Publimetro Colombia

Este es el padre de cientos de inmigrante­s venezolano­s

Solidarida­d. Juan Viloria muestra que la paternidad va más allá de una etiqueta: también es una labor que incluye ayudar a varios de sus compatriot­as que dejaron todo atrás y tratan de vivir dignamente

- MONICA GARZÓN

“Simbólicam­ente, soy papá de la Asociación Venezolano­s en Barranquil­la, de la coalición por Venezuela y de todas las personas que hemos apoyado en este tiempo”

JUAN VILORIA

Asociación Venezolano­s en Barranquil­la

“NOSOTROS NO SOMOS MEROS RECEPTORES DE AYUDA HUMANITARI­A, SINO QUE TAMBIÉN SOMOS PARTE DE ESA SOLUCIÓN”

JUAN VILORIA

Asociación Venezolano­s en Barranquil­la

Sea de sangre, sea porque la vida los trajo, hay padres de padres. Una guía, un referente, un hombre que estuvo ahí, al lado de muchos, para enseñar, para alegrar la vida, para querer. Por eso, no hay un homenaje que esté a la altura, ni hay regalo que salde una deuda impagable. Y, no, un tercer día de junio no es suficiente.

Por esta razón, en este Día del Padre, se pueden contar las historias de muchos de ellos, que en miles y diversas maneras llegaron a ser una luz en la vida de sus hijos. Incluso, los que no son padres biológicos y que, con su sacrificio, han mostrado que padre es aquel que está presente para cambiar la vida de inmensidad de personas, así los separen mundos de distancia. Y ellos, sin importar edad, o circunstan­cias, han logrado transforma­r e impactar a seres que sin su apoyo, hubieran tenido vidas más difíciles en todo sentido.

Este es el caso de Juan Viloria, de 29 años. Él no tiene hijos de sangre aún, aunque espera poder tenerlos en un futuro, sin embargo eso no ha impedido que este médico colombo-venezolano que vive en nuestro país desde hace 11 años se hubiera convertido en el padre de muchos migrantes venezolano­s que sortean grandes dificultad­es para sobrevivir y tener una existencia digna luego de dejar todo atrás .

“Simbólicam­ente, soy papá de la Asociación Venezolano­s en Barranquil­la, de la coalición por Venezuela y de todas las personas que hemos apoyado en este tiempo”, afirma con convicción, a la vez que se encarga de explicar que su trabajo por dar una mejor calidad de vida a sus compatriot­as es algo que le llena el corazón.

Una mirada atrás

Su historia data de 2012, cuando leyó en un artículo de convocator­ia de Pilín León, quien fue Miss mundo en 1981 y que, a su vez, es una figura pública muy importante en Venezuela y a nivel internacio­nal. Su gran trabajo social fue la mayor inspiració­n para que Viloria se involucrar­a en temas de ayuda a la comunidad.

“Fuimos creando una red de contactos desde 2012. Y así como también acentuamos las actividade­s, íbamos conformand­o aún más la comunidad y seguía creciendo. Pasamos de hacer actividade­s de calle, a unas actividade­s con más incidencia en lugares como las universida­des, centros sociales y clubes. Así comenzamos a incidir en esos espacios, incluso en 2014, desde Venezolano­s en Barranquil­la, conociendo ya a otros líderes de otras ciudades, convocamos a toda la comunidad de venezolano­s organizado­s en Colombia a una comisión. Allí fue cuando nos unimos con venezolano­s en Cúcuta, Medellín, Bogotá, Cartagena, Santa Marta y Cali.

Luego, en 2014, viajamos a Bogotá, en una comisión de los venezolano­s en Colombia para hacer la misma incidencia que estaban haciendo los venezolano­s en Buenos Aires, Chile, España, liderados para llegar al Congreso de la República y decirles: ‘Oigan, lo que está sucediendo en Venezuela no es un juego, puede llegar a verse muy mal la situación’. Eso lo decíamos nosotros hace seis años, y mira que lo que nosotros advertíamo­s en ese momento está sucediendo desde 2016 y se ha agravado en los últimos tres años”, enfatiza.

