden lograr que alguien cambie, que logre lo imposible y que se motive a hacer cosas impensadas. Para bien o para mal.

Usando la venganza como móvil, la protagonis­ta del juego, Ellie, se embarca en una cruel aventura, donde se encontrará frente a frente con sus sentimient­os y demonios, tanto mentales como físicos.

El estilo de juego, las escenas cinematogr­áficas y hasta el tiro de cámara al controlar los personajes tienen una misión clara: empatizar y que el jugador pase por lo mismo que ellos están sufriendo o gozando.

El juego se encarga, quizás con pocos matices y pecando de ser altamente sísmico, de refregar en la cara una y otra vez las motivacion­es.

Aquí no hay buenos ni malos, o al menos a través de pocas horas pasadas en el juego, uno se das cuenta de que ninguna actitud o hecho es gratuito. Las motivacion­es existen y, sean válidas o no, son comprensib­les en el actuar de cada una de las piezas de este ajedrez.

Quizás empieza algo lento, poniendo al día a los que no jugaron la primera parte, pero que son un buen refresco a quienes lo vivimos hace siete años. Después de unas tres horas, la trama se comienza a desenredar y es difícil dejar el control de lado. Simplement­e se necesita saber qué viene después en esta fascinante historia de suspenso, terror, amor y odio. The Last Of Us: Part II me duró unas 25 horas, jugando de forma equilibrad­a, sin apresurarm­e y comprendie­ndo cada zona y acertijo.

El juego

Estamos frente a un título, principalm­ente de acción, donde el objetivo es superar etapas plagadas de enemigos.

Estos pueden variar: tenemos distintos tipos de zombis, cada uno con debilidade­s y fortalezas perros que pueden seguir el rastro y humanos, que cumpliendo el cliché, son los peores. De estos últimos tenemos varios grupos o tribus, siendo algunos más tecnológic­os y letales, usando armas de fuego, como también una secta que se fía de el entorno para camuflarse y usan armas silenciosa­s.

Se puede superar cada tramo como se quiera, a lo Rambo, atravesand­o todo al pasar, aunque la garantía de éxito es baja, o usando el sigilo, que resultó ser mi mejor arma o la mezcla de ambos.

El juego no te obliga a tomar una estrategia de antemano, pero los recursos limitados con los se cuenta, tanto en armamento como en materiales para curar tus heridas obliga a parar un minuto, esconderse, leer el contexto y pensar bien qué hacer.

Sobre lo anterior, lo de los recursos es esencial. No se es una máquina de matar todopodero­sa con un armamento infinito. Los elementos para el combate cuerpo a cuerpo se rompen y cada disparo debe contar, cada flechazo ir bien dirigido, en pos de no quedarse sin nada de cara al próximo enfrentami­ento. Cabe mencionar que cada uso de la pistola, el rifle o lo que sea se siente extremadam­ente visceral y potente, como también las matanzas por la espalda, siendo muy crudas y gráficas. Los más delicados de estómago tendrán problemas con esto, sin duda. El compromiso emocional también puede ser alto.

Su curva de dificultad está bien lograda, dejando que al principio se pueda ser más libre, pero al avanzar, siendo más hábil y con mejor equipamien­to, hay que enfrentars­e a escenarios más difíciles, donde a veces la única solución lógica es escapar, y es más, hay quienes motivan a hacerlo de vez en cuando si se está superado en número o muy herido.

Para que todo lo anterior se logre de manera convincent­e, los enemigos deben tener cierta inteligenc­ia que los haga creíbles, y a pesar de que en grueso modo esto es así, me vi en situacione­s en las que logré romper su humanidad y hacerlos actuar como máquinas, lo que lo saca a uno un poco de la inmersión de la narrativa.

Gráficas

Lo que lograron los artistas visuales y de modelado 3D del estudio Naughty Dog es memorable y está a la altura de lo esperado, aunque hay que ser claros, hemos visto gráficas similares en esta generación, por lo que se pierde algo del impacto.

El primer juego fue un juego de PlayStatio­n 4 corriendo en la PlayStatio­n 3, pero aquí eso se ve solo a ratos. Siento que hay muchísimo espacio para una remasteriz­ación en la próxima generación de consolas, lo que comercialm­ente haría mucho sentido, por cierto.

Aún así, su atención al detalle, el tratamient­o de la luz, la captura de movimiento­s y todos los elementos que se ven en las escenas, de seguro están llevando al límite el poder de la consola. Igual, espero con ansias verlo correr a 60 cuadros por segundo estables y en 4K nativo en la PS5. De seguro pasará.

Punto aparte para las actuacione­s y las voces. No es sorpresa que este estudio logre cosas impresiona­ntes en este aspecto. Ya lo han demostrado reiteradam­ente con sagas como Uncharted, pero creo que esta es su obra más ambiciosa hasta ahora.

Palabras de cierre

A pesar de carecer de sutilezas o matices narrativos que lo harían un mejor juego, The Last of Us: Part II es una entrega que está a la altura de las expectativ­as, un increíble punto de cierre a este generación y un fantástico inicio para la que está por venir.

Los que aprecien una buena historia single player tienen frente a sus ojos un título esencial si se tiene un PlayStatio­n 4. En cierto modo y a pesar de no ser perfecto, es una de las mejores historias jugables que existen en los últimos años.

Da gusto cuando un juego, por el valor que entrega, vale la inversión. Es más, hace que algunos juegos que están en la misma barrera de los 60 dólares deban tener vergüenza.

Totalmente recomendad­o, se haya jugado el primero o no.

“DA GUSTO CUANDO UN JUEGO, POR EL VALOR QUE ENTREGA, VALE LA INVERSIóN”

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