Violencia y desgobierno se tomaron a Cali
Todos contra todos. Los enfrentamientos entre civiles armados y la guardia indígena en el sur de la ciudad desataron el caos. El presidente rechazó hacer presencia en el Valle del Cauca a pesar del clamor de alcalde y gobernadora
HE TOMADO LA DECISIÓN DE, POR PRUDENCIA, NO HACER PRESENCIA EN ESTE MOMENTO EN LA CIUDAD PARA NO DISTRAER EL TRABAJO DE LA FUERZA PÚBLICA
IVÁN DUQUE
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
El zumbido de las balas cruzando el aire, carros vandalizados y en llamas, gritos y señalamientos, todos contra todos y nadie entendiendo qué pasa... Ayer Cali fue una vez más no la sucursal del cielo, sino la capital del caos y el símbolo del abandono institucional que ha generado el paro nacional.
“Necesitamos ayuda, nos están disparando, nos tienen aquí atrincherados”, reportó un integrante de la minga indígena, llegada a Cali desde Cauca hace varios días, en el lugar de los hechos: la vía a Jamundí por el sector de Ciudad Jardín, al sur de la ciudad. Las primeras informaciones señalaban que pasado el medio día civiles armados habían disparado contra los miembros de la minga apostados en la carretera bloqueando el paso. El Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) reportó nueve mingueros heridos a manos de civiles armados.
“9 mingueras y mingueros heridos a bala, deja una marcha convocada por simpatizantes del uribismo, respaldada por la fuerza pública e incitada por el alcalde Jorge Iván Ospina en la ciudad de Cali”, publicó el Cric, responsabilizando a Ospina de la agresión, ya que en horas de la mañana el alcalde le había manifestado a la minga que no estaba de acuerdo con su presencia en la ciudad: “No me parece bien que la guardia indígena esté parando carros y haciendo pesquisas en los mismos porque molesta a los ciudadanos y porque muchos de los ciudadanos se indignan ante esta situación”, dijo el mandatario a los medios.
El problema es que esta indignación pasó ala violencia armada por parte de los habitantes de la zona. La presencia de vehículos civiles desde los que se le disparaba a los manifestantes se volvió una constante y una amenaza, y en la noche del viernes sujetos en una camioneta de alta gama irrumpieron una manifestación pacífica que se estaba llevando a cabo en la zona de la Luna y le dispararon a los presentes.
Sin embargo, tras la denuncia del Cric los reportes se tornaron confusos y empezaron los señalamientos contra los
"Presidente, hay un problema indígena y hay un paro ciudadano. Es un problema político de carácter nacional. Este problema político, que no generamos los caleños y que se adelanta en Cali, necesita de su visita”.
JORGE IVÁN OSPINA Gobernadora del Valle del Cauca
indígenas: algunos habitantes del sector compartieron videos en redes sociales mostrando la destrucción de sus vehículos por parte de la minga, se vieron autos volcados y en llamas y se vieron, sobre todo, ciudadanos armados y dispuestos a todo.
"Es gravísima la alteración al orden público que hoy se presenta en Cali, con agresiones directas a la comunidad por parte de la guardia indígena. Esta situación demanda urgente la presencia del Gobierno Nacional”.
CLARA LUZ ROLDÁN Gobernadora del Valle del Cauca
¿Quién manda en Cali?
Las terribles escenas, dignas de una guerra civil, llevaron a que las autoridades se manifestaran: “Es gravísima la alteración al orden público que hoy se presenta en Cali, con agresiones directas a la comunidad por parte de la guardia indígena. Esta situación demanda urgente la presencia del Gobierno Nacional”, dijo la gobernadora del Valle del Cauca, Clara Luz Roldán, exigiéndole al presidente Iván Duque su presencia en Cali para liderar la situación.
El alcalde Jorge Iván Ospina hizo lo propio: “Presidente, hay un problema indígena y hay un paro ciudadano. Es un problema político de carácter nacional. Este problema político, que no generamos los caleños y que se adelanta en Cali, necesita de su visita”.
Sin embargo, en alocución presidencial, Iván Duque rechazó la posibilidad de ir a la ciudad a pesar de la crisis: “Tengo un gran equipo de gobierno desplegado en la ciudad de Cali. Yo he tomado la decisión de, por prudencia, no hacer presencia en este momento en la ciudad para no distraer el trabajo de la fuerza pública que debe estar desplegada completamente, pero estoy en monitoreo permanente”, dijo el mandatario.
Esta posición generó rechazo inmediato en la población e incluso en su partido. El senador Gabriel Velasco escribió en su cuenta de Twitter: “Miles de caleños confiaron su voto en mi y en usted. Para no distraer a la bancada, con su abandono por mi ciudad, renuncio a la vocería del Centro Democrático”.
“No se puede permitir este atropello a la ciudadanía de Cali, lo único que se le pide al Estado es protección eficaz”, dijo el expresidente Alvaro Uribe, líder del partido de gobierno, cuestionando el desgobierno.
Pero mientras los políticos hablaban, los actos de violencia se mantenían y las imágenes de civiles encapuchados con armamento de largo alcance, con rifles de combate y pistolas de todo tipo se repetían por el sector de Pance.
Los enfrentamientos entre la guardia indígena y habitantes armados del sur de Cali (Ciudad Jardín y Cañas Gordas) dejaron en evidencia que en el Valle del Cauca el estado no tiene el monopolio de las armas, algo que se había visto a lo largo de la semana con los tiroteos permanentes en Puerto Resistencia (Rellena) y Siloé. La situación logró controlarse aparentemente con la llegada del Esmad después de las 6 de la tarde, pero al cierre de esta edición el caos y la zozobra de una noche de violencia, una más tras 12 días de terror, volvía a cernirse sobre los caleños