Esteban Cortázar
1 ¿Cómo te acercaste a Desigual?
—Pasó de una manera muy natural. Me dí cuenta de que la marca y yo teníamos muchas cosas en común: ambos creemos en el optimismo, el color. Así, me invitaron y me pareció interesante hacer algo refrescante y nuevo para atraer a más audiencia y dar otra cosa a la que ya tenían. Quería hacer algo muy personal y esto lo hice a través de las vivencias que tuve en mi infancia en South Beach y en Miami y que me condujeron a ser el artista que soy hoy. Me dieron mucha libertad creativa y fueron muy abiertos ante mi visión, porque yo tenía claro lo que quería y fue fácil para ambos.
2 ¿Esta es tu interpretación de los 2020 como los nuevos años 20?
— Hemos hablado con amigos de que esto ojalá pase así. Pero en realidad es un homenaje a tiempos más espontáneos, más libres, menos digitales. Claro, no habríamos podido hacer lo que hicimos sin lo digital, pero es celebrar esa libertad, el gozo de estar en grupos más pequeños, ese tipo de cosas que viviste y otros no vivieron, y fue lindo referenciar algo que tuviera nostalgia, pero interpretándolo en el presente, y que sea atemporal. Y la colección se llama “Cada día es para siempre”, que lo dice mi papá y que es una gran inspiración para el proyecto, y es como interpretamos el ayer, hoy y ahora.
3 ¿Cómo fue unir tu mundo de color con el de Desigual?
— Una colaboración con Desigual no tendría sentido si no fuera atrevida en sus estampados, colores y mezclas. Un estampado vino de mi padre, Valentino Cortázar, inspirado en los besos de blanco y negro, y que se popularizó en South Beatch, y otro de Andy Sweet, que hizo fotografías de los años 70. Captó la luz magnífica que hay en Miami y a los residentes jubilados de esas épocas, antes de la época dorada de los 90. Es una mezcla entre arte, collage y fotografía, en siluetas noventeras, pero muy clásicas. Estas, con cierta precisión, para que se sientan atemporales y sin literalidad.
4 ¿Qué crees como diseñador que le aportas a Desigual?
— Desigual no copia y el sabor latino tiene sentido para la marca. De todos modos, le pongo lo que he aprendido en años en París: le doy el toque de latino y sofisticación, más high fashion, que he obtenido allí. Ese concepto de “París Latino” es el que cuido como concepto de mi marca.