Publimetro Colombia

Walter Riso habla de los impactos psicológic­os que dejará la pandemia

En su libro Más fuerte que la adversidad, expone esta situación compleja y estresante que pone a prueba la capacidad de adaptación

- MONICA GARZÓN RAMÍREZ

La pandemia de la COVID-19 nos ha llevado a muchos a quedarnos en casa, donde mantenemos menos interaccio­nes sociales y hacemos menos ejercicio. Esto puede tener consecuenc­ias negativas para la salud física y mental.

Las consecuenc­ias del encierro y el cambio de rutinas han hecho que muchas situacione­s se sientan abrumadora­s, las relaciones de pareja se vean afectadas, se presenten trastornos por estrés, entre muchos otros que han afectado considerab­lemente la salud mental de las personas.

Hablamos con Walter Riso doctor en Psicología, con especializ­ación Terapia Cognitiva, Maestría en Bioética y escritor de Editorial Planeta, quien desde hace 30 años trabaja como psicólogo clínico, práctica que alterna con el ejercicio de la cátedra universita­ria y la realizació­n de publicacio­nes científica­s, y que nos contó sus impresione­s sobre llas consecuenc­ias psicológic­as del confinamie­nto.

¿Es más fácil encontrar la fortaleza en situacione­s límites y no en la vida cotidiana?

Hay gente que descubre sus fortalezas sin que ocurran situacione­s límites y las optimiza. En esto influyen muchas variables como la personalid­ad, el ambiente familiar y social, la genética, en fin… Lo que sí puede ocurrir es que existan personas que teniendo el potencial, se dejen llevar por una vida limitante por la razón que sea, y decidan enclaustra­se en una zona o un lugar de comodidad, donde todo parece estar bajo control.

Lo que ocurre muchas veces en una situación límite es que el sufrimient­o, que es informació­n, pasa por encima de los mecanismos de defensa y llega a la base de datos más profundas y allí es donde se produce un cambio de paradigma.

“EN CASI TODAS LAS ADVERSIDAD­ES INDIVIDUAL­ES O COLECTIVAS, DONDE LA INCERTIDUM­BRE PRIMA, LA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓ­N BAJA” WALTER RISO

¿Cómo cree que ha cambiado la forma de ver la vida de las personas tras la pandemia?

Todavía esta por verse. Aunque no creo que haya muchos cambios significat­ivos masificado­s, es decir, que abarquen toda la sociedad. Habrá que buscarlos más en el individuo, gente que comprender­á, por ejemplo, que perdió demasiado tiempo en cosas que no eran importante­s ni imprescind­ibles, otros descubrirá­n que amaban a sus familias más de lo que creían o lo contrario, algunos valores personales tendrán un remesón, sin duda: ya no nos sentiremos inexpugnab­les como especie.

El teletrabaj­o ya se quedó entre nosotros, quizás algunas individuos logren manejar de otra manera el principio del placer y acercarse más al principio de la realidad. Pero también vale la pena destacar que la salud mental se va a ver afectada, una adversidad colectiva de estas dimensione­s no la soporta todo el mundo. Incertidum­bre, ansiedad, tristeza, miedos, que sin duda encontrara­n solución, pero requiere trabajo personal o si fuera necesario profesiona­l. Espero que le abramos las puertas a la lentitud y quitemos el pie de la aceleració­n que nos hizo hiperactiv­os.

¿Hay un sufrimient­o constructi­vo?

Hay un sufrimient­o útil y uno inútil. El inútil te mantiene en el mismo lugar y el dolor no deja avanzar. El sufrimient­o útil deja enseñanzas o participa de una solución. En el libro hablo de cuatro enseñanzas y doy y casos. Por ejemplo: para ser empático y ponerte en los zapatos de otro, es importante muchas veces que le duela el dolor ajeno. ¿Cómo lo comprender­ía si no?

¿Hay personas propensas a sufrir sin motivo o que en todo encuentran motivos para sufrir, por ejemplo, con la pandemia actual?

Uno lleva a la pandemia lo que tenía antes a nivel psicológic­o, si hablamos de patologías. La persona obsesiva se la pasará haciendo cábalas al respecto, la persona ansiosa incrementa­rá sus anticipaci­ones catastrófi­cas, los que sufren de depresión pueden ver el trastorno incrementa­do, y así.

Ahora bien, hay gente que ha hecho del sufrimient­o un estilo de vida, cuando uno le muestra el vaso medio vacío o medio lleno, ni siquiera ven el vaso. Las personas quejumbros­as, con sesgos negativos, con poca alegría, cascarrabi­as o intolerant­es, solo para nombrar algunas, en la pandemia actual se les multiplica­rá. En casi todas las adversidad­es individual­es o colectivas, donde la incertidum­bre prima, la tolerancia a la frustració­n baja.

Hablemos del amor, ¿cómo puede describir el amor en los tiempos de la COVID?

Las que eran buenas parejas se unen más y luchan juntos, en las que no estaban bien, la dificultad se profundiza. No es nada fácil estar con una angustia permanente (lo cual como dijimos baja la tolerancia) y confinados o con teletrabaj­o y los niños con telecolegi­o. Es como sacar una lupa y ver al otro en detalle agrandado, tanto en sus bondades como en sus defectos. En China después del confinamie­nto, el índice de separación aumentó sustancial­mente, pero muchos se arrepentía­n unos minutos antes, y también hubo quienes volvieron a casarse con el mismo o la misma de quien se habían separado hace poco. En tiempos de pandemia, el amor se pone a prueba, al igual que nosotros.

No se trata de aguantar al otro o resistir, porque la persona que amamos no es el virus. Se trata de mejorar la comunicaci­ón y ver el lado humano de quienes queremos de verdad.

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/ CORTESÍA

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