Publimetro Colombia

Luces de Navidad

- por Eduardo Arias @Ariasvilla

Entonces llegó diciembre con su alegría a un planeta, a un país, a una ciudad y la pandemia aún seguía ahí. Llegó a un barrio abatido y aplacado por el miedo y la incertidum­bre.

Así llevemos ya algunos meses de la denominada apertura inteligent­e, así se vean ahora muchos más carros y personas en las calles que en marzo o abril, de todas maneras esta Navidad está marcada por el sino de la pandemia. Al menos es así donde yo vivo y de donde casi nunca me muevo.

Lo único que de verdad me recuerda que estamos en Navidad son las luces que han puesto en algunas casas y edificios del vecindario. Se ven bastantes menos que en años anteriores. Y uno tiene la sensación de que esta vez brillan menos. Yo las veo pálidas, tímidas, como si les diera pena estar ahí, ser un símbolo de alegría y pachanga en medio de tantas malas noticias.

El Día de las Velitas fue muy raro. En años anteriores venían a mi casa varios amigos y familiares con sus hijos. Era una celebració­n muy sencilla, pero alegre. Los niños llenaban de velitas la entrada al conjunto de casas. Se oían muchas risas, conversaci­ones animadas.

Esta vez todo se redujo a una reunión por Zoom con los integrante­s de la familia nuclear y un amigo de mi hijo. Cada uno en su casa, en su cuarto, en su rincón. Las muy pocas velitas que prendí no las puse a la entrada de la casa, sino adentro, en un candelabro detrás de una ventana con vista a la calle. Mis velitas hacían juego con la decoración de los dos edificios de enfrente. Un contrapunt­o cargado de nostalgia y melancolía.

Esta vez nadie salió a los antejardin­es ni a los andenes a encender velitas. Las únicas de la cuadra eran las de mi candelabro. Allá afuera, frío y silencio. La poca pólvora que se oyó a lo lejos parecía haber llegado de otros tiempos, de otra galaxia.

He caminado en las noches por las calles del barrio. Los renos iluminados en los jardines, los arreglos luminosos que cuelgan de las fachadas de los edificios, las luces que rodean los troncos de algunos árboles no son esta vez una invitación a la fiesta, sino más bien una especie de plegaria. Algo así como luces de esperanza.

Luces que se encienden no para festejar o celebrar, sino para indicarnos que aún estamos vivos y que esta pandemia, pase lo que pase, tendrá que acabarse mas temprano que tarde, ya sea a la maldita sea o gracias a las vacunas que están casi listas.

No me atrevería a decir que estas luces de la Navidad de 2020, quieran decirnos ‘felices fiestas’ o ‘felices pascuas’ o ‘próspero año nuevo’. A veces pienso que más bien me dicen que hay que aguantar. Que no todo está perdido, así estemos en una Navidad triste, silenciosa y oscura.

“ESTA VEZ NADIE SALIÓ A LOS ANTEJARDIN­ES NI A LOS ANDENES A ENCENDER VELITAS. LAS ÚNICAS DE LA CUADRA ERAN LAS DE MI CANDELABRO. ALLÁ AFUERA, FRÍO Y SILENCIO”

 ?? / EDUARDO ARIAS ??
/ EDUARDO ARIAS
 ??  ?? *Las opiniones expresadas por el columnista no representa­n necesariam­ente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.
*Las opiniones expresadas por el columnista no representa­n necesariam­ente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia