El viejo puerto de Bogotá
Hablar del puerto de Bogotá suena muy extraño, ya que la ciudad está a cientos de kilómetros de distancia en línea recta del mar y el río Bogotá no es muy navegable que digamos. Lo más parecido a un puerto, además del aeropuerto, podrían ser las zonas francas que infestan la sabana. Pero esa es otra historia.
Lo cierto es que la capital sí tuvo en tiempos pasados algo así como un puerto que, además, aún conserva ese nombre: Puerto Bogotá. Es un muy caluroso corregimiento del municipio de Guaduas, a orillas del río Magdalena, situado al frente de Honda, que en realidad era el verdadero puerto de Bogotá por tratarse de una ciudad mucho más importante en términos de demografía y comercio. Pero Honda, a su vez, era un puerto al que en realidad se llegaba en mula y luego en tren, pues el río Magdalena no es navegable en ese sector de aguas muy pandas y torrentosas, donde desemboca el Gualí.
Entre 1882 y 1897 se construyó, por tramos y con serias complicaciones a causa de las guerras civiles, una línea férrea que iba desde La Dorada, donde descargaban los barcos, hasta el sitio denominado Arrancaplumas, en el extremo sur del casco urbano de Honda. Allí los seguían en barco hacia el sur o atravesaban el río para emprender el camino a lomo de mula hasta Bogotá.
Gracias a la construcción del puente Navarro en la última década del siglo XIX, se pudo atravesar el río de manera más cómoda y así los viajeros llegaban al sitio que se conoce como Puerto Bogotá. El puente Navarro aún se conserva en bastante buen estado y fue declarado Monumento Histórico Nacional en mayo de 1994.
“ES CURIOSO QUE A PUERTO BOGOTÁ LE DIGAN PUERTO. NO SÓLO POR LO ANTES DICHO, SINO TAMBIÉN POR SU TOPOGRAFÍA. EL CORREGIMIENTO ESTÁ CONSTRUIDO SOBRE UNA TERRAZA QUE ASOMA UNOS 30 O 40 METROS POR ENCIMA DEL NIVEL DEL RÍO”
Es curioso que a Puerto Bogotá le digan puerto. No sólo por lo antes dicho, sino también por su topografía. El corregimiento está construido sobre una terraza que asoma unos 30 o 40 metros por encima del nivel del río. En caso de que pudiera atracar allí alguna embarcación, los pasajeros tendrían que hacer escalada en roca para llegar a las primeras casas del pueblo.
Hoy día, la vida de Puerto Bogotá gira alrededor de la carretera que lo atraviesa (restaurantes de viudo de pescado, bomba de gasolina y un par de discotecas) y también de la pesca artesanal. Sus calles tranquilas se pueden recorrer tranquilamente a pie. Una manera de recorrerlo consiste en llegar a pie desde Honda por el puente Navarro, atravesarlo de sur a norte, y regresar a Honda por el puente Luis Ignacio Andrade, el principal, que cuenta con andenes.
Por estar tan elevada con respecto al río, desde Puerto Bogotá se tiene una vista privilegiada del sector histórico de Honda. Vale la pena pegarse esa caminada, incluso a pleno sol.
Corrección
El la pasada columna, dedicada al barrio Niza Sur y su relación con el humedal de Córdoba, le atribuí el diseño del barrio al arquitecto Hans Drews cuando en realidad lo diseñó su hermano menor Willy. Lamento mucho ese lapsus y descuido al revisar el texto final del cual me hago enteramente responsable.