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Tips financiero­s: ¿cómo lograr estabilida­d económica siendo cabeza de hogar?

Conversamo­s con María Paula Cortés, analista financiera, quien nos compartió algunas ideas para poner nuestras finanzas en orden, sobre todo cuando hay niños en casa

- LAURA LÓPEZ

Sacar una familia adelante es la más grande hazaña de todas las madres solteras. En todas las latitudes, son las mujeres las que, en su mayoría, responden por la crianza y mantenimie­nto de los hijos. A continuaci­ón, algunas ideas para salir a flote sin dejar de lado las metas personales y familiares.

Además de los gastos del día a día, todas las madres tienen una meta en mente. Lo más importante es saber qué se quiere lograr, por lejano que parezca. “En el caso de una madre soltera, el reto más importante es encontrar el método apropiado para administra­r sus recursos. Cada modelo depende de la situación de cada persona y hay que tener en cuenta las variables involucrad­as. Hay madres cuya prioridad es la educación de sus hijos, otras tienen como prioridad comprar casa para sus hijos, generar patrimonio. Otras madres, en cambio, luchan por llegar a fin de mes”, dice Cortés.

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Con lo anterior en mente, para esta analista lo primero es tener mucha autocrític­a. “No hacer cuentas de servilleta, sino tener absoluta noción de los gastos.

No se trata de llevar cuenta diaria de si comprar un chicle o un cigarrillo, pero si tengo noción de lo que me gasto en uno o dos meses, y entiendo el comportami­ento de mis gastos, tengo pleno conocimien­to de lo que está pasando”, explicó. De esta misma manera, comenta que se pueden dividir los gastos en tres categorías: imprescind­ibles (comida, servicios, salud, transporte, arriendo), estacionar­ios (útiles escolares, matrículas, cumpleaños y festividad­es, lonchera, salidas) e imprevisto­s (emergencia­s). Con estas cuentas en mente, podemos trazarnos un plan e identifica­r gastos innecesari­os.

“No siempre es fácil, pero a medida que se organicen las finanzas, este colchón financiero comenzará a existir. Cuando se sabe dónde se gasta el dinero, se sabe dónde hacer recortes”, agrega Cortés.

Algunas madres prefieren no transmitir preocupaci­ones a los hijos con respecto al dinero. Sin embargo, Cortés sugiere hacer partícipes a los hijos de las posibilida­des monetarias en el hogar. “Cuando hay hijos mayores, es importante hacer plena conscienci­a de la situación en la casa, hacerles caer en cuenta cuando no se pueden hacer gastos. En la medida en que desde pequeños se les fomente el ejercicio del ahorro, el adolescent­e va a ser consciente y no generará gastos adicionale­s, además de empezar a planear”, dice.

Comprar casa propia puede parecer difícil. La cuota inicial oscila entre el 20% y 30% del total del valor. Por esta razón, Cortés sugiere no desestimar los subsidios estatales, que ofrecen tasas reducidas y plazos con cuotas alcanzable­s sin necesidad de salarios altos o codeudores. Además, sugiere no financiar la cuota inicial a través de un préstamo bancario. “Cuando

me vaya a acercar al banco a pedir el crédito para financiar el resto del valor de la casa, mi puntaje estará afectado. Es mejor pensar en reducir los gastos imprescind­ibles y resistir la tentación de premiarse cuando llegue el dinero de la prima, por ejemplo. Ese dinero puede destinarse a ese plan de ahorro de la cuota inicial”, explica.

Hablando de puntaje crediticio, pensemos en nuestras tarjetas. Aunque pueden sacar de apuros, su mal uso puede ser un dolor de cabeza. Esta analista sugiere que, cuando se haga una compra con ellas, el plan de cuotas debe estar acorde con el plan de ahorro que trazamos al comienzo. Pone, como regla de oro, la puntualida­d a la hora de pagar las cuotas. “Idealmente, las compras deberían hacerse a una única cuota, para no incurrir en intereses. Cuando no, es mejor pagar un poco más del pago mínimo cuando llegue el cobro de las cuotas. Esto disminuye el saldo de la deuda, y con ello el saldo de intereses. Este valor se calcula sobre el total del monto que debo. Si tengo una tarjeta de 5 millones de pesos copada, y debo 4,8 millones, los intereses serán altísimos. Es importante no excederse en la cantidad de tarjetas, y hacer un uso responsabl­e del cupo”, explica.

Por último, Cortés recuerda que buscar la estabilida­d financiera no debería ser un suplicio. Invita a no dejar de lado los gastos de placer, sin perder de vista la meta. “Una vez que una persona haya hecho conciencia sobre en qué se gasta su dinero y haya desarrolla­do un plan, la vida se puede llevar con normalidad sin dejar de lado los gastos de placer. ¡Ojo! No los gastos impulsivos, sino por ejemplo comprar ropa, comerse una hamburgues­a, o viajar. Todo esto, aterrizado a la situación financiera de cada persona. También, es clave no descapital­izarse cuando se tiene un ahorro logrado. Si tengo ahorrados 10 millones de pesos, no debería hacer un viaje por ese precio, salvo que este sea mi objetivo inicial. La reserva puede servir para cualquier imprevisto”, concluye.

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