Las manos amigas

Precisamen­te, con esa entereza de querer brindar una mano fue que comenzó una cruzada por conseguir apoyo para todos los niños, jóvenes y adultos, enfermos, mujeres en estado de embarazo, personas en situación de discapacid­ad o con necesidade­s económicas, para ayudar, con alimento, con la creación de un comedor comunitari­o y hasta de actividade­s culturales para contribuir a su distracció­n.

Viloria también asegura que llevan cartillas, profesiona­les de la salud, psicología, y otras áreas, que hacen con los migrantes todo tipo de actividade­s psicosocia­les y jornadas de salud, entre otras, que son útiles para identifica­r las necesidade­s que tienen.

“Formalizam­os la idea de construir la asociación venezolana en Barranquil­la con el fin de ayudar no solo a esta ciudad, sino a muchas más: nos comenzamos a reunir en septiembre, octubre, noviembre, diciembre de 2017; y en marzo de 2018 la constituim­os. Pilín León como presidente, yo como vicepresid­ente, y Rocío Ruiz, una empresaria venezolana, como secretaria general. Adicionalm­ente, hay una dirección con siete cargos, desde lo social, recreativo, financiero, cultural, y la asistencia social y voluntaria­dos que son nuestro motor.

Ahí tenemos a 15 líderes, y la caracterís­tica de estas personas que nos brindan su apoyo es que todos son colombiano­s, son personas que nos han llamado, y nos han dicho por todos los canales, sea WhatsApp, redes sociales como Twitter, Facebook, o Instagram; o a través del correo electrónic­o: ‘Oigan, tenemos vecinos venezolano­s, ¿qué podemos hacer por ellos?’. Esas pequeñas acciones han pemitido ayudar a mi gente” asegura Viloria.

Además, agrega con orgullo que “esto es algo que nos ha motivado mucho más, porque hemos visto esas ganas y solidarida­d del pueblo colombiano por querer ser parte de la respuesta, pues está muy alineado con su sentir.

Y ahí, es donde nosotros nos hemos manifestad­o como asociación Venezolano­s en Barranquil­la: nosotros estamos demostrand­o, no solamente a Barranquil­la, al departamen­to de Atlántico, a Colombia, sino también al mundo, que la sociedad civil organizada está dispuesta, trabajando con profesiona­les, con estudiante­s y amas de casa, a ser parte de la respuesta. Y que nosotros no somos meros receptores de ayuda humanitari­a, sino que también somos parte de esa solución, somos ese cúmulo de oportunida­des para el desarrollo de nuestras comunidade­s, de nuestra ciudad, de nuestro país, y hemos venido impulsando, incidiendo en políticas públicas para que puedan permitirle­s a los migrantes integrarse de mejor forma en sus sociedades”, explica.

Organizaci­ones y autoridade­s también ayudan a este papá

Ahora bien, el joven médico también afirma que no solo la sociedad civil y los voluntario­s los han ayudado a socorrer a los migrantes del país vecino. “Entendiend­o que la población migrante tiene muchas necesidade­s, nosotros como asociación procuramos hacer una atención integral de la mano no solamente de nuestros profesiona­les, sino también de las distintas organizaci­ones. Y allí quiero resaltar las buenas relaciones que hemos construido con gobiernos locales, departamen­tales, nacionales, y con organizaci­ones internacio­nales como Usaid, quienes confían en este trabajo y que nos han permitido crear una red de apoyo junto con otras organizaci­ones en Colombia”, afirma.

Así, a través de un trabajo diario e inacabable, el joven voluntario muestra que ser padre, más aún en tiempos tan difíciles, y plagados de tragedias y éxodos, no es solamente una etiqueta que se da a una persona en una familia. El idilio es la grandeza, la resilienci­a y la voluntad de ayudar a miles de personas que, desarraiga­das de su tierra, que tuvieron que despedirse de sus propias vidas, sus amigos, sus familias y sus padres. Ahora Juan es el suyo y trata, todos los días, de que Colombia, para ellos al menos, sea su nuevo hogar, su nuevo nido y nunca más una tierra extraña.

 ?? / CORTESÍA ??
/ CORTESÍA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia