El futuro de la leche materna cultivada en el laboratorio
Científicos de todo el mundo están trabajando para crear una sustancia artificial que sea similar a la fuente principal de nutrición de los recién nacidos.
La leche materna es una importante fuente de nutrientes y energía para los bebés. Según la Organización Mundial de la Salud, protege a los recién nacidos de las infecciones gastrointestinales, ayuda a reducir el riesgo de obesidad y mejora el coeficiente intelectual más adelante, entre otros beneficios. Y los científicos están buscando ahora crear esta sustancia en los laboratorios.
“La investigación se encuentra en una etapa muy temprana”, explicó a PUBLIMETRO Julie P. Smith, profesora adjunta del Departamento de Investigación y Política de Servicios de Salud de la Universidad Nacional de Australia. “La llamada ‘leche materna cultivada en laboratorio’ no es secretada por los senos y no es ‘leche’. No hay estudios científicos que demuestren si es segura para los bebés, y los padres no deben entusiasmarse con ella”.
De acuerdo con Smith, crear leche artificial que contenga algunos componentes al desencadenar las secreciones de las células de los senos humanos o cultivar las células madre que se encuentran en la leche materna puede acercar los sustitutos de la leche materna disponibles en el mercado ‘a la leche humana’, pero “sólo en el sentido de que subir una escalera te acerca a la Luna”. Porque la leche de los mamíferos es única para cada especie, incluyendo a los humanos, y evolucionó durante cientos de millones de años.
“La leche materna funciona no sólo como alimento infantil sino como ‘medicina personalizada’ que reduce las infecciones infantiles y el riesgo de enfermedades crónicas. La relación de la lactancia materna - que involucra a la madre, no sólo la leche - también es crucial para el desarrollo del niño, ya que fomenta el tacto, el contacto piel a piel y el vínculo entre la madre y el bebé. La lactancia materna crea diferencias neurológicas y cognitivas e influye en la regulación del apetito y en los hábitos alimentarios, lo que supone una
desventaja para los bebés que no son amamantados”, añadió
Para Julie P. Smith, “este producto ‘cultivado en el laboratorio’ aún no ha demostrado ser seguro como nutrición para los bebés”, mientras que la importancia de la lactancia materna para la nutrición, la salud y el desarrollo de los niños está bien documentada.
“La leche materna es dinámica y compleja, se adapta al entorno cambiante y a las necesidades de cada niño y proporciona una intrincada mezcla de bacterias y anticuerpos inocuos, factores de crecimiento y hormonas que ‘ceban’ el sistema inmunológico del niño, las células y los órganos del cuerpo y los comportamientos a través de muchas vías complejas e interrelacionadas (incluida la lactancia materna)”, concluyó.