Colombo-venezolano crea prototipo de dron para llevar vacunas contra la COVID-19
Barranquilla. El estudiante, José Otero está desarrollando los últimos detalles para que la distribución de las dosis de las vacunas sea más ágil en el país
Dueño de una energía contagiosa, el colombo-venezolano José Otero, de 22 años, no ha permitido que los obstáculos lo hagan caer en picada cuando se dedicó a elevar su pasión: los drones.
En la actualidad gracias a su emprendimiento MaxDrone, este estudiante de Negocios Internacionales de la Universidad del Norte no solo diseña drones para todo tipo de fines desde Barranquilla, sino que también desarrolla habilidades para que jóvenes y adultos que deseen capacitarse en esta técnica puedan volar estos dispositivos de forma segura y con los pies en la tierra.
En esta capital José ha ganado diversos proyectos, becas y convocatorias a nivel nacional e internacional con los que ha conseguido despegar con este negocio.
“Han sido muchas personas y el equipo de trabajo que tenemos quienes nos han ayudado a crecer y a continuar en el camino, primero diseñando un dron para transporte de medicamentos en pandemia y ahora desarrollando el prototipado para apoyar la distribución de la vacuna en Colombia y por ello nos ganamos una convocatoria de Sena Innova, creada por el SENA y Colombia Productiva, cuyos recursos nos han servido para estar en la última fase del proyecto”, dijo Otero a PUBLIMETRO.
Un estrellón
La historia con el primer dron de este joven inventor lo ayudó para poder aterrizar de emergencia sus sueños. José tuvo que endeudarse y pedir un préstamo a su familia para obtener su primer dispositivo, sin embargo, al volarlo por primera vez ocurrió un accidente: “Fue muy frustrante, porque en el primer vuelo estrellé ese primer dron que había comprado con dinero prestado y al recogerlo me di cuenta de que estaba en pérdida total y no podía hacer nada para recuperarlo, pero verlo así, hecho pedazos, me motivó a conocer y aprender más sobre los drones”.
Así fue como Otero comenzó a investigar, leyendo todo el material que encontraba en internet y revisando diversos videos y tutoriales en YouTube, además para complementar su curiosidad hizo diferentes cursos de pilotaje de drones en Estados
Unidos.
Al principio sus padres vieron cómo este joven comenzó a captar hermosas imágenes desde los cielos y después fueron testigos de cómo estos pequeños vehículos aéreos no tripulados comenzaron a ser empleados para muchos fines y pensaron que el negocio de los drones podría ser un emprendimiento de tiempo completo para su hijo, por lo que decidieron apoyarlo montando un local en Caracas y después en la capital de Atlántico, dedicado a estas máquinas.
Otero, con su empresa MaxDrone, iba volando con sus alas extendidas al principio de este año, pero la pandemia lo obligó a tener que cerrar sus oficinas, no obstante, con la llegada del coronavirus este joven y su equipo encontraron una nueva oportunidad para apoyar al personal médico durante el confinamiento.
Con su equipo y con el apoyo de varios ingenieros se dio a la tarea de crear un dron elaborado con icopor y tubos de PVC, como una especie de pequeña nevera refrigerada, para reducir la exposición de los trabajadores de la salud y ayudar a quienes necesitaban las medicinas urgentemente.
El diseño, próximo a ser patentado, soporta una carga máxima de tres kilos y recorre una distancia de 750 metros y está diseñado bajo las directrices de la Aeronáutica Civil. Sin embargo, la capacidad técnica del dron es mucho más amplia, ya que puede llegar a cinco kilómetros de distancia. Está creado específicamente para operaciones de rango visual, en situaciones de emergencia y de entrega de un punto a otro. Tiene la posibilidad de transportar cargas médicas refrigeradas para medicinas, exámenes de laboratorio y otros insumos esenciales para la vida. Ahora con este prototipo esperan también poder unirse a los equipos de distribución de las vacunas contra la COVID-19, para que pueda llegar a lugares de difícil acceso en el país.
Con este invento se ganaron este año la convocatoria de innovación del Sena, con la que obtuvieron $200 millones para el financiamiento de su idea, que ya se encuentra en las fases finales para su presentación.
Como emprendedor recomienda confiar en el trabajo y los ingenieros que en Latinoamérica se están esforzando por diseñar prototipos y crear ciencia desde sus propios contextos socioculturales.
Su equipo de trabajo no estaría completo sin Nicolás Polo, un ingeniero mecatrónico de 23 años y experto en prototipado de drones, y sin el historiador, investigador en drones y magister en Análisis Prospectivo Julio González, director y cofundador de Maxdrone,.
“Todo lo que hicimos para poder comenzar esta idea fue tomar los materiales teníamos a la mano en la casa y cosas sencillas que juntas generan un impacto asombroso”, concluyó Otero.
"Todo lo que hicimos para poder comenzar esta idea fue tomar los materiales que teníamos a la mano en la casa y cosas sencillas que juntas generan un impacto asombroso" JOSÉ OTERO Emprendendor en MaxDrone