¡Se le fueron las luces! En un santiamén, el PSG, de brillante primer tiempo, cayó 2-1 ante el City
Culpable en un gol y pudiendo hacer algo más en el otro, fue el hombre que cayó en desgracia en el partido. Neymar dio cátedra en 45 minutos y Guardiola se lo ganó en el segundo
ROMÁN GÓMEZ SEBASTIÁN GÓMEZ
El partido de los millones. Hasta hace una década, París Saint-Germain y Manchester City no formaban parte de la élite europea. Sin embargo, los millones provenientes de Catar y Emiratos Árabes los incluyeron en el concierto del fútbol mundial. Hoy, cuando poseen gran cantidad de los mejores jugadores del mundo, se enfrentaban en el primer capítulo rumbo a una final de Champions.
Como partido de póquer, el gran jugador estaba en el banco del Manchester City. Con dos Orejonas en su haber y muchas semifinales más, Pep Guardiola está curtido en esta clase de partidos. Sin embargo, la mejor baraja la tenía Mauricio Pochettino sentado en la otra esquina dirigiendo al PSG. El técnico que metió al Tottenham en una final, perdida ante el Liverpool, esta vez tenía a los ases de espada en su mano: Neymar y Kylian Mbappé.
Con esos jugadores, solo faltaba rodearlos bien y hacer una estrategia acorde. Pochettino la hizo y en el primer tiempo, el conjunto parisino hizo respetar el Parque de los Príncipes. El juego fluía y encima Neymar estaba intratable. El brasileño aparecía por toda la cancha y aunque recibió muchas patadas, nunca se amilanó. Mbappé y Ángel Di María, como segundas guitarras, también le hacían daño a un City desconocido.
Mereciendo la ventaja, el gol llegó desde atrás por otro brasileño muchas veces infravalorado. Se trata de Marquinhos, baluarte de la defensa y que volvió tras perderse la vuelta ante el Bayern Múnich. El capitán parisino usó su mejor recurso, el aéreo, para de cabeza poner el 1-0 merecido.
Manchester City no salía de su asombro. El equipo inglés no jugaba como el líder de la Premier League, pero algo pasó en el entretiempo que sus jugadores salieron con otro ímpetu a jugar la segunda mitad. Pep Guardiola dio en la tecla y el partido cambió.
Lo primero que hicieron fue neutralizar a Neymar.
El brasileño continuó insistiendo y en alguna que otra jugada pudo haber iniciado el segundo gol, pero el PSG no paraba de fallar. De a poco, Ney se fue aplacando. Luego, era momento de jugar con mayor intensidad y crear peligro en el arco local.
Sin embargo, no se puede obviar la actuación individual de Keylor Navas, quien en un error de cálculo ante un centro de Kevin De Bruyne concedió el empate. El costarricense se cayó en lo anímico y su equipo también.
Con el PSG a merced, un tiro libre de Riyad Mahrez, en el que Keylor pudo haber hecho algo más, volteó el encuentro. Del 1-0 al 1-2 y un París que sentía una superioridad proveniente desde la británica. La patada de Idrissa Gana Gueye en la que termina expulsado fue reflejo de la impotencia.
Victoria del Manchester City que lo deja muy cerca de su primera final de Champions. PSG puso el fútbol en 45 minutos, pero los partidos duran 90 y Guardiola lo sabe.