Presidente, asómese a la ventana
Organizaciones sindicales e indígenas protestaron para llamar la atención del presidente Iván Duque y propiciar un diálogo. Sin embargo, las puertas de la Casa de Nariño permanecieron cerradas.
Hacia la tarde de ayer, los indígenas provenientes del suroccidente del país se prepararon para dejar la plaza de Bolívar. La minga alistó sus chivas y poco a poco fueron dejando el lugar para emprender el regreso a sus territorios luego de horas marchando para llevarle varios mensajes de paz al Gobierno.
La jornada transcurrió en completa calma en la capital del país desde la mañana del miércoles. Pero antes de salir a las calles, los indígenas también dieron ejemplo de compromiso entregando el Palacio de los Deportes en perfecto estado, tal y como lo recibieron el pasado domingo.
Luego, se unieron a los demás manifestantes en la nueva jornada de protestas contra la política económica y social del Gobierno que recordó la que se realizó el año pasado, el 21 de noviembre.
La concentración más grande fue en el Parque Nacional de Bogotá, lugar en el que se encontraron las centrales obreras, maestros y sindicalistas para marchar hasta la plaza de Bolívar, donde se encontraron con los indígenas.
La minga llegó el domingo a Bogotá procedente de Cali y el lunes protagonizó una multitudinaria concentración en la Plaza de Bolívar para plantear sus demandas al presidente Iván Duque con quien no lograron reunirse.
Pero la protesta de ayer fue convocada por el Comité Nacional del Paro, conformado por sindicatos y organizaciones sociales, para manifestar su rechazo a la política económica y social del presidente Duque, así como a la violencia en regiones como el Cauca, de donde proviene la mayoría de los indígenas participantes en la minga.
Además de Bogotá, los manifestantes también marcharon en Medellín, Cali, Bucaramanga, Barranquilla y otras ciudades.
Marcharon con música y pacíficamente
Uno de los grupos más grandes que se movilizó en Bogotá lo hizo por la carrera Séptima, en donde se fueron sumando personas con wiphala –banderas de los pueblos indígenas– y pancartas de organizaciones sindicales como la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Igualmente se unieron papayeras, cuyos integrantes le dieron ritmo con sus tambores e instrumentos de viento a la movilización.
Todos marcharon pidiendo que cesen las acciones violentas, el asesinato de líderes sociales y la restricción de la protesta social, además de rechazar la brutalidad policial que dejó 10 muertos en Bogotá en septiembre.
El Esmad no intervino
Este grupo élite de la Policía, por primera vez en mucho tiempo, no intervino en las manifestaciones.
La jornada transcurrió de forma pacífica y el hecho fue resaltado por el Gobierno.
La ministra del Interior, Alicia Arango, manifestó que “la minga indígena mostró a los colombianos que sí se puede protestar pacíficamente”.
Finalmente, sobre las 3:00 p.m., los indígenas subieron nuevamente a sus chivas y se despidieron de la fría capital, aunque quedaron con el sinsabor de no haber podido dialogar frente a frente con el presidente.
“Bienvenidos a la Plaza de Bolívar, nuestro permanente lugar de batallas en defensa de la vida, de la paz y la democracia. Estamos aquí para exigirle al Gobierno nacional la negociación del pliego del Comité del Paro” VOCERO DEL COMITÉ DEL PARO